20 Octubre 2016
El #miércolesnegro fue más negro cuando trascendieron algunos detalles del crimen de Claudia Lizárraga. La mujer denunció por primera vez a su ex pareja en 1997 por haberla golpeado y amenazado de muerte. Casi 19 años después, un martes cualquiera, el mismo hombre la terminó asesinando de dos puñaladas en la plaza del Barrio Jardín.
En Tribunales no supieron precisar con exactitud cuántas presentaciones realizó durante todo este tiempo. Sí se sabe que la última fue en 2014. También confirmaron que no existen registros de que la mujer haya reclamado algún tipo de medida restrictiva para evitar el calvario que venía viviendo desde hace casi dos décadas. Se cree que seguían viviendo en la misma casa. En su cartera, la víctima tenía una constancia policial. Allí figuraba que ella lo denunció por “tenerle miedo”, pero no dijo que la amenazaba y, mucho menos, pidió protección.
Lizárraga vivía con miedo. Y le sobraban motivos para tenerlo. Víctor Hugo Argañaraz, su ex pareja, era un hombre violento y habría tenido serios problemas de adicción al alcohol. En la Justicia sobran elementos para corroborarlo. El 22 de septiembre, hirió a Víctor, su hijo, quien trató de evitar que golpeara a su madre. Los vecinos, hartos de lo que vivía esa familia, intentaron quemarle la casa para que se fuera de una vez por todas.
El viernes pasado fue aprehendido por personal del servicio 911, en un insólito episodio. En el norte de la ciudad, huyó después de haber herido a un motociclista. Cuando los policías lo detuvieron, se bajó del vehículo y, también con un cuchillo, intentó agredir a los uniformados. Por ese incidente, la Justicia no ordenó su aprehensión, pero sí que secuestraran la camioneta que actualmente se encuentra en la seccional 3°.
El martes al mediodía, se presentó en Tribunales. Según confirmaron varias fuentes, protagonizó un escándalo al enterarse de la situación procesal de su hijo. Intervino la guardia y el hombre se calmó cuando fue atendido por un funcionario judicial de la Mesa de Entradas.
De allí, según los investigadores, se dirigió a la plaza del Barrio Jardín donde esperó pacientemente a la mujer para recriminarle la nueva denuncia que habían realizado sus hijos en contra de él. La golpeó primero dos veces con un palo y después la últimó de dos puñaladas.
“Cuando el agente de la zona llegó al lugar, el hombre lo amenazó con el cuchillo. El sacó su arma y le ordenó que desistiera. Se quedó parado y siguió desafiándalo hasta que llegó un guardiacárcel y lograron arrojarlo al suelo para reducirlo”, relató el comisario Hugo Cabezas, jefe de la División Homicidios.
En Tribunales no supieron precisar con exactitud cuántas presentaciones realizó durante todo este tiempo. Sí se sabe que la última fue en 2014. También confirmaron que no existen registros de que la mujer haya reclamado algún tipo de medida restrictiva para evitar el calvario que venía viviendo desde hace casi dos décadas. Se cree que seguían viviendo en la misma casa. En su cartera, la víctima tenía una constancia policial. Allí figuraba que ella lo denunció por “tenerle miedo”, pero no dijo que la amenazaba y, mucho menos, pidió protección.
Lizárraga vivía con miedo. Y le sobraban motivos para tenerlo. Víctor Hugo Argañaraz, su ex pareja, era un hombre violento y habría tenido serios problemas de adicción al alcohol. En la Justicia sobran elementos para corroborarlo. El 22 de septiembre, hirió a Víctor, su hijo, quien trató de evitar que golpeara a su madre. Los vecinos, hartos de lo que vivía esa familia, intentaron quemarle la casa para que se fuera de una vez por todas.
El viernes pasado fue aprehendido por personal del servicio 911, en un insólito episodio. En el norte de la ciudad, huyó después de haber herido a un motociclista. Cuando los policías lo detuvieron, se bajó del vehículo y, también con un cuchillo, intentó agredir a los uniformados. Por ese incidente, la Justicia no ordenó su aprehensión, pero sí que secuestraran la camioneta que actualmente se encuentra en la seccional 3°.
El martes al mediodía, se presentó en Tribunales. Según confirmaron varias fuentes, protagonizó un escándalo al enterarse de la situación procesal de su hijo. Intervino la guardia y el hombre se calmó cuando fue atendido por un funcionario judicial de la Mesa de Entradas.
De allí, según los investigadores, se dirigió a la plaza del Barrio Jardín donde esperó pacientemente a la mujer para recriminarle la nueva denuncia que habían realizado sus hijos en contra de él. La golpeó primero dos veces con un palo y después la últimó de dos puñaladas.
“Cuando el agente de la zona llegó al lugar, el hombre lo amenazó con el cuchillo. El sacó su arma y le ordenó que desistiera. Se quedó parado y siguió desafiándalo hasta que llegó un guardiacárcel y lograron arrojarlo al suelo para reducirlo”, relató el comisario Hugo Cabezas, jefe de la División Homicidios.
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