“El analfabeto de hoy es el que no tiene cultura visual”

Pedro Meyer (foto) es uno de los pioneros y más reconocidos representantes de la fotografía contemporánea. Será una de las figuras centrales de la Bienal de Fotografía Documental que se inicia esta semana y recibirá la distinción de la Bienal. Además, mantendrá un diálogo con el público. Meyer, asimismo, expondrá la muestra “Face to face”, el viernes, en el Museo Timoteo Navarro.

Meyer fundó y fue presidente del Consejo Mexicano de Fotografía y organizó los Coloquios Latinoamericanos de Fotografía. Además de su trabajo artístico y fotográfico, ha sido maestro en varias instituciones de prestigio así como curador, editor, fundador y director del portal web ZoneZero.

Tajante, durante una entrevista con LA GACETA señala: “la fotografía jamás, ni ahora ni antes, ha sido testimonio fiel de la realidad; lo único que se le puede asignar a la fotografía es la tarea de ser una interpretación subjetiva de cierta realidad”.

- ¿Cuáles serían las características de la fotografía contemporánea?

- Hoy, la imagen es digital y esto cambia todo, a diferencia de una imagen derivada de procesos químicos. No sólo se han transformado todos los aparatos con los que se puede captar una foto, sino también su uso y aplicación. Nada es lo mismo hoy, con respecto a lo que era la fotografía, salvo para lo que sirve. Sigue sirviendo para recordar, para ayudar a imaginar, para informar, para explorar, para reconocernos, para entretenernos, para estudiar y hacer la guerra, para el amor y el erotismo más desenfrenado. Y de seguro muchas otras cosas que a alguien se le están ocurriendo ahora mismo. Pero todavía, hoy en día, con toda la evidencia que hay de que lo digital es la única manera sensata de hacer fotografías, hay no pocas gentes que se aferran a la idea de trabajar en cuarto oscuro.

- ¿Cómo ve usted los fenómenos de Instagram y la necesidad y casi obligación prácticamente de las selfies?

- Las redes sociales son una actividad que hoy se juzga sin el beneficio de la distancia. Es obvio que estas irán cambiando en estructura, en la medida de las nuevas tecnologías y sus necesidades y posibilidades... seguro cambiarán. Las selfies son tan antiguas como que el hombre ya se pintaba en las cuevas de Altamira, con las mismas ideas de las selfies de hoy: ¡Aquí estamos, y este soy yo! Solo que ahora todos somos capaces de participar en ese ritual tan atávico.

- En una época se calificaba la Edad Media de atrasada e ignorante porque la gente era analfabeta, y sólo se educaba (como en la Iglesia) a través de imágenes. Hoy vivimos un mundo de imágenes. ¿Volvimos al analfabetismo? ¿Cree, como afirma Paul Virilio, que vivimos una invasión de imágenes para evitar la reflexión?

- No creo que la invasión de imágenes sea para evitar la reflexión. Tiene más que ver con que somos una civilización pictográfíca, que ya viene desde la época de las cavernas de Altamira. En cuanto a la otra pregunta, al contrario, creo que el analfabeto del presente es quien no sabe tomar una fotografía ni la entiende. Y si buscamos paralelos con la Edad Media, hay que pensar que hasta la aparición de los libros no había razón alguna para saber leer o escribir. Y hoy, en lugar del símil de los libros, está la aparición de aparatos que facilitan tanto la toma fotográfica así como su distribución (como los celulares o las tabletas), y así ha comenzado a surgir la noción de que hay que adquirir una cultura visual. Hoy el analfabeto es quien no posee cierta cultura visual.

- Si todos sacamos fotos (con máquinas, con teléfonos, etcétera), ¿ cómo distinguir al fotógrafo del que saca fotografías?

- No se puede. ¿Qué hay de malo en pensar que todos sacamos fotos? El error está en pensar que todos debemos ser buenos fotógrafos. Eso es igual a pensar que todo el que deja de ser analfabeto debiera ser un literato.

- Usted participa en una Bienal de Fotodocumentalismo, pero, ¿qué documenta la foto?

- La fotografía, jamás, ni ahora ni antes, ha sido testimonio fiel de la realidad. Lo único que se le puede asignar a la fotografía es la tarea de ser una interpretación subjetiva de cierta realidad. La cámara siempre ha mentido, no tiene nada que ver con la era digital. La subjetividad de quien fotografía determina todo, absolutamente, porque si yo escojo un ángulo en una dirección o en otra cambian mucho las cosas.