Tucumán, como el resto del país, sigue conmocionada por la muerte del cura Juan Viroche. El sacerdote fue encontrado sin vida en la mañana del miércoles 6 de octubre en la parroquia de Nuestra Señora del Valle, en La Florida, donde oficiaba la misa. Las pericias dan a entender que el religioso se quitó la vida ahorcándose en el interior de la iglesia, pero los vecinos y los feligreses sostienen que fue víctima de un homicidio por las permanentes denuncias que realizaba en contra de la venta de drogas en el interior de la provincia. Los investigadores, por su parte, no descartan ninguna hipótesis. La causa, por ahora, está caratulada como "muerte dudosa".
Una de las versiones que circuló fuertemente cuando se conoció la noticia de la muerte del sacerdote es que Viroche mantenía una relación sentimental con una mujer. Personal de la División Homicidios ubicó el día de la muerte del religioso a la joven y, por pedido del fiscal Diego López Ávila, la trasladaron hasta Tribunales.
Allí, la testigo confesó que ella mantuvo una relación amorosa con el sacerdote hasta enero de este año. Pero desmintió categóricamente que estaba embarazada. Ella, siempre de acuerdo con sus dichos, habría descubierto que el sacerdote también tenía un romance con otra mujer y que la habría dejado embarazada. También contó que Viroche recibía amenazas, pero ella no le creía.
Esto fue lo que dijo la joven en Tribunales de su supuesta relación con el cura:
"Al cura Juan Viroche lo conozco desde que llegó a la parroquia hace tres años. Lo conocí dando misa. Empezamos a acercarnos a partir del año pasado (2015), más o menos en agosto, para la fiesta de la Virgen; el papá de mi hija había fallecido en junio y manteníamos conversaciones sobre ese tema. Me daba consejos. Con el tiempo empezó a verme más; se acercaba, me abrazaba e iba a mi casa a charlar. Luego empezamos con los mensajes; me pidió mi número y me llamaba todas las mañanas para preguntarme cómo estaba. A la siesta me mandaba mensajes de texto. Yo no le contestaba. Él me invitaba a salir y yo le decía que no porque era sacerdote. El me decía que era hombre, como cualquier otro. Le decía que no podía estar con mujeres y él me decía '¿cómo que no?'.
"Un día, como el 7 de septiembre, me llama y yo estaba en la capital. Me preguntó la dirección, que me quería pasar a buscar. Llegó y fuimos a la plaza Independencia. Hablamos y me dijo que vayamos a la casa de él, en la parroquia de La Florida, que es donde vivía. Él nunca se vestía de sacerdote, sólo cuando daba la misa, porque él era un cura misionero. Cuando llegamos a su casa nos sentamos a tomar mate, conversamos y me contaba de sus cosas. Me decía, por ejemplo, que en agosto se había enterado que una novia de él había quedado embarazada y que los padres de la chica la habían hecho abortar, pero que eso había pasado hace muchos años, antes de que él sea sacerdote. Hablamos durante un largo rato, y le dije que me tenía que ir. Cuando nos levantamos él me abraza y en ese abrazo ya lo sentí distinto, con otras intenciones. No pasó nada. Me llevó a su casa, pero yo me quería ir porque en ese momento no quería caer".
"Pasaron unos días y el 13 de septiembre nos volvimos a ver. Me invitó a cenar a su casa. Mientras comíamos me decía que gustaba de mí y yo le dije que también. Ya lo miraba con otros ojos, ya no como sacerdote. Pero que no podíamos tener una relación porque era prohibido, pero él insistía en que era hombre, como cualquiera. A partir de ese día empezamos a mantener una relación. Empezamos a pasar momentos lindos, a estar bien los tres, con mi hija. Me dijo que iba a dejar los hábitos para poder estar con nosotras. Empezamos a mantener relaciones sexuales. En la casa de él y en lugares lejos; íbamos a telos cerca de Tafí Viejo. También íbamos a uno yendo a Bella Vista. Estuvimos juntos hasta enero de este año. Lo que pasó es que había muchos problemas con el tema de las amenazas. Me dijo también que había hablado con su hermana de sangre, que vive en Salta, y que le había dicho que no estaba de acuerdo con la relación".
"Cuando hablábamos Juan me decía que recibía amenazas de la gente de la droga; le decían que lo iban a hacer boleta a él y a los sobrinos y a mi hija; que sabían el horario que salía de la escuela, como también mis horarios. No le creí. Yo le decía que era mentira suya, porque lo que había querido ya lo había tenido, que era una relación conmigo".
"Nunca viví situaciones de amenazas, nunca ha pasado nada, por eso yo no le creí. Y ahí me dijo que si le pasaba algo "no vengas", o sea que él estaba pensando hacerse algo. Él después habló con un matrimonio de La Florida para decirles que estaba en una relación con una mujer. Él me dijo que era mentira, que él no estaba con nadie. Yo no sé si fue así. Yo lo veía conectado a las cuatro de la mañana en Facebook pero no me contestaba los mensajes así que no sé con quién estaba. Eso me hace dudar que estaba con alguien, y más cuando dicen que había una tercera, que estaba embarazada".
"El día martes (un día antes de su muerte) hablé con él. Me mandó un mensaje diciendo que ni él sabía que iba a ser papá y yo le contesté que él siempre se hace el que no sabía nada, como admitiéndome que sí había otra personas. Ahí me dijo 'eso hacen para que me hagan mierda'. Todo fue por mensaje de texto, pero yo le dije que no le creía, como tampoco lo de las amenazas. Después no me contestó más. Le escribí toda la siesta diciéndole que lo quería; que quería verlo antes que se vaya, porque yo sabía que el viernes se iba; le decía que lo amaba, que quería que estemos juntos, pero no me volvió a responder"
"A la noche, alrededor de las 10, le volví a escribir. 'Hola, mi amor, te extraño", le puse, pero no me contestó. A las seis de la mañana me llega un mensaje de él que decía: ¿yo no soy el amor de nadie'. Ese ha sido su último mensaje. Le volví a escribir pero nunca más me contestó. Después me fui a hacer unos trámites al correo y mi tía me cuenta que Juan se había ahorcado. Lo llamé por teléfono pero ya estaba apagado.
"Los últimos días una amiga me contó que lo había visto mal a Juan. Me pedía que lo cuide. Él me había cortado la relación por lo que la hermana no quería y por las supuestas amenazas; yo lo seguí buscando y él nada. Decía que no quería que me hagan daño a mí y a mi hija. Pero no le creía".