17 Octubre 2016
15 respuestas para entender por qué, según los peritos de Gendarmería, el padre Juan se suicidó
Personal de esa fuerza de seguridad inspeccionó la semana pasada la parroquia Nuestra Señora del Valle, en La Florida, donde el sacerdote fue hallado sin vida el 5 de octubre. Esa tarea les demandó más de 10 horas y hasta incluyó el uso de un georradar para buscar objetos bajo tierra. Su conclusión fue que el cura se quitó la vida sin la intervención de otra persona
MÁS DE 10 HORAS. Ese tiempo les llevó a los gendarmes, el viernes, revisar cada rincón de la parroquia donde había sido hallado sin vida el cura. la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio
¿Por qué Gendarmería cree que el padre Juan se suicidó?
Porque hasta el momento sólo se recolectaron indicios que servirían para probar esta hipótesis. Personal de la Policía Científica, a través de diferentes estudios, llegó a la conclusión de que no hubo otra persona en la escena del hecho, que no se encontraron signos de lucha en el lugar y que el cuerpo del padre Juan no presentaba lesiones. El médico forense, después de realizar la autopsia, confirmó los datos preliminares. Y personal de Gendarmería Nacional, luego de haber trabajado durante más de 10 horas en la parroquia de La Florida, ratificó esas conclusiones.
¿Se pudieron haber manipulado las pruebas?
Los especialistas, que son los mismos que trabajaron en el caso del crimen de Paulina Lebbos, se sorprendieron al analizar el trabajo de la Policía Científica, ya que comprobaron que la metodología de recolección y preservación de pruebas se hizo siguiendo los pasos de un protocolo nacional. “Hay una diferencia abismal con el caso de la estudiante”, le dijo una fuente de Gendarmería a LA GACETA, que avaló la tarea de los tucumanos después de analizar los elementos que habían recolectado en la parroquia Nuestra Señora del Valle de La Florida, donde fue encontrado el cuerpo del sacerdote.
¿Y la escena donde fue hallado el cadáver?
Después de las distintas tareas que desarrolló Gendarmería, se llegó a la conclusión de que al lugar no ingresó nadie hasta que llegó la Policía Científica. En la inspección ocular, la mujer que encontró el cuerpo dijo que ella, al observar el cadáver, llamó al médico del CAPS que está a la par. Luego la mujer ordenó que se cerrara la puerta de la parroquia y le indicó a un agente de seguridad que no permitiera el ingreso de ninguna persona. Cuando llegaron los uniformados se hizo un triple cordón para que nadie siquiera se aproximara al interior del templo. Los testigos, como lo hicieron en sede judicial, ratificaron sus dichos ante los gendarmes.
¿Qué dijeron de las imágenes del Cristo destrozado, la mesa y los bancos caídos?
Los gendarmes analizaron esa escena, puesto que fueron las imágenes que observaron en los diferentes medios de comunicación antes de llegar a la provincia. En primer lugar, confirmaron que fueron tomadas luego de que se hiciera la recolección de pruebas: es decir que no tienen valor. Además pesaron el Cristo y estimaron que su peso sería de entre ocho y 10 kilos. También determinaron que la mesa donde sobre la que se encontraba era totalmente “enclenque” e inestable, por lo que consideraron que era probable que se haya caído cuando la mujer empujó la puerta para ingresar. Sobre los bancos, que también descubrieron que eran livianos y no de madera maciza, dijeron que podrían haberse caído con el movimiento pendular del cuerpo del sacerdote.
¿Encontraron indicios de que el padre tenía intenciones de quitarse la vida?
Los integrantes de la familia que cenó con el padre por última vez confirmaron que esa noche estaba nervioso, que había llorado en varias oportunidades y que hasta les había dicho que el fin del mundo estaba cerca. En el basurero de la casa parroquial, donde vivía el cura, se encontró el envoltorio de la linga de autos que habría utilizado Viroche para quitarse la vida. También se secuestraron cartas personales, fotografías y libros por pedido de una forense del Poder Judicial que realizará la autopsia psicológica. Entre los elementos incautados se encontró una biblia que tenía varias hojas marcadas. En un análisis parcial, se descubrieron varios versículos en los que se hablaba del perdón. Además, en las últimas horas se confirmó que el padre Juan le había transferido su camioneta a una pariente antes de morir.
¿Quedan otros estudios por conocerse?
Esta semana comenzarán a realizarse las pruebas genéticas del material recolectado de la boca del padre, las uñas y la sangre encontrada en la parroquia. Con esto se busca confirmar o descartar si en el cuerpo hubo rastros de otra persona. También se conocerá el informe de los estudios toxicológicos con el que se determinará si le suministraron alguna sustancia para que se convirtiera en una persona indefensa y así fingir el suicidio.
¿La etapa de investigación ya está cerca de su final?
No, todavía falta mucho camino por recorrer. El fiscal debe tener la confirmación de que se trató de un suicidio y así eliminar de plano la hipótesis del crimen. Si llega a esa conclusión, investigará si decidió quitarse la vida o si fue inducido a hacerlo.
¿Qué pasó con las amenazas?
En un primer análisis de los datos obtenidos en las pericias que le realizaron a los tres celulares del sacerdote se confirmó que había recibido amenazas, pero hasta el momento no se sabe qué las motivaban y quién o quiénes las habían realizado.
¿El cura no había denunciado a los “narcos”?
Oficialmente no, pero públicamente sí. A los fieles de la Iglesia, a sus familiares, a otros sacerdotes y a algunos allegados les dijo que lo estaban amenazando por las denuncias que realizaba en contra de los “narcos” de la zona. Según consta en el expediente, ninguna de esas personas pudo, hasta el momento, aportar el nombre de algún sospechoso ni mucho menos testificar que presenció algún ataque.
¿Pueden haberlo amenazado por su vida sentimental?
Esa es otra de las hipótesis que manejan los investigadores. El fiscal López Ávila sabe que en Facebook el cura había sido víctima de un escrache por haber, supuestamente, abandonado a una mujer -se sospecha que podría ser menor de edad- después de haberla embarazado. Ese indicio fue proporcionado a la Justicia por una joven de Delfín Gallo que confesó haber sido pareja del sacerdote durante varios meses y cuya relación llegó a su final por la aparición de la chica que estaría esperando un hijo de Viroche.
¿Qué buscarán ahora los investigadores?
La pesquisa ahora se centrará en los datos que se recolectaron en los celulares secuestrados. Además de analizar uno por uno los mensajes que se recibieron. Una vez que lo hagan, tratarán de identificar a sus autores para determinar con exactitud quiénes y por qué lo amenazaban.
¿Queda descartada la denuncia que realizó el padre Juan sobre los “narcos”?
Para nada. El fiscal López Ávila envió hace una semana un oficio a la Justicia Federal para decirle que tenía indicios suficientes para sospechar que en ese sector de la provincia operaban, al menos, redes de narcomenudeo y les sugirió que realizaran una investigación para confirmar o descartar esos dichos. Él, como lo marca la competencia, sólo debe investigar la muerte del sacerdote.
¿Es cierto que se cambió la carátula de la causa?
No. Desde un primer momento el expediente tiene la carátula de “muerte dudosa” y no se modificó. Es importante aclarar que, para el Código Procesal Penal no es trascendental que se lo haga. Puede llevar ese título hasta que el fiscal decida elevar la causa a juicio, cualesquiera sean las conclusiones a las que se llegue.
¿Quién realizó las pericias sobre los celulares?
Fueron los técnicos de la Policía Federal, puesto que en nuestra provincia no existen los instrumentos técnicos necesarios para hacerlo. Los especialistas extrajeron todos los datos y ahora será tarea del fiscal analizarlos uno por uno.
¿Todo el trabajo de investigación fue desarrollado por personal de la Policía?
No. Además de las tareas de Gendarmería Nacional y de la Policía Federal, el Poder Judicial contrató a la bioquímica Lilia Moyano -ex jefa de forenses de la fuerza, que realizó una tarea clave en casos como el de Paulina Lebbos y Betty Argañaraz- para que aportara todos sus conocimientos. Además, fue contratado el criminólogo Raúl Torre, un profesional reconocido a nivel nacional e internacional por sus trabajos en la materia, quien analizará una vez más todos los resultados periciales que existan en la causa.
Porque hasta el momento sólo se recolectaron indicios que servirían para probar esta hipótesis. Personal de la Policía Científica, a través de diferentes estudios, llegó a la conclusión de que no hubo otra persona en la escena del hecho, que no se encontraron signos de lucha en el lugar y que el cuerpo del padre Juan no presentaba lesiones. El médico forense, después de realizar la autopsia, confirmó los datos preliminares. Y personal de Gendarmería Nacional, luego de haber trabajado durante más de 10 horas en la parroquia de La Florida, ratificó esas conclusiones.
¿Se pudieron haber manipulado las pruebas?
Los especialistas, que son los mismos que trabajaron en el caso del crimen de Paulina Lebbos, se sorprendieron al analizar el trabajo de la Policía Científica, ya que comprobaron que la metodología de recolección y preservación de pruebas se hizo siguiendo los pasos de un protocolo nacional. “Hay una diferencia abismal con el caso de la estudiante”, le dijo una fuente de Gendarmería a LA GACETA, que avaló la tarea de los tucumanos después de analizar los elementos que habían recolectado en la parroquia Nuestra Señora del Valle de La Florida, donde fue encontrado el cuerpo del sacerdote.
¿Y la escena donde fue hallado el cadáver?
Después de las distintas tareas que desarrolló Gendarmería, se llegó a la conclusión de que al lugar no ingresó nadie hasta que llegó la Policía Científica. En la inspección ocular, la mujer que encontró el cuerpo dijo que ella, al observar el cadáver, llamó al médico del CAPS que está a la par. Luego la mujer ordenó que se cerrara la puerta de la parroquia y le indicó a un agente de seguridad que no permitiera el ingreso de ninguna persona. Cuando llegaron los uniformados se hizo un triple cordón para que nadie siquiera se aproximara al interior del templo. Los testigos, como lo hicieron en sede judicial, ratificaron sus dichos ante los gendarmes.
¿Qué dijeron de las imágenes del Cristo destrozado, la mesa y los bancos caídos?
Los gendarmes analizaron esa escena, puesto que fueron las imágenes que observaron en los diferentes medios de comunicación antes de llegar a la provincia. En primer lugar, confirmaron que fueron tomadas luego de que se hiciera la recolección de pruebas: es decir que no tienen valor. Además pesaron el Cristo y estimaron que su peso sería de entre ocho y 10 kilos. También determinaron que la mesa donde sobre la que se encontraba era totalmente “enclenque” e inestable, por lo que consideraron que era probable que se haya caído cuando la mujer empujó la puerta para ingresar. Sobre los bancos, que también descubrieron que eran livianos y no de madera maciza, dijeron que podrían haberse caído con el movimiento pendular del cuerpo del sacerdote.
¿Encontraron indicios de que el padre tenía intenciones de quitarse la vida?
Los integrantes de la familia que cenó con el padre por última vez confirmaron que esa noche estaba nervioso, que había llorado en varias oportunidades y que hasta les había dicho que el fin del mundo estaba cerca. En el basurero de la casa parroquial, donde vivía el cura, se encontró el envoltorio de la linga de autos que habría utilizado Viroche para quitarse la vida. También se secuestraron cartas personales, fotografías y libros por pedido de una forense del Poder Judicial que realizará la autopsia psicológica. Entre los elementos incautados se encontró una biblia que tenía varias hojas marcadas. En un análisis parcial, se descubrieron varios versículos en los que se hablaba del perdón. Además, en las últimas horas se confirmó que el padre Juan le había transferido su camioneta a una pariente antes de morir.
¿Quedan otros estudios por conocerse?
Esta semana comenzarán a realizarse las pruebas genéticas del material recolectado de la boca del padre, las uñas y la sangre encontrada en la parroquia. Con esto se busca confirmar o descartar si en el cuerpo hubo rastros de otra persona. También se conocerá el informe de los estudios toxicológicos con el que se determinará si le suministraron alguna sustancia para que se convirtiera en una persona indefensa y así fingir el suicidio.
¿La etapa de investigación ya está cerca de su final?
No, todavía falta mucho camino por recorrer. El fiscal debe tener la confirmación de que se trató de un suicidio y así eliminar de plano la hipótesis del crimen. Si llega a esa conclusión, investigará si decidió quitarse la vida o si fue inducido a hacerlo.
¿Qué pasó con las amenazas?
En un primer análisis de los datos obtenidos en las pericias que le realizaron a los tres celulares del sacerdote se confirmó que había recibido amenazas, pero hasta el momento no se sabe qué las motivaban y quién o quiénes las habían realizado.
¿El cura no había denunciado a los “narcos”?
Oficialmente no, pero públicamente sí. A los fieles de la Iglesia, a sus familiares, a otros sacerdotes y a algunos allegados les dijo que lo estaban amenazando por las denuncias que realizaba en contra de los “narcos” de la zona. Según consta en el expediente, ninguna de esas personas pudo, hasta el momento, aportar el nombre de algún sospechoso ni mucho menos testificar que presenció algún ataque.
¿Pueden haberlo amenazado por su vida sentimental?
Esa es otra de las hipótesis que manejan los investigadores. El fiscal López Ávila sabe que en Facebook el cura había sido víctima de un escrache por haber, supuestamente, abandonado a una mujer -se sospecha que podría ser menor de edad- después de haberla embarazado. Ese indicio fue proporcionado a la Justicia por una joven de Delfín Gallo que confesó haber sido pareja del sacerdote durante varios meses y cuya relación llegó a su final por la aparición de la chica que estaría esperando un hijo de Viroche.
¿Qué buscarán ahora los investigadores?
La pesquisa ahora se centrará en los datos que se recolectaron en los celulares secuestrados. Además de analizar uno por uno los mensajes que se recibieron. Una vez que lo hagan, tratarán de identificar a sus autores para determinar con exactitud quiénes y por qué lo amenazaban.
¿Queda descartada la denuncia que realizó el padre Juan sobre los “narcos”?
Para nada. El fiscal López Ávila envió hace una semana un oficio a la Justicia Federal para decirle que tenía indicios suficientes para sospechar que en ese sector de la provincia operaban, al menos, redes de narcomenudeo y les sugirió que realizaran una investigación para confirmar o descartar esos dichos. Él, como lo marca la competencia, sólo debe investigar la muerte del sacerdote.
¿Es cierto que se cambió la carátula de la causa?
No. Desde un primer momento el expediente tiene la carátula de “muerte dudosa” y no se modificó. Es importante aclarar que, para el Código Procesal Penal no es trascendental que se lo haga. Puede llevar ese título hasta que el fiscal decida elevar la causa a juicio, cualesquiera sean las conclusiones a las que se llegue.
¿Quién realizó las pericias sobre los celulares?
Fueron los técnicos de la Policía Federal, puesto que en nuestra provincia no existen los instrumentos técnicos necesarios para hacerlo. Los especialistas extrajeron todos los datos y ahora será tarea del fiscal analizarlos uno por uno.
¿Todo el trabajo de investigación fue desarrollado por personal de la Policía?
No. Además de las tareas de Gendarmería Nacional y de la Policía Federal, el Poder Judicial contrató a la bioquímica Lilia Moyano -ex jefa de forenses de la fuerza, que realizó una tarea clave en casos como el de Paulina Lebbos y Betty Argañaraz- para que aportara todos sus conocimientos. Además, fue contratado el criminólogo Raúl Torre, un profesional reconocido a nivel nacional e internacional por sus trabajos en la materia, quien analizará una vez más todos los resultados periciales que existan en la causa.
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