09 Octubre 2016
LA GACETA / JOSÉ NUNO
“La CEOcracia es uno de los factores más graves de corrupción de esta época”, dice el diputado mendocino Guillermo Carmona que, con otros de sus pares del Frente para la Victoria, impulsan un proyecto de ley para limitar el acceso de esos ejecutivos a los cargos públicos, como una manera de poner fin a los conflictos de intereses. Así, en el Congreso, se intenta modificar al ley 25.188 de Ética en el Ejercicio de la Función Pública para que, por caso, un empresario que quiera acceder a cargos desde ministeriales hasta subsecretarios lo hagan, pero con un lapso de tres años posteriores a su paso por la actividad privada. La cuestión no es menor, ya que el presidente Mauricio Macri se rodeó de hombres y de mujeres que hicieron carrera en el sector privado. Guillermo Dietrich ha ocupado cargos en empresas, como las de su familia, vinculada al sector automotor. Y hoy es el ministro de Transporte de un gabinete que cuenta con varios ex CEOs. El funcionario cree que aquella iniciativa es, al menos, discriminatoria. Y que no se puede proscribir a nadie. Pero, en una entrevista concedida a LA GACETA durante su visita a Tucumán para inaugurar obras en el Aeropuerto Benjamín Matienzo, Dietrich le tiró el guante al Frente para la Victoria (FpV) al sugerirle la generación de anticuerpos institucionales contra aquellos políticos que se enriquezcan desde la función pública.
- ¿Qué opina respecto del proyecto que intenta poner límites a la integración de un gabinete con CEOs?
- Es, cuanto menos, discriminatorio. Pero, antes, viene con un preconcepto, del que pareciera que hay gente buena y gente mala. Y la cuestión no pasa por allí. Es la diferencia de visión que tenemos con ellos. En mi equipo de trabajo, por ejemplo, tengo CEOs, pero también gente que, durante mucho tiempo, hizo política; también hay personas que vienen del kirchnerismo y hasta del sindicalismo. No hay cupos. Las cosas se construyen con mucha gente diversa, capaz y honesta. Lo que sí tendría que hacer el Frente para la Victoria es una ley para que no puedan tener más ladrones gobernando. Eso sí estaría bueno porque es paradójico que se hayan juntado los José López (ex secretario de Obras Públicas de la Nación) o los Julio de Vido (ex ministro de Planificación del kirchnerismo), todos juntos en un gobierno; no es casualidad que tanta gente con baja moralidad, como Ricardo Jaime (ex secretario de Transporte), se hayan juntado en un gobierno. Eso es en lo que tenemos que trabajar todos juntos para que nadie entre a un gobierno a enriquecerse, para sus bolsillos. A entrar con un fitito e irse con un Mercedes Benz cero kilómetro como lamentablemente ha pasado sistemáticamente en nuestro país.
- ¿Es tan pesada la herencia que ha recibido Macri, como lo dice la ex presidenta Cristina Fernández?
- La realidad es que la herencia, que es sumamente pesada, si hubiera seguido en manos del kirchnerismo, hubiese sido catastrófica. Por suerte, los argentinos decidieron por un cambio, eligiendo a Mauricio Macri como presidente de la Nación para que podamos revertir un destino al que se dirigía nuestro país, que era parecido a Venezuela. No hay mucha diferencia que en cinco, seis, siete o 10 años al mismo ritmo, íbamos hacia ese destino, lamentablemente. Ustedes, en el interior del país, ven que los problemas que se vislumbran en la Argentina no empezaron ayer. Fueron profundizándose con las primeras retenciones, con el tipo de cambio desdoblado, con las rutas que se prometieron y que no se hicieron, con las rutas que se robaron o esta obra que estamos habilitando. En el aeropuerto tucumano proyectamos invertir unos $ 1.400 millones para que tengan una terminal nueva, pistas y plataformas ampliadas. Y esto que hicimos ahora, para ampliar la capacidad de carga de la aeroestación, demandó $ 100 millones. ¿Me pueden explicar por qué, antes, el Gobierno nacional, el provincial o la Legislatura, no dispusieron de esos $ 100 millones para hacer todo esto? Y lo que es más grave: comprar las dollys (vehículos de carga de pallets) implicó una inversión de U$S 50.000. ¿Sabe cuánta gente no pudo trabajar en estos últimos años porque no hubo visión de generarle esos puestos? Esa gente que dice que imitemos al otro gobierno, que gobernaron nuestro país durante estos años, le digo que lo que necesitamos en la Argentina es gente con capacidad de gestión, con capacidad de hacer, que diga la verdad y que lo haga de una forma honesta.
- Las expectativas sociales respecto del rumbo económico eran muy altas. Se esperaba que luego de un primer semestre de ajustes, viniera un segundo semestre diferente. ¿Cuándo verá la economía argentina la luz al final del túnel?
- Estamos viendo esa luz al final del túnel. No tengo dudas de que esa luz siempre estuvo. Por eso, los argentinos votaron a Macri; por eso los argentinos, a pesar de las dificultades que causó el reacomodamiento de la economía, siguieron confiando todo el tiempo; por eso hicieron el esfuerzo. Lo hizo esta gente que trabajó en Tucumán para bajar de tres a una hora el tiempo de carga de un avión con arándanos. Lo hicieron estos CEO que están generando cambios en el sistema de carga, como el presidente de Intercargo (Mario Agustín Dell’Acqua), que trabajó en Techint durante 30 años haciendo fábricas y grandes construcciones en todo el mundo y que hoy coordinó todo esto que implicó juntar a productores, empresarios, funcionarios nacionales y provinciales para un fin concreto. Siempre hubo una luz al final del túnel que ahora se ve más fuerte porque hay datos que así demuestran que estamos saliendo. En agosto, por ejemplo, hemos tenido un 22% de aumento de las ventas de automóviles; un 5% de camiones, el primer mes de cambio de tendencia en el año; un 15% en el patentamiento de motos; un 4% más de uso del transporte público en el área metropolitana; un 3% en el nivel de reposición de cubiertas o un 9% en el despacho de cementos. Y ahora estamos procesando otro dato interesante que marca un salto positivo en la generación de trabajo durante agosto.
- El Gobierno nacional organizó un “Mini Davos” con la asistencia de CEOs de distintas parte del mundo. ¿Por qué le cuesta tanto convocar al Consejo Económico y Social para que empresarios y sindicalistas resuelvan, mediante el diálogo directo, cuestiones como salarios, Ganancias, bonos o empleos?
- No es que le cueste al Gobierno. Lo que hay desde el 10 de diciembre pasado es mucho diálogo en todos los sectores. Y me refiero a empresarios, a sindicatos, a organizaciones, a gobernadores. En cada sector, el diálogo está constantemente. Y puedo decir que el Presidente habla con la CGT, como lo hago yo o el ministro de Trabajo Jorge Triaca. Hay un diálogo como hace mucho no está en la Argentina, como por ejemplo con todos los gobernadores. Ese es uno de los logros de los cambios que se han instrumentado en el país. Y estoy seguro que seguirá así. Ahora, si se instrumenta de una forma o de otra, es parte de cómo articulamos ese diálogo.
- La economía, ¿es una cuestión de fe? ¿Lo que se viene es como se plantea en el Presupuesto 2017, con una inflación del 17%, un crecimiento del 3,5% o un dólar en torno de los $ 17,90?
- Es la primera vez que hay un presupuesto con objetivos ciertos. Antes, cuando la inflación era del 30%, el presupuesto no la contemplaba. Eso ha pasado sistemáticamente en los últimos años en la Argentina. Venimos de una economía en la que se decía que la pobreza era del 5% y, en realidad, era del 30%, de un tiempo en el que la inseguridad era sólo una sensación. Gran parte de lo que hoy estamos viendo es porque le sacamos el velo a todos los problemas que sí existían. Creo que 2017 será un año muy bueno para la economía, porque hay un gobierno que está administrando responsablemente los recursos, porque el Mini Davos mostró que hay empresas que sí quieren invertir en el país porque ahora confían ya que hay reglas de juego claras.
- ¿Qué y quién es Juan Manzur (gobernador de Tucumán) para el Gobierno nacional? ¿Un aliado estratégico o institucional?
- Es un gobernador con el que estamos trabajando juntos para construir la nueva Argentina. Es lo mismo que hacemos con el de Chaco, el de Córdoba, el de Jujuy o el de Misiones. Con todos. La relación es la misma. El problema que se plantea no es hacer la obra para el gobernador afín o de tu partido; el problema es recuperar la infraestructura en la Argentina y esa infraestructura no es una cuestión local, sino plural. Tomemos el ejemplo del ferrocarril: si hago las vías en Salta no es para que termine dentro de sus límites, porque así no sirve; hay que llegar a Rosario, donde va la producción hacia los puertos. Y si se produce más, habrá más camiones, crecimiento, empleo, más tecnología, más riqueza y hasta más recaudación impositiva. Pero esa recuperación de las vías no la podés hacer si, por caso, no mejoras los accesos a Santa Fe, independientemente si el gobernador es socialista, radical o peronista. Hay que hacerlo.
- ¿Se trata de romper la lógica del amiguismo político?
- Y es que hay que romperla. Es lo que veníamos hablando en el avión con Facundo Moyano (el titular de la comisión de Transporte de la Cámara de Diputados, referente del Frente Renovador e hijo del camionero Hugo Moyano), si no lo hacemos, no tendremos futuro. La vieja forma de hacer política generó el 32% de la pobreza en el país. Es el único dato de la realidad. En la década de 1980 arrancamos con un 5% o un 7% de nivel de pobreza y esta forma de hacer política llevó a eso. Para cambiar claramente ese panorama es mejor hacerlo con un buen diálogo como el que generamos, por ejemplo, con el gobernador Manzur, porque el beneficio que se obtenga con ese diálogo no es para él ni para nosotros, sino para la gente.
- ¿Qué opina respecto del proyecto que intenta poner límites a la integración de un gabinete con CEOs?
- Es, cuanto menos, discriminatorio. Pero, antes, viene con un preconcepto, del que pareciera que hay gente buena y gente mala. Y la cuestión no pasa por allí. Es la diferencia de visión que tenemos con ellos. En mi equipo de trabajo, por ejemplo, tengo CEOs, pero también gente que, durante mucho tiempo, hizo política; también hay personas que vienen del kirchnerismo y hasta del sindicalismo. No hay cupos. Las cosas se construyen con mucha gente diversa, capaz y honesta. Lo que sí tendría que hacer el Frente para la Victoria es una ley para que no puedan tener más ladrones gobernando. Eso sí estaría bueno porque es paradójico que se hayan juntado los José López (ex secretario de Obras Públicas de la Nación) o los Julio de Vido (ex ministro de Planificación del kirchnerismo), todos juntos en un gobierno; no es casualidad que tanta gente con baja moralidad, como Ricardo Jaime (ex secretario de Transporte), se hayan juntado en un gobierno. Eso es en lo que tenemos que trabajar todos juntos para que nadie entre a un gobierno a enriquecerse, para sus bolsillos. A entrar con un fitito e irse con un Mercedes Benz cero kilómetro como lamentablemente ha pasado sistemáticamente en nuestro país.
- ¿Es tan pesada la herencia que ha recibido Macri, como lo dice la ex presidenta Cristina Fernández?
- La realidad es que la herencia, que es sumamente pesada, si hubiera seguido en manos del kirchnerismo, hubiese sido catastrófica. Por suerte, los argentinos decidieron por un cambio, eligiendo a Mauricio Macri como presidente de la Nación para que podamos revertir un destino al que se dirigía nuestro país, que era parecido a Venezuela. No hay mucha diferencia que en cinco, seis, siete o 10 años al mismo ritmo, íbamos hacia ese destino, lamentablemente. Ustedes, en el interior del país, ven que los problemas que se vislumbran en la Argentina no empezaron ayer. Fueron profundizándose con las primeras retenciones, con el tipo de cambio desdoblado, con las rutas que se prometieron y que no se hicieron, con las rutas que se robaron o esta obra que estamos habilitando. En el aeropuerto tucumano proyectamos invertir unos $ 1.400 millones para que tengan una terminal nueva, pistas y plataformas ampliadas. Y esto que hicimos ahora, para ampliar la capacidad de carga de la aeroestación, demandó $ 100 millones. ¿Me pueden explicar por qué, antes, el Gobierno nacional, el provincial o la Legislatura, no dispusieron de esos $ 100 millones para hacer todo esto? Y lo que es más grave: comprar las dollys (vehículos de carga de pallets) implicó una inversión de U$S 50.000. ¿Sabe cuánta gente no pudo trabajar en estos últimos años porque no hubo visión de generarle esos puestos? Esa gente que dice que imitemos al otro gobierno, que gobernaron nuestro país durante estos años, le digo que lo que necesitamos en la Argentina es gente con capacidad de gestión, con capacidad de hacer, que diga la verdad y que lo haga de una forma honesta.
- Las expectativas sociales respecto del rumbo económico eran muy altas. Se esperaba que luego de un primer semestre de ajustes, viniera un segundo semestre diferente. ¿Cuándo verá la economía argentina la luz al final del túnel?
- Estamos viendo esa luz al final del túnel. No tengo dudas de que esa luz siempre estuvo. Por eso, los argentinos votaron a Macri; por eso los argentinos, a pesar de las dificultades que causó el reacomodamiento de la economía, siguieron confiando todo el tiempo; por eso hicieron el esfuerzo. Lo hizo esta gente que trabajó en Tucumán para bajar de tres a una hora el tiempo de carga de un avión con arándanos. Lo hicieron estos CEO que están generando cambios en el sistema de carga, como el presidente de Intercargo (Mario Agustín Dell’Acqua), que trabajó en Techint durante 30 años haciendo fábricas y grandes construcciones en todo el mundo y que hoy coordinó todo esto que implicó juntar a productores, empresarios, funcionarios nacionales y provinciales para un fin concreto. Siempre hubo una luz al final del túnel que ahora se ve más fuerte porque hay datos que así demuestran que estamos saliendo. En agosto, por ejemplo, hemos tenido un 22% de aumento de las ventas de automóviles; un 5% de camiones, el primer mes de cambio de tendencia en el año; un 15% en el patentamiento de motos; un 4% más de uso del transporte público en el área metropolitana; un 3% en el nivel de reposición de cubiertas o un 9% en el despacho de cementos. Y ahora estamos procesando otro dato interesante que marca un salto positivo en la generación de trabajo durante agosto.
- El Gobierno nacional organizó un “Mini Davos” con la asistencia de CEOs de distintas parte del mundo. ¿Por qué le cuesta tanto convocar al Consejo Económico y Social para que empresarios y sindicalistas resuelvan, mediante el diálogo directo, cuestiones como salarios, Ganancias, bonos o empleos?
- No es que le cueste al Gobierno. Lo que hay desde el 10 de diciembre pasado es mucho diálogo en todos los sectores. Y me refiero a empresarios, a sindicatos, a organizaciones, a gobernadores. En cada sector, el diálogo está constantemente. Y puedo decir que el Presidente habla con la CGT, como lo hago yo o el ministro de Trabajo Jorge Triaca. Hay un diálogo como hace mucho no está en la Argentina, como por ejemplo con todos los gobernadores. Ese es uno de los logros de los cambios que se han instrumentado en el país. Y estoy seguro que seguirá así. Ahora, si se instrumenta de una forma o de otra, es parte de cómo articulamos ese diálogo.
- La economía, ¿es una cuestión de fe? ¿Lo que se viene es como se plantea en el Presupuesto 2017, con una inflación del 17%, un crecimiento del 3,5% o un dólar en torno de los $ 17,90?
- Es la primera vez que hay un presupuesto con objetivos ciertos. Antes, cuando la inflación era del 30%, el presupuesto no la contemplaba. Eso ha pasado sistemáticamente en los últimos años en la Argentina. Venimos de una economía en la que se decía que la pobreza era del 5% y, en realidad, era del 30%, de un tiempo en el que la inseguridad era sólo una sensación. Gran parte de lo que hoy estamos viendo es porque le sacamos el velo a todos los problemas que sí existían. Creo que 2017 será un año muy bueno para la economía, porque hay un gobierno que está administrando responsablemente los recursos, porque el Mini Davos mostró que hay empresas que sí quieren invertir en el país porque ahora confían ya que hay reglas de juego claras.
- ¿Qué y quién es Juan Manzur (gobernador de Tucumán) para el Gobierno nacional? ¿Un aliado estratégico o institucional?
- Es un gobernador con el que estamos trabajando juntos para construir la nueva Argentina. Es lo mismo que hacemos con el de Chaco, el de Córdoba, el de Jujuy o el de Misiones. Con todos. La relación es la misma. El problema que se plantea no es hacer la obra para el gobernador afín o de tu partido; el problema es recuperar la infraestructura en la Argentina y esa infraestructura no es una cuestión local, sino plural. Tomemos el ejemplo del ferrocarril: si hago las vías en Salta no es para que termine dentro de sus límites, porque así no sirve; hay que llegar a Rosario, donde va la producción hacia los puertos. Y si se produce más, habrá más camiones, crecimiento, empleo, más tecnología, más riqueza y hasta más recaudación impositiva. Pero esa recuperación de las vías no la podés hacer si, por caso, no mejoras los accesos a Santa Fe, independientemente si el gobernador es socialista, radical o peronista. Hay que hacerlo.
- ¿Se trata de romper la lógica del amiguismo político?
- Y es que hay que romperla. Es lo que veníamos hablando en el avión con Facundo Moyano (el titular de la comisión de Transporte de la Cámara de Diputados, referente del Frente Renovador e hijo del camionero Hugo Moyano), si no lo hacemos, no tendremos futuro. La vieja forma de hacer política generó el 32% de la pobreza en el país. Es el único dato de la realidad. En la década de 1980 arrancamos con un 5% o un 7% de nivel de pobreza y esta forma de hacer política llevó a eso. Para cambiar claramente ese panorama es mejor hacerlo con un buen diálogo como el que generamos, por ejemplo, con el gobernador Manzur, porque el beneficio que se obtenga con ese diálogo no es para él ni para nosotros, sino para la gente.