Lucinda Santillán es la mejor acróbata de caño de la Argentina

El imaginario popular asocia directamente las acrobacias de caño (pole) al erotismo y a las insinuaciones con contenido sexual. Pero esa vinculación no tiene nada que ver con la construcción de un deporte de alta exigencia, reconocido internacionalmente y con competencias que tienen cada vez más interés y atractivo.

Una tucumana fue la protagonista central del último certamen realizado en el país: Lucinda Santillán brilló con su rutina, lo que le permitió ganar el Argentina Polechampionship que se realizó en el teatro La Plaza de Buenos Aires a mediados del mes pasado. Su rutina fue reconocida por un jurado internacional, integrado por representantes de Ucrania, Suecia, España, Brasil y Argentina.

“El primer día clasifiqué con el mayor puntaje, y pasé a la final en la que obtuve el primer lugar en la categoría Master”, relata a LA GACETA. La gimnasta compitió por primera vez en 2015, cuando ganó como profesional el Salta Polechampionship, que es el campeonato regional del NOA.

Santillán conduce junto a su marido, Sergio Queiró, el estudio de acrobacias y baile “Ritmos latinos”, en Yerba Buena, y desde hace siete años se dedica a dar clases de esta especialidad, como pioneros en la disciplina en la provincia.

La competencia nacional en sí consistió en secuencias de danza y acrobacias en el piso y en caños fijo y giratorio, con un reglamento muy estricto. “La preparación para competir en estos certámenes es extrema. Se busca realizar las mejores destrezas, mostrar la mayor fuerza y flexibilidad posible, todo dentro de un tiempo máximo de tres minutos sobre el escenario. La exigencia que implica la rutina requiere de un fuerte entrenamiento previo de las capacidades aeróbicas, anaeróbicas, de fuerza, coordinación, equilibrio y flexibilidad, entre otras. También es sumamente importante la parte artística, en la que el atleta debe presentarse cuidando las líneas en los ejercicios, el vestuario y la música elegidos”, explica.

A diferencia del prejuicio machista, en las competiciones de pole están prohibidos los movimientos eróticos y la exhibición de partes íntimas del cuerpo. “Esa línea no es con la que se trabaja en mis clases ni mucho menos en los torneos”, destaca. La campeona reconoce que a partir de programas como los de Marcelo Tinelli, esta disciplina se popularizó.

“El caño ya se ha convertido en un deporte -sostiene-, y no me extrañaría que pronto forme parte de los Juegos Olímpicos”.