30 Noviembre 2015
MÁS QUE UNA INFUSIÓN. El mate es una excusa para socializar.
En homenaje a “Andresito”, caudillo federal de origen guaraní que luchó en las invasiones luso-brasileñas, los argentinos celebramos hoy por primera vez el Día Nacional del Mate.
Por lo que significa este ritual profundamente arraigado en las costumbres y tradiciones de los argentinos, el Día Nacional del Mate fue instaurado por ley en enero de este año. La fecha del 30 de noviembre fue elegida en conmemoración del nacimiento de Andrés Guacurarí, también conocido como el primer gobernador de origen guaraní (hasta 1819, en Corrientes) e hijo adoptivo de Artigas.
De acuerdo al Instituto Nacional de la Yerba Mate, el mate tiene propiedades antioxidantes y energizantes, por lo que tomarla también implica incorporar al cuerpo beneficios para la salud.
Según datos del mismo organismo, en la Argentina se consumen alrededor de 256 millones de kilos de yerba mate, lo que implica un consumo anual per cápita de unos 6,4 kilos. “La yerba mate está presente en más del 90% de los hogares”, consigna la misma fuente.
“Su consumo aporta al organismo gran cantidad polifenoles, vitaminas del complejo B, potasio, magnesio y xantinas. Los polifenoles actúan como un antioxidante, que ayuda a aumentar las defensas y a disminuir el envejecimiento celular”, destaca el organismo.
Los indios guaraníes utilizaban las hojas de la planta de yerba mate como bebida, pero también como objeto de culto y ritual, y como moneda de cambio en sus trueques con otros pueblos prehispánicos como los incas, los charrúas y los araucanos. La crónica de Télam recuerda que para el guaraní el árbol de la yerba era “el árbol por excelencia, un regalo de los dioses”.
“Tomar la savia de sus hojas era para ellos beber la selva misma”, se indica; y se recuerda que los conquistadores aprendieron de los guaraníes el uso y las virtudes de la yerba mate, e hicieron que su consumo se difundiera en forma extraordinaria, organizándose un intenso tráfico a todo el Virreinato del Río de la Plata. “Los guaraníes lo disfrutaban en rondas alrededor de un “fuego sagrado”; el mismo legado que llegó a nuestros días, convirtiendo a la ronda de mate en un rito social significativo”, destaca Télam.
Por lo que significa este ritual profundamente arraigado en las costumbres y tradiciones de los argentinos, el Día Nacional del Mate fue instaurado por ley en enero de este año. La fecha del 30 de noviembre fue elegida en conmemoración del nacimiento de Andrés Guacurarí, también conocido como el primer gobernador de origen guaraní (hasta 1819, en Corrientes) e hijo adoptivo de Artigas.
De acuerdo al Instituto Nacional de la Yerba Mate, el mate tiene propiedades antioxidantes y energizantes, por lo que tomarla también implica incorporar al cuerpo beneficios para la salud.
Según datos del mismo organismo, en la Argentina se consumen alrededor de 256 millones de kilos de yerba mate, lo que implica un consumo anual per cápita de unos 6,4 kilos. “La yerba mate está presente en más del 90% de los hogares”, consigna la misma fuente.
“Su consumo aporta al organismo gran cantidad polifenoles, vitaminas del complejo B, potasio, magnesio y xantinas. Los polifenoles actúan como un antioxidante, que ayuda a aumentar las defensas y a disminuir el envejecimiento celular”, destaca el organismo.
Los indios guaraníes utilizaban las hojas de la planta de yerba mate como bebida, pero también como objeto de culto y ritual, y como moneda de cambio en sus trueques con otros pueblos prehispánicos como los incas, los charrúas y los araucanos. La crónica de Télam recuerda que para el guaraní el árbol de la yerba era “el árbol por excelencia, un regalo de los dioses”.
“Tomar la savia de sus hojas era para ellos beber la selva misma”, se indica; y se recuerda que los conquistadores aprendieron de los guaraníes el uso y las virtudes de la yerba mate, e hicieron que su consumo se difundiera en forma extraordinaria, organizándose un intenso tráfico a todo el Virreinato del Río de la Plata. “Los guaraníes lo disfrutaban en rondas alrededor de un “fuego sagrado”; el mismo legado que llegó a nuestros días, convirtiendo a la ronda de mate en un rito social significativo”, destaca Télam.