Durán admitió que la constructora de su cuñado trabaja para el IPV
El “caso Viviendas” sumó un nuevo capítulo cuando el interventor del Instituto Provincial de Vivienda y Desarrollo Urbano (Ipvdu), Gustavo Durán, reconoció que una empresa de su cuñado realiza obras de la repartición. “Cometí un error, si lo cometo al error me hago responsable”, dijo el funcionario. La constructora en cuestión es Kursk S.R.L. y Raúl Eduardo Beverina, cuñado del interventor, es uno de sus dueños. “Me haré cargo de lo que tenga que decir o de lo que tenga que hacer. Si hay una incompatibilidad, que me la demuestren”, concluyó Durán.
Hace semanas, “Panorama Tucumano” transmitió un informe sobre presuntas irregularidades en el instituto. Entre otros de los elementos que se trataron en el programa, se habló del vínculo entre Lucas Barrionuevo, coordinador de Programas Federales del Ipvdu, y Sebastián y Martín Nieva, dueños de Marán Constructora S.R.L. Aunque el funcionario había negado conocer “de antes” a los empresarios, se demostró que Barrionuevo es el tío político de los hermanos Nieva.
Además, la senadora radical Silvia Elías de Pérez denunció que Durán había organizado una “estructura paralela” en la repartición que conduce. Según la acusación de la parlamentaria, Miguel Jiménez Augier (coordinador de Planeamiento Habitacional) y Barrionuevo serían los encargados de adjudicar obras y viviendas de manera irregular.
La empresa
Según el aviso 194.629 del Boletín Oficial publicado el 9 de diciembre de 2015, Beverina pasó a formar parte de Kursk S.R.L. tras adquirir acciones de Alejandro Strukov (padre). Según la mencionada publicación, la empresa estaría integrada por dos personas: Beverina y Alejandro Strukov (hijo). A ambos se les asigna el carácter de “socio gerente” y están capacitados para ejercer la representación legal de la sociedad. Además, Kursk S.R.L. podría estar vinculada a otra de las constructoras contratadas por el Ipvdu: Valle Azul S.A. Ambas empresas figuran en la web con el mismo domicilio: Juan B. Justo 2.701.
Según Durán, esta constructora sólo está trabajando en 30 mejoramientos habitacionales que le fueron cedidos por otra empresa. Sin embargo, en un listado en el que figuran diversas obras del Ipvdu que podrían ser auditadas por la Nación, Kursk S.R.L. es mencionada dos veces. Una de ellas es en el acuerdo 1163/2014 y la otra es en el acuerdo 443/2015.
“No la contratamos nosotros; tiene una obra de mejoramientos a través de una cesión de otra empresa. No se la contrató directamente”, se excusó el interventor. No obstante, reconoció que el instituto estuvo involucrado en el proceso. “Yo firmé una resolución en la cual le cedemos parte de una obra a la empresa Kursk”, dijo antes de aclarar que los documentos pueden llevar su propia firma o la de la subinterventora (Noemí Ferrioli), y que no recordaba cuál de los dos había firmado esa resolución en concreto.
Según el artículo 18 de la ley provincial de Obras Públicas (5.854), un vínculo como el de Durán con Beverina no implica incompatibilidad para que el Ipvdu adjudique obras a la empresa Kursk. Esa norma impide que contraten con el Estado quienes sean deudores morosos de la provincia o a los funcionarios que “por su jerarquía y funciones puedan desvirtuar los principios de contratación pública”.
“Me haré responsable”
A pesar de la ausencia de una sanción legal, a Barrionuevo se le abrió un sumario administrativo por sus vínculos con empresarios de la construcción. Durán reconoció que el hecho de que la empresa de su cuñado realice trabajos para el Ipvdu podría implicar una falencia. “Sí, puede haber sido un error. De esto van a hablar un montón y me haré responsable en el momento que corresponda”, respondió el interventor.