Ruta 38: cuando ingresar a una ciudad es como jugar a la ruleta rusa
La “ruta de la muerte” es, ya, una avenida más de cada ciudad del sur que atraviesa. Quienes viajan en auto, moto o en bicicleta, y quienes la cruzan a pie, ponen a diario sus vidas en peligro. La Legislatura aprobó una ley para estudiar cada caso y construir travesías urbanas en Famaillá, Monteros, Aguilares, Alberdi y La Cocha.
No quiso verlo. No quiso saber cómo fue que murió. Eran las cinco y cuarto de la tarde de un 12 de julio cuando María Graciela Campos recibió la noticia más dura de su vida: su hijo tenía 14 años y había fallecido en un accidente en la 38, “la maldita ruta”, como ella le llama. Sintió miedo. Impotencia. Un dolor que salía de sus entrañas y que nada ni nadie podía calmar.
En la puerta de su casa del barrio Colón, en Aguilares, ella abraza la imagen de su hijo, Cristian Zárate. Llora. Quiere hablar. Pero la voz no le sale. Traga la saliva. Han pasado seis años, pero María tiene el recuerdo latente de ese día. “No lo dejaba andar en moto. A la siesta me dijo que se iba a juntar con unos amigos. No lo vi más. Resulta que se subió a la moto de un compañero. Y pasó eso, me lo llevaron. Me dejaron una herida abierta”, cuenta, y aprieta fuerte sus manos contra la remera que lleva puesta.
En Aguilares no hay quién no recuerde la tragedia de Cristian. El joven cayó bajo las ruedas de un camión cañero en la intersección de la ruta nacional 38 y la avenida Bartolomé Mitre, uno de los principales accesos a la ciudad del sur tucumano. Y no hay vecino que no le tenga miedo a ese lugar. Por allí cruzan todo tipo de vehículos y peatones sin semáforos que los ayuden, sin puentes, sin nada que pueda garantizarles un mínimo de seguridad.
Es lo que ocurre en la gran mayoría de las comunas y municipios atravesados por la vieja traza de la 38. Ingresar a ellos muchas veces es exponerse a una verdadera ruleta de la muerte. Cada ciudad -Famaillá, Monteros, Aguilares, Alberdi y La Cocha- tiene algunos accesos que plantean condiciones de riesgo para conductores y peatones. Hay entradas con semáforos, otras con rotondas. Pero no necesariamente son las opciones más usadas. En la mayoría de los casos hay peligrosos cruces a nivel.
La mezcla de tránsito multiplica los riesgos: autos, motos, bicicletas, carros de tracción a sangre, rastras cañeras, taxis rurales, camionetas y peatones. Todos se pelean por un lugar. No hay prioridades. El que puede, el que se impone, el que se arriesga, dobla o cruza primero.
En la mayoría de las localidades, la llamada “ruta de la muerte” avanza sin carteles que avisen con suficiente anticipación que hay que soltar el acelerador y bajar a 60 o 40 km/h. Además, desde la ruta se abren y cruzan varios caminos vecinales sin señalización. Y hay más peligros: autos y motos circulan por las banquinas, espacios que comparten también con peatones que aguardan para atravesar la carretera -la mayoría de las veces- corriendo.
La excepción
Concepción es la contracara. Al pasar por “La Perla del Sur”, la ruta 38 se transforma en una avenida de seis carriles de distribución. A lo largo de dos kilómetros y medio, esta travesía urbana posee además dos calles colectoras laterales, cinco intersecciones semaforizadas y dos puentes peatonales. La obra, que fue estrenada el año pasado, tuvo un gran impacto. No sólo porque ordenó el acceso a la ciudad, sino porque en las salas de emergencia del hospital no atendieron más peatones, motociclistas o automovilistas accidentados cuando intentaban entrar o salir de la ciudad, relató Julio Isa, jefe de Emergencias del Hospital Regional Concepción.
¿Por qué no replicar esto en el resto de las localidades que son atravesadas por la ruta 38? Eso se preguntan muchos vecinos del sur provincial. La buena noticia para ellos es que se acaba de aprobar una ley a partir de la cual el Poder Ejecutivo podrá celebrar convenios con los diferentes organismos competentes para realizar los estudios y proyectos necesarios que permitan concretar travesías urbanas en los accesos a La Cocha, Alberdi, Aguilares, Monteros y Famaillá.
Algo hay que hacer, sí o sí, para reducir los peligros en la vieja traza de la 38. En esto coincidieron autoridades y expertos en el tema. La construcción de la nueva 38 alivió poco la ruta de la muerte, que sigue siendo la más elegida por los pobladores del sur para desplazarse de un municipio a otro. Por allí, además, continúan circulando todos los camiones (no les está permitido desplazarse por la nueva traza).
Alrededor de 7.000 vehículos circulan a diario por la ex ruta 38, que sigue siendo la más peligrosa de la provincia de acuerdo a los mapas que confeccionan Transporte de la Provincia y el Siprosa, para hacer controles y para organizar el desplazamiento de las ambulancias de alta complejidad.
Se producen 300 accidentes por año, que dejan entre 40 y 50 muertes y una cifra similar de heridos graves. Dan testimonio de las tragedias las 259 cruces y minúsculas grutas apostadas a la vera de la ruta; la gran mayoría se ve en las inmediaciones de los accesos a comunas y municipios. De acuerdo con el mapa tucumano de puntos negros (tramos que concentran la mayor cantidad de accidentes), en la ruta 38 el mayor peligro es en los cruces con otros caminos y en los ingresos a las distintas localidades.
Quienes viven cerca de los accesos no pueden -ni quieren- acostumbrarse a las frenadas bruscas que se suceden a diario. Ni a los gritos desgarradores de los que sufren accidentes. Hay tragedias que nunca podrán olvidar.
La muerte de Cristian todavía le genera escalofríos a Martín Ibáñez, que tiene su negocio cerca de la entrada a Aguilares. “¿Por qué tenemos que vivir así, arriesgándonos todo el tiempo?”, cuestiona. Y la pregunta queda en el aire.
Es un final abierto. El tiempo dirá si la nueva ley les traerá soluciones a los más de 204.000 habitantes que tienen estas localidades del sur. O si todo seguirá igual, como la herida abierta en la vida de Graciela Campos.
Qué dice la ley
Doble calzada, semáforos y señalización
“Lo ideal es que una ruta no cruce por una zona poblada. Sin embargo, por el crecimiento de algunas ciudades, a veces esto termina ocurriendo. A la vera de la ex ruta 38 esta realidad se ha tornado muy peligrosa, especialmente por el incremento del parque automotor de motos. Urge darle mayor seguridad a estos sectores, por eso es que planteamos la necesidad de que se puedan construir travesías urbanas en La Cocha, Alberdi, Aguilares, Monteros y Famaillá”, expresó el legislador oficialista Roque Cativa, uno de los autores de la ley que se aprobó. “Ahora, de acuerdo con la norma, se tiene que hacer un estudio y un proyecto de obra. La ley prevé la construcción de una travesía de doble calzada, con señalización horizontal y vertical, obras de desague, iluminación e instalación de complejos semaforizados”, detalló.
Tragedias de este año
Diez muertos en accidentes
Desde el comienzo de la zafra a fines de mayo, las rastras cañeras protagonizaron una decena de accidentes y ocasionaron, cuanto menos, cinco muertes. Casi todos los choques sucedieron sobre la vieja traza de la ruta 38, específicamente en estos lugares: Acheral, Arcadia, Monteros, Villa Belgrano, Aguilares y Famaillá. Otro siniestro grave ocurrió en el paraje Santa Rosa, distante cinco kilómetros de la ciudad de Aguilares, el 17 de febrero, cuando cinco personas murieron al chocar un auto y una camioneta.