Los investigadores que intentan dar con Santiago Maldonado centran ahora sus sospechas sobre dos de los gendarmes que participaron del operativo del 1 de agosto. Se trata del subalférez Emmanuel Echazú, el gendarme que fue herido poco después de ingresar sobre el territorio ocupado en Cushamen, y de Neri Armando Robledo.
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Sus nombres aparece en el informe que presentó el Gobierno ante el juez de Esquel Guido Otranto en el que apunta al rol de algunos gendarmes. Junto con ellos están nombrados Orlando Yucra, Julio Segovia, Juan Carlos Pelozo, Jorge Fortunato, Ramón Vera y Darío Zoilán.
Echazú recibió una pedrada que le causó una doble fractura de mandíbula en el arranque del operativo que condujo el comandante segundo del Escuadrón 36, Juan Pablo Escola, según detalló el diario Clarín. Sin embargo, siguió avanzando junto con sus compañeros. Para la Justicia, él pudo haber actuado violentamente movido por la furia que le causó la herida.
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De todos modos, no es el único gendarme que en este momento está en la mira de los investigadores. Según publicó el diario La Nación, el gendarme Robledo reconoció que le dio una pedrada a uno de los encapuchados que cruzaron el río Chubut.
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Robledo formaba parte del grupo que corrió a los manifestantes de la protesta mapuche el 1 de agosto. En su declaración, contó que uno de los encapuchados le tiró una piedra que impactó en su rodilla. A modo de defensa personal tomó otra piedra y se la tiró a los manifestantes que estaban nadando para cruzar el río. Le dio en la espalda.