20 Enero 2016
PARRILLADA. El asado es la comida por excelencia de los argentinos. archivo
Si una familia tipo, compuesta por cuatro personas, quiere comer un asado deberá gastar, en promedio, unos $ 300. Y este monto incluye sólo la carne y una ensalada tradicional de lechuga y tomate. En un relevamiento propio, LA GACETA constató que los precios del asado retrocedieron levemente en el último mes, luego de los fuertes aumentos registrados a principios de diciembre pasado, y que se consolidaron luego de la devaluación del peso.
Según comerciantes del rubro, el kilogramo de este corte se comercializa a $ 130, en promedio, precio al cual se vendía antes del reajuste cambiario, ocurrido a mediados del último mes de 2015. En las semanas posteriores, el kilo de asado llegó a venderse a $ 145 en algunas carnicerías de la capital tucumana.
En tanto, los precios de la lechuga y del tomate oscilaron de modo divergente en el mercado. Los verduleros consultados indicaron que la planta de lechuga subió poco más del 50%, al pasar de $ 8 (a finales de diciembre pasado) a los $ 15 actuales, en promedio. En tanto, el kilogramo de tomate se vende a entre $ 10 y $ 15, según la calidad. Los comerciantes consultados afirmaron que esta variedad no tuvo reajustes de precio desde fines del año pasado hasta la fecha.
Subas y bajas
En general, los precios de las carnes se mantuvieron estables en el último mes, aunque hubo algunos cortes de consumo masivo que registraron variaciones. “Las carnes blandas, por ejemplo, sufrieron un aumento en la última semana de entre el 7% y el 10%”, precisó el carnicero, Agustín Márquez, propietario de un local en el Mercado del Norte.
“En enero y en febrero, las ventas bajan, pero no por el aumento de los precios, sino porque los clientes prefieren cortes blandos para preparar comidas más livianas, y dejan de lado cortes básicos, como el duro y el primo, que mantienen los precios de diciembre”, añadió.
Con las verduras sucede algo similar. A causa de las elevadas temperaturas, los consumidores se inclinan por variedades como la zanahoria, cuyo precio promedio oscila entre los $ 15 y los $ 20 el kilo, lo cual refleja un incremento cercano al 40% en el último mes. Según el verdulero, Héctor Vázquez, este aumento responde a una expansión de la demanda y a una caída de la oferta. “Por el momento, está entrando poca zanahoria al Mercofrut. Por eso subió”, subrayó.
Un efecto similar registraron los precios de algunas frutas que, a causa de una expansión de la demanda, aumentaron en las últimas semanas. El damasco costaba $ 40 el kilo; ahora está entre $ 70 y $ 80. El durazno, en tanto, pasó de $ 30 a $ 45, en promedio.
Opción para considerar
Los valores del pollo se movieron a la baja en el último mes. A principios de diciembre pasado, el kilo se vendía a $ 38, pero luego de la devaluación y de las fiestas de Fin de Año, trepó a entre $ 40 y $ 42, mientras que las presas se ofrecían a entre $ 48 y $ 50. Según Hugo Navarro, comerciante del Mercado del Norte, en estos 20 días de 2016, el kilo de pollo oscila entre $ 34 y $ 36, mientras que las presas se ofrecen a $40.
Según comerciantes del rubro, el kilogramo de este corte se comercializa a $ 130, en promedio, precio al cual se vendía antes del reajuste cambiario, ocurrido a mediados del último mes de 2015. En las semanas posteriores, el kilo de asado llegó a venderse a $ 145 en algunas carnicerías de la capital tucumana.
En tanto, los precios de la lechuga y del tomate oscilaron de modo divergente en el mercado. Los verduleros consultados indicaron que la planta de lechuga subió poco más del 50%, al pasar de $ 8 (a finales de diciembre pasado) a los $ 15 actuales, en promedio. En tanto, el kilogramo de tomate se vende a entre $ 10 y $ 15, según la calidad. Los comerciantes consultados afirmaron que esta variedad no tuvo reajustes de precio desde fines del año pasado hasta la fecha.
Subas y bajas
En general, los precios de las carnes se mantuvieron estables en el último mes, aunque hubo algunos cortes de consumo masivo que registraron variaciones. “Las carnes blandas, por ejemplo, sufrieron un aumento en la última semana de entre el 7% y el 10%”, precisó el carnicero, Agustín Márquez, propietario de un local en el Mercado del Norte.
“En enero y en febrero, las ventas bajan, pero no por el aumento de los precios, sino porque los clientes prefieren cortes blandos para preparar comidas más livianas, y dejan de lado cortes básicos, como el duro y el primo, que mantienen los precios de diciembre”, añadió.
Con las verduras sucede algo similar. A causa de las elevadas temperaturas, los consumidores se inclinan por variedades como la zanahoria, cuyo precio promedio oscila entre los $ 15 y los $ 20 el kilo, lo cual refleja un incremento cercano al 40% en el último mes. Según el verdulero, Héctor Vázquez, este aumento responde a una expansión de la demanda y a una caída de la oferta. “Por el momento, está entrando poca zanahoria al Mercofrut. Por eso subió”, subrayó.
Un efecto similar registraron los precios de algunas frutas que, a causa de una expansión de la demanda, aumentaron en las últimas semanas. El damasco costaba $ 40 el kilo; ahora está entre $ 70 y $ 80. El durazno, en tanto, pasó de $ 30 a $ 45, en promedio.
Opción para considerar
Los valores del pollo se movieron a la baja en el último mes. A principios de diciembre pasado, el kilo se vendía a $ 38, pero luego de la devaluación y de las fiestas de Fin de Año, trepó a entre $ 40 y $ 42, mientras que las presas se ofrecían a entre $ 48 y $ 50. Según Hugo Navarro, comerciante del Mercado del Norte, en estos 20 días de 2016, el kilo de pollo oscila entre $ 34 y $ 36, mientras que las presas se ofrecen a $40.
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