Marcharán a la plaza Independencia

Marcharán a la plaza Independencia

Organismos de derechos humanos y agrupaciones políticas requerirán que civiles sean enjuiciados por crímenes de lesa humanidad. Marzo de 1976 transcurrió a toda velocidad. A los episodios de violencia se sumaba la crisis política y económica. El Gobierno nacional buscaba soluciones, pero el golpe estaba en marcha desde hacía meses y nada podría detenerlo. El 24, los argentinos comprobaron que una nueva etapa se abría: el autobautizado Proceso de Reorganización Nacional.

LA JUNTA MILITAR. En primera fila aparecen Emilio Eduardo Massera, Jorge Rafael Videla y Orlando Ramón Agosti, los nuevos dueños del poder. la gaceta / fotos de archivo LA JUNTA MILITAR. En primera fila aparecen Emilio Eduardo Massera, Jorge Rafael Videla y Orlando Ramón Agosti, los nuevos dueños del poder. la gaceta / fotos de archivo
24 Marzo 2016

Ratificarán sus reclamos históricos, pero también expresarán advertencias sobre las políticas económicas, sociales y de derechos humanos del nuevo Gobierno nacional. Hoy se concretará por las calles céntricas la marcha que conmemorará el 40 aniversario del último Golpe de Estado (24 de marzo de 1976), la primera durante la gestión macrista.

Organismos de derechos humanos, partidos políticos, organizaciones sociales y sindicatos marcharán en grupos diferentes para confluir cerca del anochecer en un acto en la plaza Independencia.

Si bien en un principio la intención era integrar una sola columna, las diferencias políticas respecto de algunas consignas fragmentaron la convocatoria.

A la cabeza estarán, como todos los años, los militantes de organizaciones de defensa de los derechos humanos y por detrás, las agrupaciones políticas.

En general, todas las vertientes coincidirán en reclamar la continuidad de los juicios por delitos de lesa humanidad, el caso de Jorge Julio López, el juzgamiento de civiles que habrían colaborado con el terrorismo de Estado, que se celebre el megaproceso por el Operativo Independencia (comenzaría el 5 de mayo) y que los represores condenados sean alojados en cárceles comunes. Por otro lado, rechazarán los despidos, el protocolo antipiquetes y el acuerdo con los fondos buitre.

A las 16 se realizará una serie de actividades culturales frente a la ex Jefatura de Policía, en Santa Fe, entre Salta y Junín, donde funcionó un centro clandestino de detención. A las 18 se hará el acto organizado por la multisectorial encabezada por la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, Hijos, APDH, la Asociación de Ex Presos Políticos, Andhes y la fundación Memorias e Identidades del Tucumán, entre otros. Desde ese lugar saldrán a las 18 hacia la plaza.

El grupo elaboró un documento - que cuenta con adhesiones de media centena de instituciones y agrupaciones políticas, entre ellas La Cámpora y otras líneas kirchneristas- que será leído durante la manifestación. Además de requerir que se investigue a funcionarios judiciales, religiosos y empresarios, exigirán la indagatoria para el ex jefe del Ejército. César Milani. Mientras que pedirán al gobernador Juan Manzur que abra los archivos de los 70 y que se derogue el Código de Contravenciones, entre otros.

Desde allí, a la misma hora, también movilizará otro conjunto de organismos, liderados por Fadetuc y Madres de Plaza de Mayo línea fundadora Tucumán. Redactaron un extenso manifiesto que subraya el carácter cívico-militar del Golpe. Además, sus miembros expresarán su preocupación por la criminalización de las protestas y por las decisiones políticas de la Casa Rosada. Remarcarán la importancia de la preservación del Archivo de la Memoria y la restitución de los niños apropiados. Rechazarán la presencia del presidente Barack Obama en el país. Pedirán la liberación de la dirigente Milagro Sala.

Partidos de izquierda se concentrarán a las 17 en la plaza Urquiza y desde allí marcharán hasta frente a la Casa de Gobierno. A los pedidos de los organismos, sumarán otras consignas como “no al tarifazo” o el requerimiento de que las paritarias se negocien sin tope. También bregarán por la derogación de las llamadas leyes antiterroristas y del “espionaje” a dirigentes sociales y políticos.


Aportes del lector


El derecho de acordarse

Nací en el año 73. No puedo dar testimonio de lo que viví, pero como es el Día de la Memoria también quiero ejercer el derecho de acordarme. Elijo acordarme de lo que pasó para que ese golpe sucediera. Elijo acordarme del Capitán Viola y de su hijita, María Cristina; de Luis María Paz, del Mayor Argentino del Valle Larrabure, del Teniente Coronel Ibarzábal. Elijo, en definitiva, acordarme y rindo mi homenaje a todas aquellas víctimas del terrorismo de FAR, FAP, ERP y Montoneros, a sus familiares mis respetos en este día especial. Por último, elijo acordarme de los miembros de las Fuerzas de Seguridad, militares, policías y miembros del Servicio Penitenciario que hoy sufren injusta prisión y cuyos derechos humanos son sistemáticamente violados por el Estado Argentino.

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Alejandro Patrón Costas (h) 


Tanta zozobra debía llegar a su fin

En esa época estudiaba en Tucumán y en el ambiente universitario de Ingeniería circulaban mil conjeturas. Finalmente, el golpe se produjo tal como era unánimemente anunciado. El país había llegado a un extremo de incertidumbre, se lo sentía como una nave azotada por las olas de un mar embravecido. Cuando salí a recorrer los lugares de encuentro con los amigos pude observar la unánime sensación de alivio en la gente: el país empezaba a vivir otra historia.

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Omar Assaf | [email protected]


El dolor de una hija

Tenía 21 años el 24 de marzo de 1976 y hacía menos de dos años que mi padre, el ingeniero José María Paz, había sido asesinado por un comando de  Montoneros. Su muerte había convulsionado a Tucumán, uniendo en sus exequias a una vibrante multitud de personas de todos los sectores. El dolor de esa pérdida laceraba mi espíritu. Otros atentados igualmente angustiantes y dolorosos ocurrían cada día: no había lugar para el duelo. Había combates en la ciudad y en el campo, en los cerros y en los pueblos de mi Tucumán. Muertes de una guerra que no dejaban lugar para otro sentimiento que el del sufrimiento y el temor por una patria perdida. Los políticos, los sindicatos, los empresarios, la gente de la ciudad y del campo, en general, esperaban y pedían un Gobierno militar. Lo querían con ansias, imaginando que con él se lograría detener el caos y lograr una paz duradera, permitiendo un cambio democrático sustentable en el tiempo. Transmitir esto no es fácil: muchos se enfervorizan de impotencia ante relatos engañosos y muchas veces malévolos. Tampoco abundan -salvo valiosas y recientes excepciones­ diálogos inteligentes y profundos. El odio y la revancha aun dividen. Y existe hoy silencio un vergonzoso e inexcusable frente a siniestras violaciones a los derechos humanos. Nos reencontramos con el valor de la democracia, pero la sociedad está fragmentada. Me pregunto siempre si nuestros muertos han perecido en vano.

María Victoria Paz | [email protected]


Se anhelaba el fin de la anarquía 

Cuando  llegamos a estas fechas siento una gran  desazón, porque a través de los medios sólo escucho  y leo comentarios que me revelan la gran hipocresía de nuestra sociedad. Recuerdo que vivíamos en medio  de una permanente zozobra. Recuerdo la rabia que nos invadió cuando los guerrilleros asesinaron al capitán Viola y a una de sus hijitas. También cuando esos mismos grupos asesinaron a profesores que apreciábamos por su defensa de  nuestros valores tradicionales, la religión, la familia, la patria... Me refiero a Jordán Bruno Genta y a Carlos Sacheri. Yo formaba parte de un grupo de jóvenes de la Parroquia de Fátima que por la militancia a favor de ideales cristianos y argentinos había sufrido amenazas de parte de grupos de izquierda. La sensación que sentíamos muchos  jóvenes era que no teníamos futuro. Gran parte de la sociedad anhelaba que esa anarquía terminara, que pudiéramos mirar el futuro con esperanza.

Alberto Pablo Claps


Un llamado a la concordia y la justicia

El 24 de marzo de 1976 iba al colegio secundario. No puedo olvidar la anarquía y el caos en el que vivíamos. Fueron épocas de terror. Ningún tucumano de bien, provenga de donde provenga, podrá olvidar jamás el horroroso atentado a la familia Viola, porque acribillaron a una familia entera. Guerrilleros adiestrados habían copado nuestro monte y desde allí se inmiscuían entre la población civil, para intentar arrebatarnos el gobierno e instalar el comunismo en nuestra patria. Por eso, el 24 de marzo yo también tengo memoria y reclamo verdad y justicia. Sin ánimo de polemizar y con enorme respeto por los familiares de víctimas de ambas partes, quiero dejar atrás ese pasado doloroso y abogo, en el Año de la Misericordia, por que el Gobierno de Macri que tanto habló de reconciliar al país llame a la concordia y la justicia, respetando los derechos humanos de todos por igual, para dejar a nuestros hijos y nietos una Argentina en paz.

Luz García Hamilton | [email protected]

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