15 Diciembre 2015
SILENCIO. En la vivienda de los Costilla se oyeron llantos por la mañana. Los padres de Enzo viajaron a Santiago. la gaceta / Foto de rodolfo casen
En el barrio San Bernardo de Simoca a Enzo Costilla (30 años) lo apodaban “Bucki”. Don Miguel Albornoz recuerda el día en que el muchacho, luego de alcanzar su mayoría de edad, se despidió de sus padres para ir a iniciar sus estudios como gendarme. Desde entonces muy pocas veces volvió a verlo, pero a pesar de esa ausencia siempre lo recordaba como un joven respetuoso y amable.
Ayer, cerca de las 15, Miguel se acercó hasta la casa de Elba Contreras y Francisco Costilla, los padres de Enzo, porque escuchó llantos y presintió que algo malo había sucedido. Y no estuvo equivocado. Además, no le resultó difícil vincular la triste escena del matrimonio con el accidente de tránsito que se había producido en Rosario de la Frontera (Salta) y que dejó el saldo de 42 gendarmes muertos. Una de las víctimas fue Enzo, quien residía en Santiago del Estero desde hace más de cinco años. Ahí se casó y tuvo dos hijos, que todavía son pequeños.
“Apenas pude saludarlos porque ya se iban a Santiago. El muchacho trabajaba y tenía su casa ahí. Es una tragedia que nos golpea muy de cerca. Una pena que ‘Bucki’ se haya muerto tan joven y de esa manera”, se lamentó el vecino de uno de los dos jóvenes tucumanos que murieron en la tragedia en Rosario de la Frontera.
Los vecinos del pasaje Félix Mothe, en el San Bernardo, ubicado del lado oeste de la ruta nacional 157, no ocultaron el impacto de la noticia, que comenzó a correr como un reguero de pólvora en la ciudad de los sulkys.
Algunos improvisaron rezos, mientras que otros se juntaron para comentar lo sucedido. “Fue un joven de buenos comportamientos y nunca se escuchó hablar mal de él. De aquí se fue muy joven y siempre venía a visitar a sus padres”, contó Manuel Rodríguez, otro vecino. Los Costilla son una familia de gendarmes. Francisco, el padre, se jubiló de la fuerza este año y además de Enzo, tiene en sus filas a otros dos hijos, Javier y Claudio, mayores que el joven fallecido.
“Nos mantuvimos sobresaltados todo el día. Rogando que ninguno de los parientes apareciera en la lista de los fallecidos. Pero ya en la tarde nos llegó la confirmación de la muerte de Enzo”, dijo Paola Costilla, prima del difunto. “Nos duele mucho porque se lo quería. Nunca dudó de lo que iba a ser. Parece que tenía la Gendarmería en la sangre. Seguramente todos los que murieron hoy eran como él”, agregó.
“Uno piensa en sus dos chicos que quedan sin padre, en su esposa, y se nos parte el alma. Van a necesitar mucho el acompañamiento de toda la familia para que salgan adelante”, reflexionó.
El intendente de Simoca, Marcelo Herrera, luego de enterarse de la muerte del gendarme, se solidarizó con la familia y puso a su disposición cualquier tipo de colaboración que requieran.
Ayer, cerca de las 15, Miguel se acercó hasta la casa de Elba Contreras y Francisco Costilla, los padres de Enzo, porque escuchó llantos y presintió que algo malo había sucedido. Y no estuvo equivocado. Además, no le resultó difícil vincular la triste escena del matrimonio con el accidente de tránsito que se había producido en Rosario de la Frontera (Salta) y que dejó el saldo de 42 gendarmes muertos. Una de las víctimas fue Enzo, quien residía en Santiago del Estero desde hace más de cinco años. Ahí se casó y tuvo dos hijos, que todavía son pequeños.
“Apenas pude saludarlos porque ya se iban a Santiago. El muchacho trabajaba y tenía su casa ahí. Es una tragedia que nos golpea muy de cerca. Una pena que ‘Bucki’ se haya muerto tan joven y de esa manera”, se lamentó el vecino de uno de los dos jóvenes tucumanos que murieron en la tragedia en Rosario de la Frontera.
Los vecinos del pasaje Félix Mothe, en el San Bernardo, ubicado del lado oeste de la ruta nacional 157, no ocultaron el impacto de la noticia, que comenzó a correr como un reguero de pólvora en la ciudad de los sulkys.
Algunos improvisaron rezos, mientras que otros se juntaron para comentar lo sucedido. “Fue un joven de buenos comportamientos y nunca se escuchó hablar mal de él. De aquí se fue muy joven y siempre venía a visitar a sus padres”, contó Manuel Rodríguez, otro vecino. Los Costilla son una familia de gendarmes. Francisco, el padre, se jubiló de la fuerza este año y además de Enzo, tiene en sus filas a otros dos hijos, Javier y Claudio, mayores que el joven fallecido.
“Nos mantuvimos sobresaltados todo el día. Rogando que ninguno de los parientes apareciera en la lista de los fallecidos. Pero ya en la tarde nos llegó la confirmación de la muerte de Enzo”, dijo Paola Costilla, prima del difunto. “Nos duele mucho porque se lo quería. Nunca dudó de lo que iba a ser. Parece que tenía la Gendarmería en la sangre. Seguramente todos los que murieron hoy eran como él”, agregó.
“Uno piensa en sus dos chicos que quedan sin padre, en su esposa, y se nos parte el alma. Van a necesitar mucho el acompañamiento de toda la familia para que salgan adelante”, reflexionó.
El intendente de Simoca, Marcelo Herrera, luego de enterarse de la muerte del gendarme, se solidarizó con la familia y puso a su disposición cualquier tipo de colaboración que requieran.
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