En el pueblo del “vago de miércoles”, las obras para evitar inundaciones avanzan lento

En el pueblo del “vago de miércoles”, las obras para evitar inundaciones avanzan lento

En El Molino y en otras localidades denuncian que los trabajos no terminarán antes de la llegada de las lluvias anunciadas para octubre

EN LA MADRID. Las autoridades de esta localidad del sur decidieron utilizar escombros para construir defensas sobre el río Marapa. la gaceta / fotos de osvaldo ripoll EN LA MADRID. Las autoridades de esta localidad del sur decidieron utilizar escombros para construir defensas sobre el río Marapa. la gaceta / fotos de osvaldo ripoll
14 Septiembre 2015

Los pronósticos son inquietantes: anuncian que las tormentas arrancarán en octubre, mucho antes de lo habitual. Eso genera temor e incertidumbre entre los habitantes de los pueblos que padecieron las inundaciones hace siete meses. Si bien en algunos de estos lugares, el Gobierno ejecuta trabajos en los cauces de los ríos para evitar los desbordes, las obras avanzan lentas y eso enerva a los pobladores. En otras localidades, las obras se quedaron en simples promesas.

En El Molino y en La Angostura (11 kilómetros al oeste de Concepción) hay siete máquinas contratadas por la Dirección Provincial del Agua (DPA). Operan a lo largo de los ríos Gastona y Chirimayo. Los vecinos aseguran no se las ve trabajar todos los días, porque a veces sufren desperfectos y en otras ocasiones se quedan sin combustibles.

En El Molino vive Cristian Bulacio, el joven tildado de “vago de miércoles” por la senadora Beatriz Rojkés en marzo pasado. “Desde ese episodio, mi hijo tuvo problemas para conseguir trabajo. Menos mal que ahora lo contrataron para la cosecha del arándano”, contó doña Alicia Olea, madre del muchacho que recibió el insulto luego de recriminarle la falta de obras a la esposa del gobernador José Alperovich. La mujer es una de las tantas lugareñas que perdió casi todo cuando el Gastona salió de su cauce y arrasó con el pueblo a principios de marzo. Ella y sus vecinos ya comenzaron a prepararse para un nuevo despertar del río.

“Tuve que sacar un crédito para comprar algunas cosas y levantar una pared que me proteja del agua. No nos queda otra alternativa, porque no se ven obras importantes en el río” apuntó. Mabel Olea, por su parte, aseguró que los canales y las acequias de la zona están llenas de yuyos y de basura. “Lo poco que se hizo se hizo mal”, sentenció Alberto Sarmiento. “La gente dice muchas cosas, pero lo único cierto es que el reencauce avanza y que solo restan las defensas con gaviones”, aseguró el comisionado Juan Manuel Moreno.

Inquietante

En el pueblo de Río Chico la situación es aún más inquietante. Los vecinos denunciaron que no se ve ninguna obra en el cauce que bordea la población. Este año, el río Chico desbordó dos veces. “No hubo muertos de milagro. A algunos, el torrente les llegó hasta el cuello”, recordó Rubén Alfaro. “Nos abandonaron; ahora solo nos queda rogar que los pronosticadores se equivoquen y no llueva tanto como dicen”, agregó el vecino.

Don Raúl Gauna dijo que hace dos semanas él mismo acompañó a los técnicos de la DPA que fueron a ver las obras que necesita el Chico. “Nos dijeron que iban a regresar pronto con máquinas, pero hasta hoy los seguimos esperando. Me parece que ya no hay tiempo para hacer los trabajos fundamentales que necesita el lecho del río”, observó el hombre.

Pendiente

En Graneros fue el propio secretario de Gobierno de la municipalidad, Ramón Víctor Carabajal, quien reveló que la DPA tiene pendiente la ejecución del dragado y el reencauce del río Marapa. Según dijo, la repartición se había comprometido a hacerlo en un acuerdo refrendado con la Municipalidad. Ese río también desbordó este año y anegó el 80% del pueblo. “Antes de la inundación quedó inconclusa la obra de apertura de un canal de desagüe de 2.300 metros. Se hicieron 1.000 metros y no se pudo seguir porque se rompió una topadora. Ahí quedó abandonada. Por esa acequia inconclusa, el agua de la última creciente inundó varios barrios”, comentó el funcionario.

“En el río hay que trabajar desde el badén, tanto hacia el oeste como al este. El cauce está muy enlamado y necesariamente hay que dragarlo para que no vuelva a salir hacia el pueblo. Pero hay que esperar que las máquinas concluyan trabajos que se realizan en otros lugares”, renegó Carabajal.

“No queremos pasar otra experiencia como la que vivimos en la última creciente. Fue de terror”, insistió José Díaz, vecino del lugar.

Defensas con escombros

Debido a la falta de obras en La Madrid, el comisionado comunal José Dardo Herrera decidió tomar el toro por las astas y generar alguna solución a los desbordes del Marapa. “Sabemos que la DPA está complicada con las maquinas y con las obras en toda la provincia. Entonces, nosotros contribuimos con algunas soluciones”, comentó el jefe comunal.

Por esa razón se levantaron defensas en la orilla norte del río con escombros que quedaron tras la destrucción de unos 300 metros de pavimento en calles en las que se colocaron adoquines. “Reforzamos la defensa en una curva del río, pero no nos quedamos con eso. También procedimos a limpiar totalmente todos los canales que atraviesan la comunidad. Sacamos toneladas de desechos”, concluyó.

Qué dicen en la DPA

Calculan que a fines de octubre estarán terminadas las obras en el sur

El titular de la Dirección Provincial del Agua (DPA), Juan Sirimaldi, dijo que, según sus cálculos, a fines de octubre estarán terminadas las obras que se están haciendo en algunos de los ríos del sur de la provincia, como el Gastona y el Chirimayo. El objetivo es evitar nuevos desbordes. El problema es que, según el climatólogo Juan Minetti, ese mes llegará con tormentas fuertes. “Espero que mi amigo Minetti se equivoque. Necesito un tiempo más para darle seguridad a la gente, hasta fines de octubre”, manifestó el funcionario. Lo que ocurrió en el sur de la provincia entre marzo y abril fue brutal, según Sirimaldi. “Fue todo un golpe, fuimos tierra arrasada. La lluvia nos dio una paliza”, recordó. El titular de la DPA agregó que la semana que viene comenzará la limpieza del río Lules, a la altura del ingreso a la Quebrada. Cabe recordar que en marzo, ese río arrastró parte del puente que cruza la ruta 301 a la altura de esa ciudad.

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