11 Abril 2017
De los 4.000 pobladores de La Madrid, 2.500 ya lograron retornar a sus casas
Bomberos, operarios del Gobierno, voluntarios y los propios habitantes de la comuna están volcados a la limpieza de viviendas Los vecinos aún evacuados viven en albergues de Taco Ralo y Simoca, en vagones o al costado de la ruta 157
LO QUE EL AGUA NO SE LLEVÓ. Una vecina trata de que el sol y la brisa oreen camas, sillas, y placares durante la mañana de ayer en La Madrid. la gaceta / FOTO DE RODOLFO CASEN
De a poco, sin tregua, en La Madrid se avanza en las tareas de recuperación del pueblo. La descomunal inundación que hace 11 días tapó el pueblo ocasionó pérdidas materiales prácticamente totales para el 100% de los vecinos.
A cambio de llevarse todas sus pertenencias, el agua les dejó toneladas de barro y basura, y un panorama general de destrucción. Legiones de pobladores, voluntarios, operarios del Gobierno provincial y bomberos están abocados a dejar en condiciones habitables viviendas, escuelas y otros edificios públicos; además de dejar transitables las calles.
Se estima que unos 2.500 habitantes, de un total de 4.000, ya retornaron a sus casas. Mientras tanto, 1.500 aún permanecen evacuados en las carpas precarias levantadas en las banquinas de la ruta 157, en vagones del ferrocarril y en los centros de albergue de Taco Ralo y Simoca.
Las clases se reanudarán paulatinamente a partir del lunes.
La espera
“Este comenzar de nuevo es muy penoso. Cuando vine por primera vez a ver los daños que provocó el agua en mi negocio, me dieron ganas de llorar. No lo podía creer. Mercaderías, muebles y heladeras estaban tapados por el barro”, relata Marcelo Campos, propietario de una despensa frente a la plaza.
Campos volvió a abrir su local con los escasos comestibles que sobrevivieron a la catástrofe. “Uno quiere a este pueblo y por eso la mayoría le ponemos el pecho a las balas para que salga adelante. El Gobierno tiene que hacer lo suyo construyendo las obras hídricas que hacen falta aquí”, manifestó.
Ayer, los vecinos esperaban que el presidente Mauricio Macri, que llegó a Tucumán para recorrer las zonas afectadas por las inundaciones, visitara el lugar. Sin embargo, no lo hizo. Estuvo en Monteagudo y sobrevoló los alrededores. Recordaron que en 1992, a pocos días de la otra devastadora inundación que sufrió la La Madrid, llegó el entonces presidente Carlos Menem. En esa ocasión anunció la concesión de un subsidio de $ 1,3 millón . Nadie sabe si ese dinero llegó al pueblo. “Al presidente ahora lo estábamos esperando con ayudas concretas. Es que aquí fue el epicentro del peor anegamiento que sufrió el sur tucumano. Tendría que haber venido a estar a nuestro lado y a escucharnos”, reclamó Orlando Gómez.
El vecino permanece autoevacuado en un altillo de la ex estación ferroviaria, junto con su esposa y sus cuatro hijos. “Cuando comenzó a taparnos el agua me acordé de este lugar abandonado y nos largamos como pudimos. Nos salvamos de milagro”, rememotó. En estos días permanecen unas 50 personas en los distintos espacios de la ex estación ferroviaria, y otras 12 familias ocupan los vagones que dejó ahí una locomotora.
“Ayer regresé a casa y comencé a limpiarla. Pero tengo para varios días porque tengo mucho barro podrido que sacar, y cualquier cantidad de basura. Por ahora está inhabitable” refirió.
Belén Diaz, madre de dos niños, sigue autoevacuada en la ruta 157 y sin esperanzas de regresar pronto a su casa del barrio Matadero. “En el sector donde vivo, al este de la ruta, nadie entró a limpiar. Todas las tareas están concentradas en el centro del pueblo. Ahí muchas familias ya regresaron a sus casas y tienen energía eléctrica” se quejó.
Las ayudas a los evacuados se concentran en la plaza General San Martín. Ahí levantaron carpas los ministerios del Interior y de Desarrollo Social. También lo hicieron la Caja Popular de Ahorros de la provincia.
A cambio de llevarse todas sus pertenencias, el agua les dejó toneladas de barro y basura, y un panorama general de destrucción. Legiones de pobladores, voluntarios, operarios del Gobierno provincial y bomberos están abocados a dejar en condiciones habitables viviendas, escuelas y otros edificios públicos; además de dejar transitables las calles.
Se estima que unos 2.500 habitantes, de un total de 4.000, ya retornaron a sus casas. Mientras tanto, 1.500 aún permanecen evacuados en las carpas precarias levantadas en las banquinas de la ruta 157, en vagones del ferrocarril y en los centros de albergue de Taco Ralo y Simoca.
Las clases se reanudarán paulatinamente a partir del lunes.
La espera
“Este comenzar de nuevo es muy penoso. Cuando vine por primera vez a ver los daños que provocó el agua en mi negocio, me dieron ganas de llorar. No lo podía creer. Mercaderías, muebles y heladeras estaban tapados por el barro”, relata Marcelo Campos, propietario de una despensa frente a la plaza.
Campos volvió a abrir su local con los escasos comestibles que sobrevivieron a la catástrofe. “Uno quiere a este pueblo y por eso la mayoría le ponemos el pecho a las balas para que salga adelante. El Gobierno tiene que hacer lo suyo construyendo las obras hídricas que hacen falta aquí”, manifestó.
Ayer, los vecinos esperaban que el presidente Mauricio Macri, que llegó a Tucumán para recorrer las zonas afectadas por las inundaciones, visitara el lugar. Sin embargo, no lo hizo. Estuvo en Monteagudo y sobrevoló los alrededores. Recordaron que en 1992, a pocos días de la otra devastadora inundación que sufrió la La Madrid, llegó el entonces presidente Carlos Menem. En esa ocasión anunció la concesión de un subsidio de $ 1,3 millón . Nadie sabe si ese dinero llegó al pueblo. “Al presidente ahora lo estábamos esperando con ayudas concretas. Es que aquí fue el epicentro del peor anegamiento que sufrió el sur tucumano. Tendría que haber venido a estar a nuestro lado y a escucharnos”, reclamó Orlando Gómez.
El vecino permanece autoevacuado en un altillo de la ex estación ferroviaria, junto con su esposa y sus cuatro hijos. “Cuando comenzó a taparnos el agua me acordé de este lugar abandonado y nos largamos como pudimos. Nos salvamos de milagro”, rememotó. En estos días permanecen unas 50 personas en los distintos espacios de la ex estación ferroviaria, y otras 12 familias ocupan los vagones que dejó ahí una locomotora.
“Ayer regresé a casa y comencé a limpiarla. Pero tengo para varios días porque tengo mucho barro podrido que sacar, y cualquier cantidad de basura. Por ahora está inhabitable” refirió.
Belén Diaz, madre de dos niños, sigue autoevacuada en la ruta 157 y sin esperanzas de regresar pronto a su casa del barrio Matadero. “En el sector donde vivo, al este de la ruta, nadie entró a limpiar. Todas las tareas están concentradas en el centro del pueblo. Ahí muchas familias ya regresaron a sus casas y tienen energía eléctrica” se quejó.
Las ayudas a los evacuados se concentran en la plaza General San Martín. Ahí levantaron carpas los ministerios del Interior y de Desarrollo Social. También lo hicieron la Caja Popular de Ahorros de la provincia.
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