BUENOS AIRES.- El fiscal general de la Cámara del Crimen, Ricardo Sáenz, sostuvo ayer que en la causa que investiga la muerte de Alberto Nisman “hay un montón de pruebas que indican que es un homicidio”. Y puntualizó que el presunto hallazgo de ketamina (un anestésico) en el cuerpo sin vida del fiscal “sería una (prueba) más”.
Sáenz se refirió a los resultados de un nuevo análisis toxicológico realizado en el marco del expediente que investiga la muerte del ex titular de la Unidad Fiscal de Investigaciones del atendado a la AMIA (perpetrado el 18 de julio de 1994), ocurrida hace dos años y medio. Esos análisis habrían revelado la presencia de ketamina en su cuerpo y Sáenz remarcó que es posible que a Nisman “se lo haya reducido, por ejemplo, con esta sustancia”.
Las pruebas
El fiscal enumeró las pruebas existentes en la causa que sustentan la hipótesis del homicidio: “Está probado en el expediente que el cuerpo lo movieron”, señaló.
También, indicó que, del expediente, surge que Nisman “no tiene en sus manos huellas de las que deja el arma” y que “está probado que algunas manipulaciones de sus instrumentos informáticos se hicieron en forma remota, pero otras no”, es decir que fueron manipuladas desde la propia residencia del fiscal.
“Nisman limpió el departamento y después se pegó un tiro. La verdad que la hipótesis no tiene sentido”, analizó Sáenz. Para más datos, sentenció: “toda la hipótesis del suicidio es inimaginable”.
El fiscal general hizo hincapié en que, después de su muerte, hubo “todo un Gobierno abocado a destruir la imagen de Nisman” y consideró que eso torna todavía más complejo el esclarecimiento de su deceso. Justamente, y sosteniendo la convicción de que se trató de un crimen, Sáenz puntualizó que “llegar a los autores materiales es muy difícil”.
En este punto, entonces, opinó que la investigación debería orientarse hacia “quiénes facilitaron (el supuesto asesinato), a quiénes les convenía, y quiénes lo pueden haber ordenado”.
El fiscal Alberto Nisman fue encontrado muerto de un disparo en la cabeza en el baño del departamento en que vivía en la torre Le Parc, en Puerto Madero, pocos días después de haber denunciando penalmente ante la Justicia por presunto encubrimiento del atentado a la AMIA a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner; y un día antes de la fecha en la que había sido citado por la Cámara de Diputados para dar detalles de su denuncia. (Télam)