04 Diciembre 2016
UN SUSTO. Hourcade regresó esta semana al país después de la gira del seleccionado por Gran Bretaña y Japón. FOTO TOMADA DE PRENSA UAR ARCHIVO
"Anoche me asaltaron y me robaron mi celular, estos días estaré sin mi número habitual", fue el mensaje que publicó Daniel Hourcade, el entrenador de Los Pumas, que fue asaltado durante la noche del viernes, a pocos metros de su casa.
Luego de la gira por Japón y Gran Bretaña, el tucumano regresó a la provincia para pasar las fiestas junto a su familia. Sin embargo, a las pocas horas vivió momentos de mucha tensión y nerviosismo, al punto que llegó a temer por su vida.
"Estoy bien, gracias. Feo momento, me pusieron una pistola en la cabeza, les di mi celular y querían plata, no tenia nada encima, me empujaba con la pistola entre la ceja y el ojo, pensé que gatillaba. Se fueron", fue el mensaje que publicó "Huevo" en su cuenta de Facebook.
Hourcade volvía durante la noche del viernes a su casa cuando fue abordado por un hombre que, a punta de pistola, le exigió que le entregara su celular y el dinero que llevaba en la billetera. Pese a que el director técnico del seleccionado argentino de rugby no se resistió, el desconocido le apoyó el arma entre las cejas y, luego de unos segundos, huyó del lugar.
Luego de la gira por Japón y Gran Bretaña, el tucumano regresó a la provincia para pasar las fiestas junto a su familia. Sin embargo, a las pocas horas vivió momentos de mucha tensión y nerviosismo, al punto que llegó a temer por su vida.
"Estoy bien, gracias. Feo momento, me pusieron una pistola en la cabeza, les di mi celular y querían plata, no tenia nada encima, me empujaba con la pistola entre la ceja y el ojo, pensé que gatillaba. Se fueron", fue el mensaje que publicó "Huevo" en su cuenta de Facebook.
Hourcade volvía durante la noche del viernes a su casa cuando fue abordado por un hombre que, a punta de pistola, le exigió que le entregara su celular y el dinero que llevaba en la billetera. Pese a que el director técnico del seleccionado argentino de rugby no se resistió, el desconocido le apoyó el arma entre las cejas y, luego de unos segundos, huyó del lugar.
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