20 Noviembre 2016
DENTRO Y FUERA DE LA CIUDAD. Uniformados de Delitos Contra las Personas y el Grupo CERO trabajaron intensamente hasta el anochecer. la gaceta / foto de franco vera
Todos los indicios apuntan a un posible desenlace trágico, por eso la Policía realizó rastrillajes durante todo el día de ayer en busca del algún rastro que conduzca a Milagros de los Ángeles Avellaneda y a su hijo de casi dos años. Los dos están desaparecidos desde hace 23 días y el hallazgo de sangre en el auto del principal sospechoso mantiene alarmados a los familiares de Milagros.
El trabajo comenzó a la mañana y se extendió durante todo el día. Con una orden emitida por la fiscala de Instrucción de la III° Nominación, María del Carmen Reuter, quien está a cargo de la investigación, policías de la división Delitos Contra las Personas y Grupo CERO rastrillaron los márgenes del río Salí, desde el puente Ingeniero Barros hasta Famaillá. También barrieron algunas zonas de Alderetes y del sur de la capital.
La búsqueda se complementó desde el aire. Un helicóptero de la Policía sobrevoló distintos sectores de la ciudad y sus alrededores en busca de pistas. Pese a los esfuerzos realizados, hasta anoche los trabajos sólo habían arrojado resultados negativos y tanto la mujer como su hijo continuaban desaparecidos.
Tres autos más
Milagros, de 26 años, y su hijo se ausentaron el 28 de octubre cuando salieron de su casa del barrio Lola Mora. La Justicia tiene elementos suficientes para considerar que la joven no se alejó por su propia voluntad. Uno de esos indicios es el hecho de que durante todo este tiempo no volvió a encender su teléfono celular y lo último que hizo fue enviarle dos mensajes de audio a una amiga para contarle que estaba con un hombre que la estaba golpeando.
Milagros tampoco se presentó a cobrar su sueldo (es empleada judicial) ni volvió a comunicarse con sus familiares, con quienes mantenía una buena relación. Ni siquiera lo hizo el domingo pasado, cuando cumplió siete años su hijo mayor.
Reuter sospecha de una sola persona. Se trata de un guardiacárcel de 30 años de edad con quien Milagros habría mantenido una relación sentimental y quien sería el padre del niño que desapareció junto a ella (sus familiares no pudieron confirmarlo). La fiscala pidió la detención del guardiacárcel y le secuestró su vehículo particular, un Volkswagen Gol Trend. Las pericias realizadas en ese rodado le confirmaron que su corazonada era correcta: en su interior se encontraron cabellos largos y la prueba de luminol (busca rastros de sangre) dio resultado positivo. La misma pericia se realizó en la casa del sospechoso, donde también se encontraron sustancias compatibles con sangre. No obstante, habrá que esperar a que el Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) culmine con su trabajo e informe los resultados definitivos, que podrían conocerse mañana.
Mientras tanto, Reuter ordenó el secuestro de tres vehículos más. Estos autos pertenecen al círculo íntimo del detenido y la fiscala estima que allí también podría encontrar algún rastro que le permita cerrar el círculo, por lo que serán sometidos a pericias. Hoy continuarán los rastrillajes con la participación de más de 100 efectivos.
El trabajo comenzó a la mañana y se extendió durante todo el día. Con una orden emitida por la fiscala de Instrucción de la III° Nominación, María del Carmen Reuter, quien está a cargo de la investigación, policías de la división Delitos Contra las Personas y Grupo CERO rastrillaron los márgenes del río Salí, desde el puente Ingeniero Barros hasta Famaillá. También barrieron algunas zonas de Alderetes y del sur de la capital.
La búsqueda se complementó desde el aire. Un helicóptero de la Policía sobrevoló distintos sectores de la ciudad y sus alrededores en busca de pistas. Pese a los esfuerzos realizados, hasta anoche los trabajos sólo habían arrojado resultados negativos y tanto la mujer como su hijo continuaban desaparecidos.
Tres autos más
Milagros, de 26 años, y su hijo se ausentaron el 28 de octubre cuando salieron de su casa del barrio Lola Mora. La Justicia tiene elementos suficientes para considerar que la joven no se alejó por su propia voluntad. Uno de esos indicios es el hecho de que durante todo este tiempo no volvió a encender su teléfono celular y lo último que hizo fue enviarle dos mensajes de audio a una amiga para contarle que estaba con un hombre que la estaba golpeando.
Milagros tampoco se presentó a cobrar su sueldo (es empleada judicial) ni volvió a comunicarse con sus familiares, con quienes mantenía una buena relación. Ni siquiera lo hizo el domingo pasado, cuando cumplió siete años su hijo mayor.
Reuter sospecha de una sola persona. Se trata de un guardiacárcel de 30 años de edad con quien Milagros habría mantenido una relación sentimental y quien sería el padre del niño que desapareció junto a ella (sus familiares no pudieron confirmarlo). La fiscala pidió la detención del guardiacárcel y le secuestró su vehículo particular, un Volkswagen Gol Trend. Las pericias realizadas en ese rodado le confirmaron que su corazonada era correcta: en su interior se encontraron cabellos largos y la prueba de luminol (busca rastros de sangre) dio resultado positivo. La misma pericia se realizó en la casa del sospechoso, donde también se encontraron sustancias compatibles con sangre. No obstante, habrá que esperar a que el Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) culmine con su trabajo e informe los resultados definitivos, que podrían conocerse mañana.
Mientras tanto, Reuter ordenó el secuestro de tres vehículos más. Estos autos pertenecen al círculo íntimo del detenido y la fiscala estima que allí también podría encontrar algún rastro que le permita cerrar el círculo, por lo que serán sometidos a pericias. Hoy continuarán los rastrillajes con la participación de más de 100 efectivos.
Lo más popular