El “hombre de los bolsos con dólares”, el tucumano José López, al parecer, “se quebró”. El ex secretario de Obras Públicas, detenido desde hace más de dos años, habría confesado anoche su rol en el esquema de pagos ilegales que ya atravesó distintas áreas del gobierno kirchnerista y dejó salpicados a una decena de empresarios.
Luego de declarar por espacio de tres horas en la causa de “los cuadernos de la coimas”, arregló con el fiscal Carlos Stornelli para convertirse en testigo protegido. Ahora, el juez federal Claudio Bonadio evaluará si homologa este pacto.
El primer beneficio que recibirá el ex funcionario es una mejora en sus condiciones de detención, que incluso puede ser fuera de un penal.
Después de varias horas frente a Stornelli, López, a donde fue de manera voluntaria, confesó su participación, que podría también involucrar a los interlocutores con los que solía tratar, como intendentes y gobernadores, personajes que hasta ahora no habían sido mencionados en la causa de los cuadernos de las coimas, adelantó anoche el diario La Nación.
“Ya habló muchísimo, pero faltan algunas cosas importantes todavía”, señaló una fuente al tanto de la investigación. Y agregó que, como requiere la ley del arrepentido, López apuntó hacia “arriba” en la escala jerárquica, que sólo completan el entonces ministro de Planificación Julio De Vido y la familia Kirchner.
Si bien anoche el juez Bonadio no homologó el acuerdo porque ya no estaba en los tribunales de Comodoro Py, la negociación, de todos modos, continuará en las próximas horas dada su importancia. El manejo de la esta nueva información también le dará impulso a la investigación que comanda el juez.
De Vido, “no”
López se convertirá así en el funcionario de mayor rango que busca sumarse al régimen del arrepentido. La ley no permite que una escala superior a la suya, la de ministro, tenga el beneficio de transformarse en nuevo arrepentido. El otro funcionario en esas condiciones en esta causa es Claudio Uberti, ex titular del órgano de control de los peajes en los corredores viales.
López fue nombrado en distintas ocasiones en los cuadernos de Oscar Centeno, pero también fue mencionado por varios de los arrepentidos. Carlos Wagner, por ejemplo, que se desempeñó como presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, explicó que entre el 10% y el 20% de todo el dinero de la obra pública era destinado a sobornos para los funcionarios kirchneristas.
“Chivo expiatorio”
López cayó en prisión el 14 de junio de 2016, cuando fue detenido in fraganti en un convento de General Rodríguez con bolsos que contenían U$S 9 millones, 153.000 euros y relojes Rolex. En su primera indagatoria ante el juez Daniel Rafecas, el ex secretario de Obras Públicas había manifestado que el dinero que había transportado aquella madrugada “era de la política”.
Recién brindó más detalles sobre el origen de los dólares días atrás, cuando declaró en el juicio oral y público en su contra por presunto enriquecimiento ilícito. “El dinero de los bolsos no era mío, era de personas de la política”, ahondó, tras decirle a los jueces que pensaba “decir todo”.
“Fui obligado por unas personas a realizar diligencias, una de ellas era que yo debía trasladar los bolsos al convento que yo conocía y al que tenía entrada; entendiendo que a a partir de allí se los iba a ir retirando para darles otro destino”, señaló López.
“Me usaron como chivo expiatorio, como una maniobra distractiva para poner la atención pública en otro lugar”, agregó. En simultáneo a su declaración ante el tribunal oral, varios empresarios se habían arrepentido en la causa de los cuadernos y habían asegurado que habían hecho aportes en negro a la campaña kirchnerista.
Sin embargo, en los últimos días, la pesquisa del juez Bonadio y del fiscal Stornelli detectó que los fondos negros fueron mucho más que una mera recaudación para la campaña.
En el expediente hay fuertes indicios de que existieron coimas en el área de energía, de transporte, de las concesiones viales y también en los negocios con Venezuela. López podría abrir nuevas líneas de investigación.
Y en correlación con esta posibilidad, el ex funcionario tucumano ingresó al programa de testigo protegido. Por eso, a última hora de anoche, López dejó el penal de Ezeiza donde estuvo dos años, pero no transcendió el nuevo lugar que lo alojarán.