Origen: EEUU/Gran Bretaña, 2015. Dirección: Sam Mendes. Con: Daniel Craig, Léa Seydoux, Christoph Waltz. Violencia: con escenas. Sexo: sin escenas. Tensión sexual: Bond y Monica Bellucci se sacan chispas. El abc del agente y una definición: “licencia para matar es también licencia para no matar”.
BUENA
“Spectre” subraya una discusión que amenaza con volverse eterna: ¿cuál es el verdadero espíritu de James Bond? ¿El del galán hedonista, decidido a salvar el mundo sin renunciar al humor zumbón de una buena película de acción? ¿O el oscuro, profundo, seco e implacable que descubrimos en los últimos tiempos? Esta entrega de la saga -la número 24- afloja la tensión instalada a lo largo de la tetralogía protagonizada por Daniel Craig (“Casino Royale”, “Quantum of solace”, “Skyfall”). Tal vez porque el actor anunció el adiós al personaje campea esa sensación de fin de ciclo. Finalmente, el Bond de Craig se relaja un poco. A la vez hay un regreso a las fuentes narrativas, porque Spectre y el hiperperverso Blofeld vienen desde el corazón de los novelas de Ian Fleming. Es un balance apropiado para nuevos y viejos fans.
La historia retoma el hilo de “Skyfall” (cuya altura, por más que lo intenta, no alcanza “Spectre”; no era sencillo). Hay un nuevo M: Ralph Fiennes (que hace unos años pudo haber sido un muy buen Bond) reemplazó a Judi Dench. A M lo acusan de pieza de museo. La guardia joven del espionaje quiere reemplazar a los agentes 00 por un gran hermano digital. En tanto, Moneypenny cambió a Bond por un enamorado de verdad. El signo de los tiempos.
En Spectre radican claves del pasado de Bond. Los cabos se irán atando en el DF mexicano (brillante escena en pleno Día de los Muertos), Roma (a Bond lo sigue Dave Bautista, el asesino de turno), Austria, Tánger y, por supuesto, Londres. Léa Seydoux es una chica que a Bond le mueve realmente el piso, mientras que Christoph Waltz se mete en los zapatos de un villano que ya habían jugado el inmenso Donald Pleasence, Telly Savalas y Charles Gray. Hay gato y cicatriz, a pedido de Mike Myers, quien lo caricaturizó como el Dr. Evil.
Habrá más Bond, no con Craig. La vara, como siempre, luce altísima. “Spectre” deja las cosas en los estantes adecuados.
¿Habrá algo que asuste a Vin Diesel ?
EL ÚLTIMO CAZADOR DE BRUJAS | THRILLER/TERROR - PM 13 - 106’
Durante 800 años Kaulder ha sido un guardián de la humanidad, el garante de que el pacto de convivencia con brujas y brujos se mantenga vigente. Pero el sacerdote que trabajaba con Kaulder fue asesinado y una antigua amenaza se corporiza en la Nueva York de estos días.
Vin Diesel se ríe mucho durante las casi dos horas de “El último cazador de brujas”. Eso es bueno. Diesel interpreta a Kaulder, el guerrero medieval condenado a la vida eterna por una bruja malísima, que odia tanto a los pobres humanos que quiere exterminarlos a todos. Kaulder se lo impidió una vez y está en guardia, porque sabe que ella es muy bicha y volverá en cualquier momento. Mientras tanto se toma la inmortalidad con humor, llevándose azafatas a su departamento con vista al Central Park. Es el tono adecuado para una película con aspiraciones de saga, la quinta para la agenda del inoxidable Vin si contamos “Rápidos y furiosos”, “Riddick”, “xXx” y “Guardianes de la galaxia”.Lionsgate se preocupó por subrayar el carácter de clase A de “El último cazador de brujas”. El estudio contrató a Michael Caine -que a esta altura no está muy selectivo con sus papeles- y apostó por Rose Leslie para el protagónico femenino. Sí, la Ygritte de “Juego de tronos”. Son los escuderos de Kaulder en sus incursiones por el submundo de la hechicería moderna, ambiente bastante transitado por el cine y la TV en estos tiempos. Hay viñetas que remiten a escenarios conocidos, incluyendo -vaya sorpresa- el entramado del universo Potter.
Breck Eisner compensó los clichés del guión con ritmo, un par de atractivas resoluciones visuales y luz verde para que Vin Diesel hiciera lo que sabe, por más sobrenatural que sea el enemigo.