02 Octubre 2016
Desde hace muchos años, Tucumán se mantiene en los primeros lugares del ranking nacional de provincias con mayor presión fiscal. Sin embargo, hay un aspecto que se vincula con la presión tributaria y que no se cuantifica, generalmente, pero que también representa una pesada carga para los contribuyentes. Esta situación se produce a causa de “ciertas prácticas de la administración fiscal”, según afirmó el tributarista, Luis Alberto Comba, quien sugiere una profunda revisión de los sistemas de gestión tributaria que se utilizan en la actualidad.
“Se nota en la práctica diaria, que los esfuerzos de la Dirección General de Rentas (DGR) se concentran en el control del sistema de retenciones y de percepciones, con fuertes inspecciones a los agentes designados, quienes deben soportar la carga pública de actuar como perceptores de recaudación por cuenta del Estado”, subrayó el especialista consultado por DINERO.
Sobre este punto, Comba recalcó que el organismo fiscal de la provincia “dedica su tiempo y su esfuerzo a encontrar mayor recaudación en esos puntos, por errores u omisiones de los agentes”. “Aún forzando interpretaciones y exigencias desmedidas, como lo ha decidido en numerosos casos de la Justicia provincial”, advirtió.
Por otro lado, indicó que los agentes, que son numerosos, deben poner a disposición de Rentas una parte sustantiva del tiempo de su personal, para administrar el sistema. “Esto también es presión fiscal”, insistió el especialista en tributos.
Además, Comba señaló que el organismo recaudador de la provincia tampoco ha instrumentado un sistema ágil que permita a los contribuyentes utilizar, mediante un esquema de compensación, los saldos a favor que mantengan para aplicarlos al pago de otros impuestos. “Es un camino tortuoso, lo cual hace que muchos contribuyentes prefieran no transitarlo. Esto también es presión fiscal”, remarcó el experto.
Las exigencias formales de muchos trámites terminan desnaturalizando las posibilidades prácticas de llevarlos a cabo. Según Comba, esto desalienta a los contribuyentes a concretar los trámites correspondientes. “En general, la Dirección de Rentas no ha ajustado sus procedimientos en función de los diferentes fallos de la Justicia que le marcaron desviaciones en la aplicación o en la interpretación de las normas”, observó.
“Todo el accionar de Rentas debe estar dirigido a facilitar la tarea de los contribuyentes y no esquematizar las gestiones para que todos se encuentren al servicio del fisco. Como dijo Juan Bautista Alberdi, hemos sido creados para ser colonias para el fisco y mantenemos esa tesitura”, cuestionó Comba.
Finalmente, subrayó que es necesario una urgente y profunda revisión de los circuitos. “El sistema tributario debe estar al servicio de los contribuyentes, quienes con sus impuestos sostienen al Estado y a la Dirección de Rentas que los controla”, sostuvo Comba.
“Se nota en la práctica diaria, que los esfuerzos de la Dirección General de Rentas (DGR) se concentran en el control del sistema de retenciones y de percepciones, con fuertes inspecciones a los agentes designados, quienes deben soportar la carga pública de actuar como perceptores de recaudación por cuenta del Estado”, subrayó el especialista consultado por DINERO.
Sobre este punto, Comba recalcó que el organismo fiscal de la provincia “dedica su tiempo y su esfuerzo a encontrar mayor recaudación en esos puntos, por errores u omisiones de los agentes”. “Aún forzando interpretaciones y exigencias desmedidas, como lo ha decidido en numerosos casos de la Justicia provincial”, advirtió.
Por otro lado, indicó que los agentes, que son numerosos, deben poner a disposición de Rentas una parte sustantiva del tiempo de su personal, para administrar el sistema. “Esto también es presión fiscal”, insistió el especialista en tributos.
Además, Comba señaló que el organismo recaudador de la provincia tampoco ha instrumentado un sistema ágil que permita a los contribuyentes utilizar, mediante un esquema de compensación, los saldos a favor que mantengan para aplicarlos al pago de otros impuestos. “Es un camino tortuoso, lo cual hace que muchos contribuyentes prefieran no transitarlo. Esto también es presión fiscal”, remarcó el experto.
Las exigencias formales de muchos trámites terminan desnaturalizando las posibilidades prácticas de llevarlos a cabo. Según Comba, esto desalienta a los contribuyentes a concretar los trámites correspondientes. “En general, la Dirección de Rentas no ha ajustado sus procedimientos en función de los diferentes fallos de la Justicia que le marcaron desviaciones en la aplicación o en la interpretación de las normas”, observó.
“Todo el accionar de Rentas debe estar dirigido a facilitar la tarea de los contribuyentes y no esquematizar las gestiones para que todos se encuentren al servicio del fisco. Como dijo Juan Bautista Alberdi, hemos sido creados para ser colonias para el fisco y mantenemos esa tesitura”, cuestionó Comba.
Finalmente, subrayó que es necesario una urgente y profunda revisión de los circuitos. “El sistema tributario debe estar al servicio de los contribuyentes, quienes con sus impuestos sostienen al Estado y a la Dirección de Rentas que los controla”, sostuvo Comba.
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