¿Es tucumano o peruano? La pregunta no tiene una sola respuesta. Nacido en Perú, hace 30 años llegó a nuestra provincia a estudiar Medicina, hoy es uno de los especialistas de referencia del Centro Privado de Cardiología (CPC) y a partir de ahora su labor alcanzó reconocimiento internacional. Dos trabajos que impulsó el médico -digamos tucumano- Luis Aguinaga fueron seleccionados dentro de las “25 publicaciones más emblemáticas” del Hospital Clínic de la Universidad de Barcelona (España), como parte de los festejos por los 25 años de la sección de Arritmias de esa institución.
Aguinaga expuso ayer en el auditorio del Barcelona Fútbol Club, ante miles de colegas de todo el planeta. Sus trabajos, más allá de los títulos interminables de las publicaciones científicas, fueron considerados un importante aporte en el tratamiento de las arritmias en los pacientes que sufrieron infarto de miocardio.
“En términos generales, hay dos grandes formas de tratar las arritimias en pacientes que sufrieron un infarto: la revascularizar (corregir problemas en las arterias) o tratar directamente el foco que provoca la arritmia, con medicación y/o con el implante de un desfibrilador. Por supuesto, hay pacientes que requieren todo eso, según el caso. Pero hasta definir de qué manera se va a tratar la arritmia puede pasar mucho tiempo probando terapéuticas y opciones hasta dar con la que funcione para esa persona. Lo que logramos nosotros es establecer cuáles son los pasos a seguir y en qué orden para dar con el tratamiento lo más rápidamente posible”, explica el médico, todavía en tierras catalanas, en diálogo telefónico con LA GACETA.
El trabajo de Aguinaga y su equipo, según explica, es el primer reporte mundial de un protocolo de diagnóstico y terapéutico para estos casos. “Lo más importante es que al ser validado nuestro estudio por una institución tan prestigiosa como Clínic, abre las puertas para que el protocolo se aplique en todo el mundo. Es la tendencia protocolizar los procedimientos, porque ahorra tiempo, energías, recursos y, en definitiva, salva vidas”, pondera Aguinaga.
El trabajo que realizaron contó con el estudio de 300 casos en cinco centros médicos cardiológicos, de Europa y de Argentina, incluyendo el CPC. “Nos volvemos muy contentos porque fue un cálido recibimiento de los colegas y de toda la ciudad de Barcelona -destacó Aguinaga-. Después de los atentados, hablar de salvar vidas no es algo que pase inadvertido”.