Llegada de los diputados

Llegada de los diputados

Arribos tardíos, renuncia, rechazo y prisión

TUCUMÁN EN 1816. La calle del Cabildo, reconstruida en una acuarela de Gustavo Ribero, de 1978. LA GACETA / ARCHIVO. TUCUMÁN EN 1816. La calle del Cabildo, reconstruida en una acuarela de Gustavo Ribero, de 1978. LA GACETA / ARCHIVO.
En los días inmediatamente previos al comienzo de las sesiones del Congreso de las Provincias Unidas, ya estaban en Tucumán los diputados Darragueyra, Gazcón, Medrano, Paso, Rodríguez y Sáenz (Buenos Aires); Acevedo y Colombres (Catamarca); Cabrera, Corro, Pérez Bulnes y Salguero, (Córdoba); Godoy Cruz y Maza (Mendoza); Castro Barros (La Rioja); Laprida y Oro (San Juan); Pueyrredón, (San Luis); Serrano (La Plata ); Malabia (Charcas), y Rivera (Mizque).

Después, pero antes del 9 de julio, arribaron Anchorena, de Buenos Aires; Sánchez de Bustamante, de Jujuy; Boedo y Gorriti, de Salta; Gallo y Uriarte, de Santiago del Estero; Sánchez de Loria, de Charcas, y Pacheco de Melo, de Chichas, además de incorporarse Aráoz y Thames, de Tucumán. Después del 9 de julio, se presentaron Pedro B. Carrasco, por Cochabamba y Felipe Antonio Iriarte, por Charcas. Tal, el minucioso cómputo del historiador Manuel Lugones.

Cuatro diputados electos no llegaron a incorporarse. Uno fue el doctor Jaime Zudáñez, de Charcas, por falta de recursos, y lo haría recién en 1817. Otros nunca ocuparían sus sitiales: el doctor José Serapión de Arteaga, por Tucumán, resultó electo con complicaciones y terminó renunciando desde la barra, con lo que Tucumán tuvo un diputado menos, en lugar de los tres que le correspondían. No pudo incorporarse José Moldes, de Salta, por las objeciones que se le hicieron, y tampoco Juan José Fernández Campero, marqués de Yavi, por Chichas, ya que cayó prisionero de los realistas en noviembre de 1816.

“Apenas ayer” en EL Bicentenario

Como homenaje al Bicentenario de la Independencia, a partir de mañana y por lo que resta del año, la columna “Apenas ayer” estará dedicada exclusivamente al Tucumán de 1816. Centrada en la crónica de las sesiones del Congreso, abarcará también el respectivo anecdotario y la vida de la ciudad en aquellos tiempos.

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