El nuevo gerente de la SAT admite que hay fallas en el servicio y que se necesitan inversiones
El gobernador separó a Alfredo Calvo de la conducción de la empresa estatal responsable del servicio de agua potable y cloacas. La firma pasará de Desarrollo Productivo a depender de Obras Públicas. “No hay receta mágica”, avisó Baratelli.
Si bien el cambio era uno de los que estaba previsto, el anuncio fue sorpresivo. Tras entregar subsidios a científicos del Conicet, el gobernador Juan Manzur confirmó durante la mañana de ayer modificaciones en la gerencia y en la dependencia funcional de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT).
Tras 14 años, Alfredo Calvo será reemplazado al frente de la sociedad anónima con participación estatal mayoritaria. En su lugar, asumirá el actual subsecretario de Obras Públicas provincial, Fernando Baratelli. La empresa encargada de los servicios de agua potable y cloacas pasará, además, de estar bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Productivo a la de la secretaría de Obras Públicas, en el Ministerio de Economía.
Este es el segundo cambio en un área del Gobierno que se concreta en la última semana, pero no será el último. El jueves, Armando Cortalezzi dejó la intervención de la Caja Popular de Ahorros (CPA) para volver al Concejo Deliberante capitalino. Tal como había adelantado en el programa de TV de LA GACETA, Panorama Tucumano (los miércoles, a las 22, por Canal 10), Manzur afirmó que entre lo que queda de noviembre y diciembre dará a conocer nuevos cambios en el Ejecutivo. No descartó, incluso, que se separe en dos el Ministerio de Gobierno, Justicia y Seguridad.
La fondos, la clave
Las versiones que corrían desde hacía semanas señalaban a Baratelli como uno de los favoritos para conducir la SAT. “Estoy hablando con el vicegobernador (Osvaldo Jaldo), todos los días, dos o tres veces y se producirá el cambio. La SAT pasará a un sector que es más conveniente, que es Obras Públicas, para coordinar los esfuerzos. Calvo hizo una gran tarea y va a seguir ayudando y colaborando desde otro lugar, es un experto. Son ciclos. Baratelli tiene una trayectoria impecable, es técnicamente muy sólido”, justificó Manzur.
“Es un gran desafío, es ser presidente de una empresa, que es muy diferente a trabajar en el ámbito de la administración pública. Estoy muy entusiasmado porque tengo el apoyo de mi ministro (Eduardo Garvich) y de mis compañeros de otras áreas. Además seguiré trabajando con la secretaria de Obras Públicas, Cristina Boscarino”, celebró Baratelli en diálogo con este diario.
Reconoció que hay problemas con los servicios, pero advirtió que en los últimos tiempos se politizó el asunto.
Explicó que, si bien debe estudiar la situación en profundidad, por su trabajo pudo saber que la problemática más compleja es en la Capital. “Por múltiples factores, estamos fallando en el servicio: el crecimiento desmedido de las obras; el servicio de cloacas está contaminado con las descargas pluviales o las cañerías vetustas, que perdieron su vida útil”, ejemplificó. “El desafío es resolver la inversión, hay que conseguir y gastar bien el dinero. No hay receta mágica, es muy sencillo siempre y cuando resuelva los recursos”, reflexionó.
Baratelli, de 51 años, es ingeniero en Construcciones (UTN). Trabajó en la docencia y en la actividad privada. Luego, ingresó al área de Recursos Físicos del Sistema Provincial de Salud (Siprosa) donde se desempeñó, junto a Boscarino, durante el gobierno de José Alperovich.
“Optimización”
“Se hizo mucho y se ha dignificado a mucha gente, llevando agua y cloacas sobre todo en la zona sur de San Miguel de Tucumán, donde los vecinos estaban totalmente colapsados. Hemos realizado las inversiones correspondientes luego del atraso sanitario de 40 años que tenía Tucumán. Hoy tenemos una mega planta de tratamiento, moderna, para 600.000 habitantes”, consideró Calvo desde Buenos Aires, donde participa del congreso mundial del agua de la International Water Association (IWA). Consideró que cumplió con su ciclo al frente de la institución.
Enumeró las obras que se emprendieron durante su gestión, como los pozos de agua, para resolver la demanda por el crecimiento poblacional. “La etapa que viene ahora es la de optimización del sistema, sobre todo, en aquellos sectores donde no pudimos llegar para dar un mejor servicio a nuestros vecinos, que fue el principio fundamental de nuestra gestión”, concluyó.
Con el sello de Alperovich
Una historia marcada por la polémica
Alfredo Calvo estaba frente a la Sociedad Aguas del Tucumán desde diciembre de 2003, cuando se constituyó la sociedad anónima con participación estatal mayoritaria. La prestación de los servicios era hasta entonces gerenciada por el Enohsa nacional. Por decreto, el entonces gobernador José Alperovich creó y brindó la concesión por 30 años a la SAT. El servicio, según reconocían las autoridades, estaba colapsado y el 60% de los usuarios eran morosos. Antes, entre 1995 y 1997, el servicio había estado privatizado en manos de la Compañía Aguas del Aconquija, subsidiaria de la francesa Vivendi. La concesión -era por 30 años- fue rescindida al inicio de la gestión de Antonio Bussi, lo que derivó en un juicio ante el Ciadi, con fallo desfavorable. Durante los últimos años, el servicio de la SAT estuvo en el ojo de la tormenta por los derrames cloacales y la deficiencia en la provisión de agua. El municipio capitalino denunció a la SAT en la Justicia y, antes de las elecciones, el intendente Germán Alfaro, inició una campaña para juntar firmas e impulsar en la Legislatura un proyecto de intervención.