En “La Ciudad Jardín” unos 300 árboles deberían renovarse por año

“En esta gestión no hubo ningún pedido de extracción del árbol. Estamos verificando los archivos y no hemos hallado nada. De cualquier manera, como se trata de un ejemplar que se encontraba dentro de una casa, a esa tarea deberían haberla hecho los propietarios”, declaró Hernán Macedo, secretario de Servicios Públicos y Ambiente del municipio, en referencia al eucalipto que cayó ayer sobre un transporte escolar en la avenida Solano Vera al 1.000, y que causó la muerte de un niño de cinco años.

Según los cálculos del funcionario, esa repartición recibe hasta 30 pedidos de podas semanales. De ese total, dijo que atienden entre 20 y 25 cada semana, que es la capacidad de las cuatro cuadrillas a las que les han asignado esa función. “Aunque ha terminado la época de poda, seguimos haciendo tareas”, agregó. Reiteró que los empleados municipales no pueden ingresar en las viviendas particulares y que, por esa razón, los vecinos deben encargarse del mantenimiento de los ejemplares propios.

A juicio de Macedo, el árbol que se desplomó debe haber medido 50 metros de altura, y tenido una antigüedad de 60 años. “Era gigante”, dijo. Enseguida explicó que, para bajarlo, se hubiera necesitado una grúa de 25 metros, al menos. “De hecho, tenemos una carpeta presentada en el Ministerio del Interior de la Nación, en la que solicitamos un subsidio para comprar un vehículo de esas características. Yerba Buena tiene mucho verde, y necesita una grúa de altura”, resaltó.

Otro dato que proporcionó Macedo fue que los eucaliptos no son especies permitidas para el arbolado urbano de esta ciudad, debido a que -justamente- no tienen estabilidad. Actualmente -prosiguió- el Concejo Deliberante trabaja en un digesto sobre un nuevo código de arbolado. “¡Capaz que lo sancionan en 2025, cuando se decidan a sesionar y a trabajar!”, se oye una voz -¿de algún colaborador o funcionario?- que gritó por detrás suyo, durante la conversación telefónica.

Cada siete metros

El último censo del arbolado urbano de Yerba Buena se hizo en 2013. Por aquel entonces, únicamente en el área con mayor consolidación del tejido urbano se habían contabilizado 17.024 árboles. En promedio -consigna el padrón-, cada 7,3 metros había una planta. Las especies más frecuentes eran -tres años atrás- el fresno, el liquidámbar, el lapacho, el falso alcanfor, el crespón, el tarco y la morera. Entre las desaconsejadas para plantar en el suelo yerbabuenense se observaban casuarinas, cedros, cipreses, gomeros, pinos, sauces, álamos y araucarias, entre otros.

De acuerdo con ese registro y para esa fecha, la avenida Perón era la más verde, ya que a lo largo de sus 6,5 kilómetros, crecían 1.223 árboles, aunque unos 900 apenas llegaban a los dos metros de altura. Le seguía la avenida Aconquija, con 739 ejemplares. Luego se anotaban las calles Salas y Valdez (601); Brasil (497) y Sarmiento (493). Se habían identificado 80 especies diferentes, que representaban aproximadamente el 98% de las censadas. El conteo había sido realizado de modo conjunto por la Municipalidad y la Empresa Distribuidora de Energía Eléctrica de Tucumán (EDET).

Si bien el objetivo de esa tarea fue identificar y tipificar el arbolado público, también se tuvieron en cuenta aquellos ejemplares ubicados dentro de propiedades privadas que se encontraban muy próximos a la línea municipal. Así, de ese total, 16.688 árboles se hallan en espacios públicos y 336 dentro de viviendas.

Actualización

Aunque no ha habido otro censo formal, Macedo dijo que el área a su cargo ha actualizado esa cifra, y han relevado al menos 30.000 unidades, puesto que han incluido otros sectores que aquel censo había dejado afuera, como la zona de El Bernel y la localidad de San José.

“Cada año, debería renovarse al menos el 1% de ese total, que se supone que es el porcentaje de árboles que ha cumplido su ciclo. Pero ese trabajo no se ha hecho en esta ciudad en los últimos 10 años, al menos. Si tomamos esas cifras, tendríamos que renovar unas 300 unidades cada año”, concluyó.