Y un día dijeron basta. En lo que puede definirse como un “encuentro histórico” en el mundo de la pesca tucumana, los clubes de pescadores y agrupaciones de la provincia se reunieron con un solo objetivo: trabajar junto a las autoridades para evitar el exterminio de la fauna ictícola.
“Nos reunimos para colaborar con quien haga falta. No somos un grupo de quejosos. Al contrario: nos ponemos a disposición de las autoridades porque los pescadores no somos los enemigos de la naturaleza”, explica Diego Lobo, impulsor de la reunión, que contó con la participación de dirigentes de los clubes de Pesca y Regatas, Caza y Pesca de la UNT, Náutica y Pesca de Tafí del Valle, del Tucumán Yacht Club, de los pescadores con mosca y con el apoyo de Pesca y Náutica de Concepción y de Escaba. En total, estas instituciones representan a más de 4.000 deportistas.
“Estamos dispuestos a hacer de todo. Desde seguir denunciando, a instalar cartelería de concientización, realizar campañas de limpieza de nuestros sitios pesqueros, apoyar económica y personalmente el trabajo que desarrolla Flora y Fauna...”, enumera Lobo.
La reacción de los pescadores fue impulsada por un último hecho que causó preocupación. En El Mollar se estableció y creció un emprendimiento comercial que está acabando con los recursos ictícolas de La Angostura, a pesar de que personal de la Dirección de Flora y Fauna denunció hace varios meses en la comisaría del lugar que un grupo de personas había usurpado tierras fiscales y protegidas por Ley. “No sabemos cómo siguió el trámite. Supuestamente debió haber llegado a la Justicia, pero hasta el momento nadie nos llamó para ratificar o rectificar nuestra exposición. Estamos atentos porque es nuestra decisión seguir con este asunto”, asegura Ana Palacios, bióloga de la repartición.
Sucede lo siguiente: de noche ingresan al lago y arrojan los trasmallos, sin importarle que el lugar está vedado, porque el pejerrey está en pleno ciclo reproductivo; extraen las piezas, las limpian y las venden en un local que está en el centro de esa localidad o las distribuyen en los restaurantes de la zona, pese a que la pesca comercial está prohibida. “Es increíble que todo esto ocurra cuando en el lugar hay una sede de Policía Lacustre que debería evitarlo. Además, aunque parezca mentira, nos enteramos de que demoraron a personal de Flora y Fauna que estaba sacando piezas para hacer reproducción artificial y los que cometen delitos actúan libremente”, explica Pablo Yáñez, presidente del Regatas.
Lobo insiste que el furtivismo se ha transformado en una práctica estacional. En el verano, decenas de tucumanos invaden los ríos con sus redes o utilizan sistemas ilegales como el “choque” o el “yo-yo” provocando una matanza entre los sábalos que remontan los cauces para desovar. En el invierno, los rederos extraen las piezas que sobrevivieron a la masacre en las costas del Frontal. El pescador insiste que estas personas también se aprovechan de las vedas para atacar los ríos trucheros y algunos lagos, como El Cadillal y La Angostura.
“Todo esto genera mucha tristeza y no sólo porque atenta a nuestra actividad, sino porque da bronca que Flora y Fauna haga un enorme esfuerzo humano y económico reproduciendo pejerreyes y criando truchas para que los furtivos lo destruyan con sus redes, porque no hay quien los detenga. Tampoco hay quien secuestre todos los pescados que se venden en la calle sin ningún tipo de cuidado y poniendo en peligro a toda la población”, opina Emilio Brunello, del club de Tafí del Valle.
La respuesta oficial
Al comisario Víctor Godoy, titular de la Dirección de Delitos Rurales y Ecológicos de la Policía, se le entrecorta la voz cuando habla del tema. Sabe que está vencido y que tiene muy poco por hacer. “No podemos hacer nada contra esas verdaderas organizaciones comerciales. Ellos cuentan con todo tipo de elementos para ingresar y extraer las piezas. Nosotros tenemos tres hombres, que a veces llegan a ser seis, con dos móviles para atender todo la provincia. Tampoco contamos con embarcaciones, por lo que sólo podemos actuar cuando tenemos un dato preciso y cuando el daño ya está hecho”, explica. Godoy reconoce que también choca con la burocracia. “Pretendimos hacer operativos para secuestrar los pescados que se venden en la calle, pero no podemos porque los municipios no cuentan con personal que trabaje los fines de semana. Si lográsemos hacer esos operativos cortaríamos la cadena de comercialización y disminuiría la extracción ilegal de peces”, comenta.
¿Cómo debería ser su tarea? “Con medios y hombres suficientes realizaríamos controles en todos los sitios pesqueros. Recorrerlos y dar con los furtivos para secuestrar las redes, embarcaciones y vehículos que utilizan. Y también serían importantes los secuestros de equipos a las personas que no cumplan con las vedas”, responde con tono firme.
Repregunta: ¿la Policía Lacustre cuenta con elementos para realizar esos controles y no lo hace? “Todos los integrantes de la fuerza están obligados a actuar cuando están ante la presencia de un delito. Caso contrario, deberán dar explicaciones”, contesta al borde el enojo.
El otro problema
Los pescadores también están preocupados por la contaminación de los ríos. Ellos, al ser quienes los recorren habitualmente, destacan que en el Salí y el Gastona se registró mortandad de peces, pero no aún no saben si se investigaron los casos y, mucho menos, si se identificó las industrias que arrojaron sustancias tóxicas. Alfredo Montalbán, secretario de Medio Ambiente, no respondió los llamados de LA GACETA.
“En los últimos días nos enteramos de que se inauguró una destilería de alcohol. No tenemos dudas de que es muy importante para la provincia, pero al mismo tiempo nos preguntamos si se la controlará, porque este proceso industrial es el que más puede llegar a contaminar”, argumenta Carlos Nieva, presidente del club de la UNT.
Durante el encuentro, Lobo planteó otro tema que fue rápidamente aceptado por los dirigentes: colaborar con el Estado para limpiar las costas de los sitios pesqueros y concientizar a los pescadores de la importancia de mantener limpios los lugares que frecuentan. “La idea es realizar jornadas de recolección de residuos de las costas, entregar bolsas a los deportistas para que se lleven la basura a sus casas y no que la arrojen en cualquier lado”, explicó.
Cómo sigue
Lobo, con el apoyo del resto de los pescadores, pretende seguir adelante con esta iniciativa. “Vamos a realizar acciones concretas. Una de ellas es colaborar con la recuperación del Lago San Miguel. La postergamos porque la Dirección de Espacios Verdes ya comenzó a hacerla. Vamos a esperar que ellos terminen para reforzar el trabajo”, explica.
El referente del grupo de pescadores, a través de Fernando Juri Debo, que también participó del encuentro, pretende reunirse con Juan Manzur antes o después de que asuma como gobernador, ya que no encontraron respuesta en los 12 años de gestión de José Alperovich. “El primer punto es dejarle en claro que no somos enemigos del Estado. Que nuestra intención es colaborar con Flora y Fauna para mejorar aún más su trabajo”, insiste.
Otra misión que se plantean los deportistas es elaborar un documento que será presentado a las autoridades porque entienden que este es un deporte importante. “Tenemos 4.000 personas asociadas que por lo menos una vez a la semana salen a pescar. Por cada excursión, nadie gasta menos de $ 300 entre combustible, comidas y bebidas. Eso quiere decir que genera un movimiento de $1,2 millones por jornada. Y ojo, esa es una suma mentirosa porque las entidades no representamos ni a la mitad de los deportistas tucumanos. Por eso consideramos que la pesca es una actividad que puede ayudar muchísimo a la provincia y si se la cuida, aún más”, concluye Lobo.
El documento