07 Octubre 2016
ESTÁN ENOJADOS. Los familiares de la mujer que fue citada a declarar se mostraron muy molestos con la situación.
Fue la primera mujer citada a declarar por el fiscal Diego López Ávila, por ser sospechosa de haber mantenido un vínculo amoroso con el padre Juan Viroche, aunque no la única. Por el contrario, se comenta que el sacerdote también habría tenido otros romances.
La mujer vive en Delfín Gallo, donde daba misas el sacerdote. Hasta allí fue a buscarla la Policía, el miércoles a la tarde, para trasladarla a Tribunales. Según fuentes del caso, la mujer habría reconocido ante López Ávila que mantuvo una relación sentimental con el cura y habría aclarado que ese vínculo se rompió en marzo pasado. De acuerdo con el propio testimonio de la mujer, el sacerdote habría decidido ponerle fin a la relación porque habría comenzado a vincularse con otra mujer.
Esa nueva pareja del padre Juan -siempre según la declaración que habría aportado la mujer de Delfín Gallo- habría quedado embarazada, noticia que no le habría caído bien al sacerdote. Al terminar también esa relación, los familiares de la mujer embarazada habrían comenzado a difamar a Viroche en las redes sociales.
Ante semejante versión, LA GACETA intentó contactarse ayer con la mujer que declaró en Tribunales. Un equipo periodístico se dirigió a Delfín Gallo, pero no encontró a la mujer en su casa porque había salido para darle el último adiós al sacerdote. Un pariente suyo se mostró molesto y pidió que el equipo se retire de su casa.
“No es nada que ver con lo que se está diciendo. Ella nunca fue a declarar. Están exponiendo mucho a la familia y es muy complicada esta situación”, dijo el joven. No obstante, reconoció que conocían al sacerdote y se relacionaban con él. “Somos religiosos, hemos tenido contacto con él, pero no tenemos nada que ver con esto. Es un tema muy delicado”, insistió.
El muchacho explicó que estaba molesto porque el nombre de su hermana se había difundido a través de un programa televisivo. “Vas a sentir muchos comentarios pero no es nada que ver, están exponiendo mucho a la familia y no queremos ser culpables de nada”, repitió. “Sí vino (Viroche) a comer a nuestra casa pero porque nosotros somos muy religiosos. Todo lo que se dice o se comenta no sé de dónde salió. Si tienen que investigar, que investiguen la muerte y cómo se produjo, pero dejen de decir cosas que no son ciertas”, planteó. Antes de insistir en que no se moleste a la familia, recomendó: “vayan a buscarlo al fiscal, quién mejor que él para explicar las cosas”.
En el barrio, mientras tanto, esa supuesta relación es un secreto a voces. Todos los vecinos reconocieron estar al tanto de los rumores que vinculan a esa mujer con el padre Juan, sin embargo ninguno de ellos quiso aportar detalles. “No sé nada más que eso”, “soy nuevo en el barrio”, “nunca hablé con ella” o “jamás vi nada”, fueron algunas de las excusas que utilizaron para esquivar a la prensa.
La mujer vive en Delfín Gallo, donde daba misas el sacerdote. Hasta allí fue a buscarla la Policía, el miércoles a la tarde, para trasladarla a Tribunales. Según fuentes del caso, la mujer habría reconocido ante López Ávila que mantuvo una relación sentimental con el cura y habría aclarado que ese vínculo se rompió en marzo pasado. De acuerdo con el propio testimonio de la mujer, el sacerdote habría decidido ponerle fin a la relación porque habría comenzado a vincularse con otra mujer.
Esa nueva pareja del padre Juan -siempre según la declaración que habría aportado la mujer de Delfín Gallo- habría quedado embarazada, noticia que no le habría caído bien al sacerdote. Al terminar también esa relación, los familiares de la mujer embarazada habrían comenzado a difamar a Viroche en las redes sociales.
Ante semejante versión, LA GACETA intentó contactarse ayer con la mujer que declaró en Tribunales. Un equipo periodístico se dirigió a Delfín Gallo, pero no encontró a la mujer en su casa porque había salido para darle el último adiós al sacerdote. Un pariente suyo se mostró molesto y pidió que el equipo se retire de su casa.
“No es nada que ver con lo que se está diciendo. Ella nunca fue a declarar. Están exponiendo mucho a la familia y es muy complicada esta situación”, dijo el joven. No obstante, reconoció que conocían al sacerdote y se relacionaban con él. “Somos religiosos, hemos tenido contacto con él, pero no tenemos nada que ver con esto. Es un tema muy delicado”, insistió.
El muchacho explicó que estaba molesto porque el nombre de su hermana se había difundido a través de un programa televisivo. “Vas a sentir muchos comentarios pero no es nada que ver, están exponiendo mucho a la familia y no queremos ser culpables de nada”, repitió. “Sí vino (Viroche) a comer a nuestra casa pero porque nosotros somos muy religiosos. Todo lo que se dice o se comenta no sé de dónde salió. Si tienen que investigar, que investiguen la muerte y cómo se produjo, pero dejen de decir cosas que no son ciertas”, planteó. Antes de insistir en que no se moleste a la familia, recomendó: “vayan a buscarlo al fiscal, quién mejor que él para explicar las cosas”.
En el barrio, mientras tanto, esa supuesta relación es un secreto a voces. Todos los vecinos reconocieron estar al tanto de los rumores que vinculan a esa mujer con el padre Juan, sin embargo ninguno de ellos quiso aportar detalles. “No sé nada más que eso”, “soy nuevo en el barrio”, “nunca hablé con ella” o “jamás vi nada”, fueron algunas de las excusas que utilizaron para esquivar a la prensa.
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