Por Fabián Soberón - Para LA GACETA - Tucumán
- Salvo casos excepcionales (como El técnico de sonido, de Marcel Beyer) el personaje del fabricante/experto en sonido es un caso raro en la literatura. ¿Cómo surgió la idea de un personaje como el narrador de El invisible?

- Siempre he creído que la relación con nuestro mundo secreto y nuestra voz es más importante y más profunda que la relación con la “literatura”. Por eso he sido amante de la música por 30 años. De hecho, no solamente escucho música clásica sino también pop, folk y opera. En el año 2000 vine a Pekín a trabajar, y encontré a alguien que se transformó en mi amigo rápidamente, su trabajo es el de ser reparador de amplificadores y de equipos de música. Es una persona con un gusto muy específico que el mío pues sólo escucha música clásica anterior al periodo romántico. Sus gustos, su manera de vivir, y sus hábitos lo aíslan del ritmo de la vida moderna. Eso me llamó mucho la atención.
- El alejamiento de la esposa, la extraña pelea con la hermana, el acoso de un cliente excepcional: estos episodios muestran que la vida del personaje no está ligada a la felicidad. Sin embargo, no se puede pensar que El invisible sea una novela desesperanzada. Como yo soy técnico en sonido, me interesa especialmente el trabajo del personaje y su modo de percibir el mundo.

- Me gusta hablar con un técnico en sonido, como el protagonista de la novela. La vida del protagonista es muy dura, lo único que lo mantiene a flote es su tenacidad y el amor por su trabajo y la música. Es la clase de persona que va a seguir siempre, pase lo que pase. Es una personalidad pasiva y perseverante al mismo tiempo. Perseverante en su pasividad. Siempre ha vivido en su mundo de música, sumergido en ese mundo. Para dar una opinión de autor creo que mientras que la música siga existiendo en este mundo los humanos tendremos una esperanza.
- El tono de la novela –al menos en la traducción de Miguel Ángel Petrecca– muestra cierta parquedad que le hace bien a la tristeza diáfana que rodea la vida del personaje. No hay estridencias, no hay golpes bajos, todo sucede como si la vida fuera eso y hubiera que aceptarla así, de ese modo.
- Sí, tiene razón. Cuando nos acostumbramos a lo peor de este mundo, nos volvemos parte de lo peor de este mundo. Durante la dinastía We y Jin había un gran poeta y político llamado Cao Cao, él tiene una línea famosa: “soporta el tiempo adverso y toma las cosas como son” y aunque suena un poco negativo hay una cierta sabiduría en eso. La vida nunca será todo el tiempo como lo deseamos. En muchas circunstancias simplemente tendremos que soportar, seguir adelante, sin disfrutarla o sufriendo. Eso nos enseña a guardar una cierta indiferencia, una distancia, que creo que es la que guarda el protagonista. Y es también algo que se mantiene en la tradición de los intelectuales chinos.
- Hay una exaltación del placer estético en la novela: la música de Bartok, Prokofiev, Bach, etc., inunda la novela como un hecho natural del mundo de los personajes. La belleza (en un sentido clásico) de la música es una dimensión casi perdida en el mundo contemporáneo.
- La música más hermosa está desapareciendo de este mundo. Comparando con el mundo feliz en los tiempos de Homero este mundo nuestro es oscuro y triste. Tanto en Occidente como en Oriente este proceso ha sido muy marcado.
- Ya sabemos que la literatura no puede expresar la complejidad de la cultura. Sin embargo, se puede pensar que algo de esa trama compleja se filtra en una novela de un autor contemporáneo chino (algo misterioso, difícil de asir, de atrapar). ¿Qué crees que aparece del presente chino en la novela?
- Creo que aunque la influencia de la literatura hoy no es tan fuerte en la sociedad es aún muy poderosa. Este libro quizás refleja algo de la sociedad actual. Pero en mi opinión lo más importante es que muchas veces olvidamos el significado de los momentos que se repiten en nuestra vida ordinaria. Esos momentos son opacos y al mismo tiempo muy importantes. Vivimos en un mundo mental, en nuestros deseos y nuestros miedos y nos olvidamos del presente. Algo de todo eso intenté atrapar en esta novela.
- ¿Cuál es tu visión de la novela china contemporánea? Me interesa tu opinión considerando que tenemos menos información de la que querríamos sobre el panorama de la literatura china en Argentina.
- Las novelas de la literatura china contemporánea finalmente han alcanzado un estatuto relativamente normal. No son tan importantes como antes, pero no son despreciables por ello. Me refiero a la importancia social o política de las novelas. Creo que la nueva generación de escritores chinos está madurando. Tienen su propio gusto y su propio lenguaje. Aún no está fijada, pero veo una escritura nueva que se está abriendo camino.
© LA GACETA
PERFIL
Ge Fei nació en 1964, en Jiangsu. Tiene un PhD. de la Normal East China University. Entre los 80 y los 90 se convirtió en una de las revelaciones de la nueva literatura china. Peach Blossom Beauty es su novela más celebrada. Actualmente es profesor de Letras en la Universidad de Tsinghua. Su novela El invisible fue publicada por Adriana Hidalgo Editorial en la Argentina.