Jorge Fernando Herrera es el supuesto asaltante número 14 que fue abatido en nuestra provincia en lo que va del año. Para los especialistas es un reflejo de lo que está sucediendo en las calles tucumanas. En tanto que para los protagonistas, ya sean víctimas o victimarios, es sinónimo del inicio de un interminable calvario.
En lo que va del año se produjeron 113 homicidios (registrados en crónicas de LA GACETA), de los cuales 36 fueron en situación de robo. Esa nómina está integrada por las 15 víctimas de asaltos, y les siguen los 14 supuestos ladrones que fueron ultimados mientras cometían delitos; cuatro perdieron la vida por intervenir en un atraco y tres fallecieron como consecuencia de robos en los que no fueron protagonistas.
Dentro de esos números, en el caso de los supuestos ladrones, se observa que el 50% las muertes fueron provocadas por civiles y la otra mitad por efectivos de la Policía de la provincia, de la Policía Federal y de Gendarmería. Todas las víctimas fueron heridas por disparos de armas, lo que refleja el poder de fuego con el que cuenta la sociedad.
En todos los casos se abrieron expedientes judiciales. Sólo en tres de ellos la investigación estuvo estancada porque los pesquisas chocaron contra un enorme muro de silencio. “Nadie te quiere decir nada porque entienden que los responsables hicieron bien. En algunos barrios hasta los tratan como héroes”, dijo un investigador de la División Homicidios.
De los casos en cuestión, sólo un “justiciero” se encuentra tras las rejas. El fiscal Edgardo Sánchez logró que un fiscal le dictara prisión preventiva a un hombre por haber acabado con la vida de un joven, que le habría robado el camión en el barrio Policial de Concepción. Ahora espera los resultados de una pericia para pedir que se enjuicie al acusado y a su hijo, que se encuentra en libertad bajo caución.
“Puede decirse que la causa se tramitó sin presiones externas; sólo las propias internas por resolver el caso. Actualmente, ese tipo de situación se está dando con los homicidios culposos, es decir, con las muertes provocadas en accidentes de tránsito”, explicó Sánchez.
El fiscal Washignton Navarro Dávila tuvo un caso similar. Investigó la situación en la que un comerciante persiguió a los ladrones que habrían robado en su corralón de materiales. Pidió la prisión preventiva, acusándolo como autor de homicidio, pero le rechazaron el planteo. Después, solicitó que el hombre sea enjuiciado por ese delito y el pedido se encuentra sin resolución porque está en la Cámara de Apelaciones. “Tengo una misión, que es investigar los casos. Y herir mortalmente a una persona con dos disparos por la espalda no autoriza a hablar de legítima defensa”, comentó.
El ministro fiscal, Edmundo Jiménez fue categórico: “en esta situación tienen que ver muchos factores, pero el más importante es la inseguridad en la provincia. También es cierto que hay un importante recrudecimiento en el delito. No menos cierto es que hay una injustificada reacción de violencia ante cualquier cosa que ocurra en las calles”.
“Indudablemente, en este tema también está metida la droga. Sí hemos notado que la mayoría de las personas que cometen este tipo de delitos lo hacen bajo los efectos de sustancias. Por eso se puede pensar que ni siquiera respetan la autoridad que impone el uniforme de una fuerza de seguridad”, destacó el ministro.
Situación compleja
Claudio Dadín, jefe del Grupo Cero, el cuerpo donde se desempeñaba el sargento que abatió a Herrera, coincidió con Jiménez. “En la calle nos damos cuenta de que las personas que salen a cometer delitos los hacen sin medir ningún tipo de consecuencia. No les interesa matar ni morir. Es una situación compleja para los miembros de la fuerza”, explicó.
El comisario general, después de suspirar, aseguró: “los policías saben cuál es su deber y que se juegan por la sociedad. Pero una cosa le puedo asegurar: a ninguno le gusta pasar por la situación de matar a alguien, por más que esté preparado para hacerlo”.
Los números
36 homicidios en situación de robo se llevan registrados.
15 fallecieron por ser víctimas de asaltantes.
14 supuestos ladrones fueron abatidos.
4 personas murieron por tratar de evitar asaltos.
3 víctimas se registraron por situaciones vinculadas a robos.