“Oculus”, de Calatrava: el lugar en el cual todos querrán hacerse una selfie

“Oculus”, de Calatrava: el lugar en el cual todos querrán hacerse una selfie

UN NUEVO ICONO. El complejo está ubicado cerca del World Trade Center.  Reuters. UN NUEVO ICONO. El complejo está ubicado cerca del World Trade Center. Reuters.
04 Marzo 2016
NUEVA YORK - De las cenizas del terror nace en el corazón de Manhattan un pájaro de acero. “Oculus”, del arquitecto español Santiago Calatrava, llega empañado por años de retrasos y abultados sobrecostes. Pese a todo, ayer se abrió parcialmente al público, consignó la agencia DPA.

Algunos en Nueva York creen que parece el esqueleto de un reptil ya extinguido o de un enorme pájaro, pero la monumental construcción de Calatrava, enclavada en el centro del distrito financiero, al sur de Manhattan, alberga una estación de transporte público, un centro comercial y pasadizo para peatones.

En los aldedores se encuentra el One World Trade Center, que se levantó tras la destrucción de las Torres Gemelas en los atentados del 11 de septiembre de 2001. No lejos están el museo subterráneo dedicado al 11-S y Wall Street. Desde este rincón, la ciudad quiere mostrar al mundo que ha resurgido de sus cenizas. El New York Times bautizó la creación de Calatrava como “un fénix ascendente”. “Es la panza del dinosaurio”, comentó un visitante que se encontraba bajo la gran cúpula con vigas de acero blanco y mirando hacia el cielo.

Los costos totales de la obra ascendieron a 4.000 millones de dólares, doblando el costo inicial, y la estación abre sus puertas casi con 10 años de retraso, y sólo parcialmente.

La empresa Westfield habla de “renacimiento” y “triunfo” en referencia a la era tras el 11-S.

Cuando Calatrava presentó su diseño en 2004 definió el lugar como un “faro de esperanza”. Sin embargo, un tercio de las 104 plantas del rascacielos One World Trade Center siguen vacías. Con todo, es una fuerte señal que se lanza desde el centro de la ciudad.

“Nueva York cambia constantemente y se reinventa”, sostuvo Anton Angelich, que todos los días pasa por allí. Seis conocidos suyos trabajaban en el World Trade Center el 11-S y los seis sobrevivieron. Pero aquel día murieron más de 2.700 personas.

Lois Stevens, con su corona de gomaespuma en la cabeza imitando a la estatua de la libertad, comenta que las púas de acero de “Oculus” son “los dedos de la vida”. Cada dedo es un país de donde venía la gente que murió en los atentados.

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