El Cadillal hace escuela con los chicos del interior

“Me imaginaba que esto era como un río, más finito. Pero no. Es... es como el mar”.

Gerardo García no conoce el mar, pero tampoco conocía El Cadillal. Tiene 11 años, es de Villa de Leales y es la primera vez que en sus ojos se refleja el agua que se pierde en el horizonte. El lago, el mar para él, es inmenso entre la inmensidad de los cerros y apenas lo puede abarcar con la cámara de su celular. Todo tan cerca, pero también tan lejos...

Unos 90 chicos, de dos departamentos (Leales y Lules) y 16 escuelas primarias se encontraron ayer en la tercera salida del programa “Conocer para valorar”, que lleva a alumnos de escuelas rurales a visitar la ciudad y algunos puntos de interés turístico de la provincia. Todo tan cerca en la provincia más chica del país, pero también tan lejos, porque la mayoría de ellos no había salido nunca de su localidad.

A los chicos no les alcanzan los ojos para mirar. Después de un paseo por la ciudad, donde se enfrentan a los monstruos de cemento en las alturas, parten hacia El Cadillal, donde aprenden para qué sirve el dique, cómo se construyó y qué objetos arqueológicos se hallaron durante su construcción. Son incansables, pero callan cuando hay que callar, estallan de una carcajada cuando hay que reír y se quedan quietos del miedo cuando les toca el turno de subir a la aerosilla.  

“No, no tengo miedo. Pero la verdad que es bastante alto”, confiesa José Ramón Galván (10), de la escuela Juan Bautista Ferreira, de El Cruce. Era su primera vez en El Cadillal y la vez que más lejos estuvo del suelo firme. “En El Cruce tenemos un arroyo donde pescamos dorados, bagres y otros pescados”, cuenta mientras trepa el cerro en la aerosilla. No tiene miedo, es cierto, y su cabeza gira hacia todas partes para mirar y seguir mirando el paisaje desconocido.

“Es emocionante ver cómo se sorprenden por todo, quieren conocer, no se quieren perder de nada. Es todo nuevo para ellos y eso es muy gratificante”, festeja Diego Delgado, un guía del Ente de Turismo que hará los recorridos con los grupos escolares. “La diferencia con los chicos de escuelas o colegios de la ciudad es que están más pendientes de si hay Wi-Fi, si tienen o no señal en el celular... se aburren con facilidad. Los chicos de escuelas rurales, en cambio, están entusiasmados porque para ellos es todo nuevo. Más allá de que, como todos los chicos de su edad, sean un poco salvajes”, agregó divertido el guía.

Después del paseo por El Cadillal, los tres ómnibus del programa que coordinan conjuntamente los ministerios de Educación e Interior, además del Ente de Turismo, la Gobernación y la Legislatura, regresaron a la ciudad a disfrutar de la obra “Tina”. Ahí los chicos experimentaron un espectáculo en 360° que los dejó mudos. “Estos, con todo lo que chivatearon hoy, en cinco minutos están dormidos”, vaticinó Mario López, uno de los choferes de los ómnibus que durante varios meses llevarán a los chicos a conocer este mundo tan cercano, y tan lejano a la vez.

Un programa multidimensional 

“El programa Turismo Educativo se fundamenta en el viaje como experiencia pedagógica. Los recorridos permiten conocer la provincia para quererla y cuidarla. Tiene un pilar pedagógico (aprender sobre nuestra identidad, historia, geografía, etcétera); uno social e inclusivo, porque más de 4.000 chicos van a conocer la capital; un tercer pilar es la calidad educativa como oportunidades, porque busca despertar vocaciones; y el cuarto pilar es el desarrollo local, porque genera trabajo en El Cadillal”, describió Juan Pablo Lichtmajer, ministro de Educación de la Provincia.