Corea del Norte volvió a generar tensión en el mundo luego de realizar la sexta y más potente prueba nuclear con una bomba de hidrógeno avanzada para un misil de largo alcance.
Las estimaciones sobre la energía desatada en el ensayo nuclear norcoreano, entre 50 y 120 kilotones, se basan en las mediciones sismológicas que diversos organismos efectuaron sobre las ondas del temblor que la supuesta bomba de hidrógeno provocó al estallar el domingo.
Pese a las divergencias en las mediciones, los expertos coinciden al señalar que -aún si se toma en cuenta solo la cifra más baja- Corea del Norte mejoró ampliamente su capacidad nuclear al lograr al menos quintuplicar la potencia de su anterior prueba, del 9 de septiembre de 2016.
El Consejo de Seguridad de la ONU lleva más de una década imponiendo sanciones a Corea del Norte por sus pruebas nucleares y con misiles balísticos. Sin embargo, el régimen comunista no ha detenido su desarrollo armamentístico.
Aún serán necesarias más mediciones, además de recoger posibles muestras de materiales radiactivos emanados del lugar de las pruebas, para determinar si Pyongyang ha logrado en efecto desarrollar una bomba H, tal y como anunció el régimen el día del ensayo a través de sus medios oficiales.