13 Noviembre 2016
Le escribió el 8 de enero. El 9 de febrero. El 18 de agosto. El 9 de septiembre. Y el viernes pasado, por última vez. No lo volverá a hacer: el árbol ha caído. En la primera ocasión, le contó que ella vivía en la avenida Solano Vera, entre Mendoza y La Rioja. En esa cuadra -le dijo- había un eucalipto enorme y viejo. “Le ruego que, por favor, nos ayude a podarlo. Hicimos millones de notas, durante años, y no conseguimos respuestas”, puso. Al mes siguiente, le pidió una audiencia. En el tercer mensaje, le mandó dos fotos del árbol, inclinado. Al cabo de un mes, le preguntó si era necesario que salieran a cortar la calle para que les prestaran atención. Y anteayer, a las 8.14, le mandó el último texto: “se cayó el árbol. Hay gente atrapada. Gracias”. Luciana Córdoba no sabía -todavía- que una de esas personas aprisionadas había muerto, casi al instante. Tenía cinco años. Hacía un rato, sus papás le habían puesto el delantal, azul, del jardín de infantes. Seguro que, antes de subirlo al transporte escolar, le dieron un beso. Gustavo Guerrero estaba haciendo lo mismo que un montón de otro niños de su edad, a esa hora. Murió cuando el árbol, de unos 50 metros de altura, cayó encima de la furgoneta que lo llevaba a la escuela.
- Esa criatura no merecía eso. Encima, la camioneta iba despacio porque, en esa parte, hay un pozo mal arreglado. Ahí, todos los autos tienen que frenar. Capaz que si la calle estaba bien, se salvaba -dice Luciana. Y se calla. El llanto no la deja hablar. Ella vive en la casa donde estaba el árbol que aplastó al furgón (en el que iban Gustavo y el transportista, Domingo Martín Cancino) y a un motociclista (Jorge Guerrero); los dos hombres están internados. Al niño lo enterraron ayer, al mediodía. Es, también, la autora de esos mensajes que, en el transcurso de este año, envió a la página en Facebook del intendente de Yerba Buena, Mariano Campero. “Si nos hubieran escuchado, esto se habría evitado. Nosotros nunca tuvimos plata para sacar el árbol. No era un naranjo al que pudiéramos podar. Durante 16 años, mi papá anduvo buscando alquien que lo corte. Toledo lo mandaba a hablar a Vialidad, porque le decía que la Solano Vera no le pertenecía al municipio”, añade, en referencia al ex mandatario, Daniel Toledo. Luego dice que siente impotencia. Y que cree que ha habido “negligencia”, no sólo en este gobierno, sino especialmente en el anterior.
Ante esto, se le consulta a Campero. Ayer, él había declarado, en estas páginas, que no tenían ningún registro de solicitud de poda del árbol en cuestión.
- ¿Qué ocurrió con el pedido de esa vecina?
- Es cierto lo que dije: no hay un reclamo formal. Desde que asumí la intendencia, cuento con un equipo que se encarga de la comunicación, en el marco del gobierno abierto que pretendemos. La instrucción que tienen quienes trabajan en esa área es que deriven los mensajes a la oficina de Atención al Vecino. De allí, son canalizados a la secretaría que corresponda. No sé quién o quiénes atendieron estas solicitudes y no las enviaron dónde correspondía. Tampoco voy a indagar en ese tema. Me hago cargo y nos estamos haciendo cargo. Pero legalmente, no podemos entrar a una propiedad privada; ningún municipio lo hace.
Actualmente, Campero cuenta con una línea de contacto a través de una página en Facebook, donde recibe mensajes. La Municipalidad, además, tiene habilitados los teléfonos de la oficina de Atención al Vecino, un e-mail y un número de WhatsApp. “Hemos revisado nuestros expedientes. En esta gestión, no ha habido ningún pedido formal de poda o de extracción. Me siento muy mal por lo que ha pasado. Pero recibo 300 mensajes por día. No los atiendo yo. Además, el árbol estaba dentro de una vivienda”, reitera.
De acuerdo con cifras proporcionadas por Hernán Macedo, secretario de Servicios Públicos y Ambiente de Yerba Buena, esa repartición recepciona unos 30 pedidos de poda semanales, y responde hasta 25 cada semana. Actualmente -asegura- cuentan con cuatro cuadrillas que recorren la ciudad de Yerba Buena y la localidad de San José.
- Esa criatura no merecía eso. Encima, la camioneta iba despacio porque, en esa parte, hay un pozo mal arreglado. Ahí, todos los autos tienen que frenar. Capaz que si la calle estaba bien, se salvaba -dice Luciana. Y se calla. El llanto no la deja hablar. Ella vive en la casa donde estaba el árbol que aplastó al furgón (en el que iban Gustavo y el transportista, Domingo Martín Cancino) y a un motociclista (Jorge Guerrero); los dos hombres están internados. Al niño lo enterraron ayer, al mediodía. Es, también, la autora de esos mensajes que, en el transcurso de este año, envió a la página en Facebook del intendente de Yerba Buena, Mariano Campero. “Si nos hubieran escuchado, esto se habría evitado. Nosotros nunca tuvimos plata para sacar el árbol. No era un naranjo al que pudiéramos podar. Durante 16 años, mi papá anduvo buscando alquien que lo corte. Toledo lo mandaba a hablar a Vialidad, porque le decía que la Solano Vera no le pertenecía al municipio”, añade, en referencia al ex mandatario, Daniel Toledo. Luego dice que siente impotencia. Y que cree que ha habido “negligencia”, no sólo en este gobierno, sino especialmente en el anterior.
Ante esto, se le consulta a Campero. Ayer, él había declarado, en estas páginas, que no tenían ningún registro de solicitud de poda del árbol en cuestión.
- ¿Qué ocurrió con el pedido de esa vecina?
- Es cierto lo que dije: no hay un reclamo formal. Desde que asumí la intendencia, cuento con un equipo que se encarga de la comunicación, en el marco del gobierno abierto que pretendemos. La instrucción que tienen quienes trabajan en esa área es que deriven los mensajes a la oficina de Atención al Vecino. De allí, son canalizados a la secretaría que corresponda. No sé quién o quiénes atendieron estas solicitudes y no las enviaron dónde correspondía. Tampoco voy a indagar en ese tema. Me hago cargo y nos estamos haciendo cargo. Pero legalmente, no podemos entrar a una propiedad privada; ningún municipio lo hace.
Actualmente, Campero cuenta con una línea de contacto a través de una página en Facebook, donde recibe mensajes. La Municipalidad, además, tiene habilitados los teléfonos de la oficina de Atención al Vecino, un e-mail y un número de WhatsApp. “Hemos revisado nuestros expedientes. En esta gestión, no ha habido ningún pedido formal de poda o de extracción. Me siento muy mal por lo que ha pasado. Pero recibo 300 mensajes por día. No los atiendo yo. Además, el árbol estaba dentro de una vivienda”, reitera.
De acuerdo con cifras proporcionadas por Hernán Macedo, secretario de Servicios Públicos y Ambiente de Yerba Buena, esa repartición recepciona unos 30 pedidos de poda semanales, y responde hasta 25 cada semana. Actualmente -asegura- cuentan con cuatro cuadrillas que recorren la ciudad de Yerba Buena y la localidad de San José.
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