21 Septiembre 2016
VISTO DESDE LAS ALTURAS. Artistas bolivianos y argentinos completan su obra en el tobogán infantil. - LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA.-
Paisajes y figuras humanas, cóndores y caballos, y hasta ángeles. Los personajes que protagonizan las historias en los muros, esculturas y juegos infantiles no son pocos y acaparan la atención de niños y adultos en la zona de avenida Mate de Luna entre el 1.600 y 1.800.
El Primer Encuentro Internacional de Arte Público y Muralismo, que se realiza desde el miércoles pasado, continúa sus actividades en el parque Avellaneda y en las plazas de la Fundación y Gramajo Gutiérrez. El viernes a las 20 quedará inaugurado el llamado Parque Cultural con una fiesta en la cual actuarán distintas bandas.
Decenas de artistas, argentinos y extranjeros, intervienen bancos, juegos, mobiliario urbano y distintos espacios de los mencionados paseos. Pero simultáneamente tienen lugar actividades culturales, musicales y sociales, como la puesta de teatro de Los Intérpretes, obras de clowns, la presentación de una orquesta de tangos y coros, el funcionamiento de una feria de artesanos y capacitaciones. Ayer, precisamente se realizó en el MUNT la charla “Con el Mosaico se aprende y se ayuda”, que brindó Fernanda Jatón.
Con las técnicas de muralismo, esgrafiado y bajo relieve con materiales duraderos, como cemento duro, mosaico y venecitas, los cerca de 60 artistas comenzaron ya a completar algunas de sus obras. La bonarense Florencia Delucchi le cuenta a LA GACETA cómo están los españoles en esos caballos alados de su mural, mientras que, fuerte y radiante aparece el sol en el trabajo de los tucumanos Jorge Missart, Martín Mussolón y José Daniel Aguirresarobe, en una representación tradicional de la libertad con el gorro frigio y un caballo, trazados en cemento. Deluchi, además, dice que con varios de los colegas se conocen de otros encuentros, y elogia la organización y atención en esta provincia.
Escolares
Delegaciones de escolares con sus respectivas maestras recorren asombrados los juegos que muchas veces disfrutaron, como el tobogán, conocido ya entre los artistas como “el cerezo de la torta”, porque, sin dudas, es el que más llama la atención y todos se dirigen hacia él. Allí, los bolivianos Rosario Molina Mitru y Sergio Ávila dan los toques finales a la obra. “Las consignas del encuentro fueron ‘Por la paz, la libertad y la creatividad’. Nosotros tomamos eso y justamente en el tobogán planteamos temas infantiles. Son motivos que los niños identifican rápidamente”, explica Molina Mitru, a la par de docentes y estudiantes que colaboraron con ella, como Luciana Cabrera y Graciela Gómez, entre otros.
Mientras LA GACETA conversa con los artistas, de fondo se escucha la voz de la maestra de plástica informándole a los estudiantes que los mosaicos pueden pegarse sobre una malla o uno por uno; con cola o silicona. “Estamos trabajando con la técnica del mosaico que es muy sacrificado. Y nosotros ponemos pedacito por pedacito. Esto tiene mucha durabilidad, te diría que es eterno, porque además el color no se va. Es de lo más durable”, asegura la artista boliviana.
Patricia Nader, Patricia Escudero, Soledad y Milagro Bestani también hicieron su mural: las imágenes del cóndor y del puma, de los cerros y árboles, plantean un paisaje típico de la geografía tucumana.
A pocos metros, Susana Viale (llegada desde Italia) no ha concluido aún su propuesta: se puede observar una cerámica al lado de la obra, donde hay un ángel no terminado, envuelto en una acentuada policromía. Y Daniel Ruiz Holgado y María Inés Catania plantearon otros dos personajes en el muro.
La historia
En una de las calles frente a la plaza del Cementerio del Oeste (la Gramajo Gutiérrez), las intervenciones continúan sobre una extensa pared. Allí, la artista Mabel Medina, con la colaboración de Miguel Comba (ambos de San Miguel, provincia de Buenos Aires), pegaron mosaicos que reproducen algunas páginas de un viejo libro, aunque parezcan de un periódico a primera vista. Se trata del “Diario de Historia Argentina”, de Jorge Perrone, que narra los sucesos patrios desde las invasiones inglesas hasta la declaración de la independencia.
El recorrido no es corto y hay que tomarse el tiempo de ver las obras. En la zona de El Piletón, donde se encuentra la ofrenda a la Virgen Guadalupe, también se ubicaron trabajos. En total son 39 intervenciones artísticas, que le van poniendo mucho color a la zona, un trabajo que, con sus particularidades, está destinado al dominio público, a los centenares y miles de tucumanos que desde hace días ya lo están disfrutando en sus paseos diarios.
El Primer Encuentro Internacional de Arte Público y Muralismo, que se realiza desde el miércoles pasado, continúa sus actividades en el parque Avellaneda y en las plazas de la Fundación y Gramajo Gutiérrez. El viernes a las 20 quedará inaugurado el llamado Parque Cultural con una fiesta en la cual actuarán distintas bandas.
Decenas de artistas, argentinos y extranjeros, intervienen bancos, juegos, mobiliario urbano y distintos espacios de los mencionados paseos. Pero simultáneamente tienen lugar actividades culturales, musicales y sociales, como la puesta de teatro de Los Intérpretes, obras de clowns, la presentación de una orquesta de tangos y coros, el funcionamiento de una feria de artesanos y capacitaciones. Ayer, precisamente se realizó en el MUNT la charla “Con el Mosaico se aprende y se ayuda”, que brindó Fernanda Jatón.
Con las técnicas de muralismo, esgrafiado y bajo relieve con materiales duraderos, como cemento duro, mosaico y venecitas, los cerca de 60 artistas comenzaron ya a completar algunas de sus obras. La bonarense Florencia Delucchi le cuenta a LA GACETA cómo están los españoles en esos caballos alados de su mural, mientras que, fuerte y radiante aparece el sol en el trabajo de los tucumanos Jorge Missart, Martín Mussolón y José Daniel Aguirresarobe, en una representación tradicional de la libertad con el gorro frigio y un caballo, trazados en cemento. Deluchi, además, dice que con varios de los colegas se conocen de otros encuentros, y elogia la organización y atención en esta provincia.
Escolares
Delegaciones de escolares con sus respectivas maestras recorren asombrados los juegos que muchas veces disfrutaron, como el tobogán, conocido ya entre los artistas como “el cerezo de la torta”, porque, sin dudas, es el que más llama la atención y todos se dirigen hacia él. Allí, los bolivianos Rosario Molina Mitru y Sergio Ávila dan los toques finales a la obra. “Las consignas del encuentro fueron ‘Por la paz, la libertad y la creatividad’. Nosotros tomamos eso y justamente en el tobogán planteamos temas infantiles. Son motivos que los niños identifican rápidamente”, explica Molina Mitru, a la par de docentes y estudiantes que colaboraron con ella, como Luciana Cabrera y Graciela Gómez, entre otros.
Mientras LA GACETA conversa con los artistas, de fondo se escucha la voz de la maestra de plástica informándole a los estudiantes que los mosaicos pueden pegarse sobre una malla o uno por uno; con cola o silicona. “Estamos trabajando con la técnica del mosaico que es muy sacrificado. Y nosotros ponemos pedacito por pedacito. Esto tiene mucha durabilidad, te diría que es eterno, porque además el color no se va. Es de lo más durable”, asegura la artista boliviana.
Patricia Nader, Patricia Escudero, Soledad y Milagro Bestani también hicieron su mural: las imágenes del cóndor y del puma, de los cerros y árboles, plantean un paisaje típico de la geografía tucumana.
A pocos metros, Susana Viale (llegada desde Italia) no ha concluido aún su propuesta: se puede observar una cerámica al lado de la obra, donde hay un ángel no terminado, envuelto en una acentuada policromía. Y Daniel Ruiz Holgado y María Inés Catania plantearon otros dos personajes en el muro.
La historia
En una de las calles frente a la plaza del Cementerio del Oeste (la Gramajo Gutiérrez), las intervenciones continúan sobre una extensa pared. Allí, la artista Mabel Medina, con la colaboración de Miguel Comba (ambos de San Miguel, provincia de Buenos Aires), pegaron mosaicos que reproducen algunas páginas de un viejo libro, aunque parezcan de un periódico a primera vista. Se trata del “Diario de Historia Argentina”, de Jorge Perrone, que narra los sucesos patrios desde las invasiones inglesas hasta la declaración de la independencia.
El recorrido no es corto y hay que tomarse el tiempo de ver las obras. En la zona de El Piletón, donde se encuentra la ofrenda a la Virgen Guadalupe, también se ubicaron trabajos. En total son 39 intervenciones artísticas, que le van poniendo mucho color a la zona, un trabajo que, con sus particularidades, está destinado al dominio público, a los centenares y miles de tucumanos que desde hace días ya lo están disfrutando en sus paseos diarios.
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