Atlético "voló" con Luchetti hasta la próxima fase

Atlético es un equipo rebelde, rebelde de sí mismo. Es como si en cancha hiciera un acto de negación sobre lo bueno que sabe hacer y se dedicara a despilfarrar el tiempo en apuestas tipo ruleta rusa. Atlético casi vuelve a perder anoche, esta vez por Copa Argentina, ante un All Boys que se refugió en la potencia de Maximiliano Salas, que se las ingenió para complicar en soledad la vida de una defensa que entró en pánico un puñado de veces y lo pagó.

Explicaciones sobran al por qué de tanto apremio. Cada lamento del “Decano” es una consecuencia de sus propias malas decisiones. Agréguele, además, su escasa amistad con la suerte. Anoche, por caso, tuvo chances de sobra como para evitar el infarto de la serie de los penales.

Empezó bien el equipo de Pablo Lavallén, haciéndose dueño del medio campo y gestionando el fútbol que le gusta a su gente, siempre presente en masa, abriendo la cancha trasladando la pelota al ras del piso. Así llegaron dos buenas chances, pero fueron desperdiciadas por Luis Rodríguez. Primero pifió un pase atrás en soledad de Rodrigo Aliendro y después otro de Leandro González. Claro, el penal del 1-1 fue su venganza.

Sucede que cuando la noche empezaba a teñirse de celeste y blanco, All Boys encontró la sortija de diamantes. Demasiados espacios en el medio, demasiadas libertades para que Salas, acercándose a la puerta del área grande, rematara bajo y rasante. Hubo un tenue desvío en Bruno Bianchi. Fue suficiente para que la pelota entrara pidiendo permiso en el arco de Cristian Lucchetti.

Entonces, todo lo bueno que había producido Atlético con el balón dominado, desapareció del mapa: empezaron las imprecisiones, los cambios de roles. Ignacio Canuto o Bianchi buscaron sorprender con pases a los costados, a veces demasiados largos, a veces sin sentido. Quienes debieron tomar el control y crear, durmieron. O sea, All Boys, siendo la mínima expresión de un pequeño grupo de guerreros, le hizo fuerza al gigante. Y sin despeinarse.

El tiempo pasó y Atlético siguió equivocando la huella. Pero tenía un sustento: las paradas de Lucchetti. De un mano mano gigante, Atlético revivió. Volvió a sus formas, a la sorpresa. Llegó el penal a Cristian Menéndez, justo cuando la soga apretaba con mayor fuerza. O sea, Atlético, perdido, encontraba la luz. Esa luz que no dejó apagar ni en los penales, el del 1 a 1 de “Pulguita” y en la serie de la muerte, donde Lucchetti fue la peor pesadilla del “Albo”.

Menéndez abría bien la serie, y “Laucha” comenzaba a endulzarla con su primera tapada. Le adivinó la intención a Juan Manuel Vázquez. Arriba Atlético. David Barbona estiraba el margen y Lucchetti, claro, volvió a ratificarlo, ahora con otra tapada magistral a Brian Ceballos. Leandro González puso el 3 a 0, Gastón García, recortó y Lucchetti, quién más si no, selló una victoria sufrida pero importante. Atlético no jugó bien, pero ganó. Y eso es lo que vale. Todo sea por cortar ese póquer de derrotas que tanto incomodaba.

El apoyo siempre está

Los hinchas de Atlético vinieron a Salta en un buen número pese a que se trataba de un día laborable. Ocuparon parte de la zona de plateas, así como también un sector popular y otras zonas habilitadas por la organización del certamen. Tras el partido, algunos fanáticos salteños se tomaron una fotografía con Menéndez.

El jugador N°19 fue Molina

Finalmente, el “Decano” que quedó al margen de los 18 futbolistas que podían jugar anoche fue Emanuel Molina, por decisión táctica. Igualmente, según comentaron fuentes del club, la directiva le solicitó al técnico no incluirlo en la grilla, por si acaso. La AFA le había dado el visto bueno a Atlético para que el “Mago”, notificado por doping el 12 de marzo pasado (por betametasona, un analgésico), pueda jugar, sin embargo, su situación en la agencia antidopaje no está clara aún. Más vale prevenir que curar.

Un verdadero papelón

Según trascendió por los hinchas que estuvieron en la platea popular del “Padre Ernesto Martearena”, algunos barrabravas de Atlético se mostraron molestos porque no pudieron ingresar con bombos a la cancha y también porque a algunos de sus miembros no se les permitió el acceso. Circuló el rumor de que iban a “cortar” el partido. En un momento, pagaron los platos rotos dos simpatizantes que nada tenía que ver con los violentos: les pegaron porque sí.

Un premio que incentiva a seguir

El cheque gigante ya es un clásico en los finales de los partidos de Copa Argentina. Esta vez se lo llevó Atlético y con un premio de $560.000. El plantel posó juntó con él, y luego Luis Rodríguez se lo llevó rápido al vestuario.

El regreso

Pese a los problemas para bañarse que tuvieron por falta de agua, el plantel se fue feliz del Padre Martearena y regresó a la provincia. De ahora en adelante tendrá más de una semana para preparar el partido de sábado 17 de este mes con Defensa y Justicia, en Florencio Varela. Ese será el primero de tres encuentros que le restan al “Decano” por el Torneo de Primera. El anteúltimo será el jueves 22 en el Monumental, ante Vélez. Los dos partidos aún no tienen horarios confirmados.

La próxima fase

Atlético enfrentará a Independiente en los 16vos. de final de la Copa Argentina tras vencer a All Boys. El “Rojo” viene de vencer con mucho sufrimiento y por penales a Camioneros (de 9 de Abril, partido de Esteban Echeverría), un equipo que milita en el Torneo Federal B, la cuarta categoría de nuestro fútbol.