“Yo fumo cocaína, que en realidad se llama crash”, aseguró una de las personas que declaró en la causa por el crimen de Gissell Tatiana Barrionuevo Núñez. Ese es el nombre que le impusieron a la misma droga conocida a nivel mundial como crack.
Se trata de una sustancia ilegal creada a partir de la combinación de clorhidrato de cocaína y bicarbonato. Se consume fumándose en pequeños tubos de vidrio y tiene un efecto inmediato, pues empieza a actuar en aproximadamente 10 segundos.
Además de estar considerada como la forma de cocaína más adictiva, es la droga que más fácilmente puede provocar adicción psicológica, incluso en aquellas personas que la consuman por primera vez.
Sus efectos iniciales son más rápidos e intensos incluso que otras drogas inyectadas y estos se caracterizan por un breve estado de euforia, placer o aumento de la energía, aunque también estimula el sistema nervioso y circulatorio. Sin embargo, el crack es mucho más dañino que la cocaína y tiene unos graves efectos adversos potencialmente mortales, especialmente cardiovasculares, psicológicos, hepáticos y pulmonares.
Gissell vivió un infierno antes de ser asesinada en Monteros
La droga comenzó a consumirse en los 80 en los Estados Unidos. Luego se trasladó a Europa, donde Hamburgo, Londres y París reúnen la mayor cantidad de consumidores. En nuestro continente, Brasil, con 370.000 adictos al crack, al igual que en los otros países, causan serios problemas a la salud pública.
En la provincia
Según confiaron las fuentes consultadas, esa droga se la está preparando artesanalmente y no se la comercializa a gran escala. Los consumidores mezclan la “alita de mosca” (así se conoce a la cocaína de mejor pureza que se consigue en la calle a $ 100 el gramo) con bicarbonato y agua. Mediante una fuente de calor evaporan el líquido y quedan formados unos cristales que luego se fuman.
El crimen de Gissell: la familia luchó en vano para salvarla
En el expediente por el crimen de la adolescente no sólo hay testigos que aseguraron consumirla, sino que además dieron a entender que uno de los acusados tenía todos los elementos para producirlo en una vivienda donde normalmente se reunían para consumirla.
Uno de los acusados, siempre según la causa que llevó adelante el fiscal Carlos Carrasco, le pidió a un colaborador que limpiara y escondiera todos los elementos que se utilizan para la producción de esa sustancia. Ese trabajo se habría realizado en la vivienda del barrio San Carlos donde fue ultimada la adolescente en marzo pasado.
Una fuente de la División Antidrogas de la Policía Federal consideró que la situación es preocupante porque se trata de una droga que genera una adicción muy importante entre los consumidores. “Me llama la atención porque hasta el momento no hay registros de que se haya secuestrado esa sustancia”, indicó en una charla con LA GACETA.
Además de Monteros, este diario pudo establecer que en barrios como Villa Luján, Yerba Buena y Aguas Corrientes habría jóvenes que se dedican a consumir esta sustancia. Todos lo harían con la misma modalidad: el transa les prepara la sustancia y ofrece espacio dentro del quiosco que manejan para que la consuman. “No hay sectores sociales determinados, pero no creo que sea los más pobres porque hay dosis más barata que la ‘alita de mosca’”, reflexionó.
El comisario Jorge Nacuse, titular de la Dirección General de Drogas Peligrosas coincidió al señalar que ellos tampoco secuestraron esa droga, ya que se trataría sólo de una modalidad de consumo. “También es conocida como ‘cazando al dragón’, pero no es de consumo masivo”, destacó.