Tiempos en que ya nadie es dueño del saber

Tiempos en que ya nadie es dueño del saber

En el 217 aniversario de la muerte de Domingo F. Sarmiento, educadoras reconocen que el maestro de hoy debe ser flexible y abierto a cambios.

LA PREVIA. En el jardín “Semillitas”, de la Municipalidad de Tucumán, la “seño” Marianela y  sus alumnos del jardín de 5 se anticipaban ayer a los festejos por el Día del Maestro. ¿Un desafío? que el boom tecnológico no anule el juego ni los afectos, responde la maestra jardinera. LA GACETA / FOTO JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI. LA PREVIA. En el jardín “Semillitas”, de la Municipalidad de Tucumán, la “seño” Marianela y sus alumnos del jardín de 5 se anticipaban ayer a los festejos por el Día del Maestro. ¿Un desafío? que el boom tecnológico no anule el juego ni los afectos, responde la maestra jardinera. LA GACETA / FOTO JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI.
11 Septiembre 2015
No buscan tanto la excelencia educativa, como la transmisión de herramientas que les sirvan a los chicos para progresar en la vida. La expectativa ya no está puesta en formar jóvenes exitosos, sino en hombres y mujeres con vocación de felicidad, y de contribuir a la constitución de un mundo mejor. En un año en el que cambian las autoridades nacionales, provinciales y educativas, y la sociedad se rige por nuevas leyes (el Código Civil y Comercial), los desafíos también cambian. LA GACETA consultó a docentes de distintos niveles y jerarquías. Comenzó con la ministra de Educación y terminó con el docente del interior. La propuesta inicial fue pensar en cinco desafíos, pero ellos redoblaron la apuesta.

Creen que es necesario tener dominio de la tecnología para aplicarla en el aula, con estrategias innovadoras. Piensan que los contenidos que se enseñan deben adecuarse a la realidad y a la demanda de los estudiantes. Sostienen que el docente de hoy debe abrazar la pluralidad, para poder incluir a todos. La relación con la familia es un gran desafío porque debe asumir los nuevos formatos y la falta de un modelo tipo.

La propia ministra de Educación, Silvia Rojkés de Temkin, abre el juego: “para transformar la escuela en verdaderas comunidades de aprendizaje debemos superar el individualismo. Esto implica trabajar con los demás, compartiendo alternativas de enseñanza que se ajusten a las necesidades de nuestros estudiantes en sus contextos de vida concretos. Pero sin dejar a la calidad educativa que sigue siendo un bien irrenunciable”.

La profesora de juegos teatrales Alba Natalia Albornoz, docente de 3er grado de la Escuela N° 394 “Adolfo Kapelusz”, resalta la necesidad de ” trabajar en equipo en el diseño de planificaciones y proyectos que atiendan a la superación de las problemáticas de cada institución” . Tratar de lograr una “articulación entre las diferentes disciplinas que promuevan la expresión oral y escrita de niños y niñas proponiendo situaciones concretas de aprendizaje, en un ambiente de alegría y respeto, teniendo en cuenta el concepto de Paulo Freire, ‘humanizar al humano’”, dice esta docente.

Hay quienes van más allá todavía: “hay que articular acciones no sólo adentro de la escuela, sino por fuera, propulsar el trabajo articulado con diferentes instituciones del medio en que se encuentra”, propone la supervisora de la zona 32 de alta montaña y ex secretaria de Educación Sonia Adriana Ferullo .

Saber adaptar los contenidos a la diversidad social y a la demanda es también un fuerte desafío. Fátima Sevilla, docente del profesorado de Educación Primaria del IES Campero, habla de “contextualización curricular: un docente capaz de realizar lectura ética y política de la realidad compleja en la que se encuentra inserto”. Mirna Díaz, profesora de Lengua e Historia de las escuelas medias de Mancopa y La Florida, marca la necesidad de “una formación cada vez más extensa, adecuando los conocimientos científicos, tecnológicos y didácticos a los requerimientos de un mundo cada vez más complejo y competitivo”.

Los valores son esenciales en esta etapa de la sociedad argentina. La ex ministra de Educación Susana Montaldo apuesta a “educar a los niños y jóvenes para que aprendan a integrarse a un colectivo respetando y valorando la pluralidad, y promover a la vez el desarrollo de las cualidades particulares de cada uno, permitiéndole expresar su singularidad. Es decir, educar para la convivencia respetuosa en la ‘polis’, para la socialización que permite construir un ‘nosotros’, sin descuidar la subjetivación, la expresión del propio ‘ser’ que la educación debe ayudar a desplegar a cada persona”. Roxana Quesada, docente de lengua y Literatura del colegio San José de Bella Vista, cree que hay que apuntar a “una formación de valores en un mundo donde estos se están perdiendo; tenemos que enseñar a aceptar la diferencia social, ética y religiosa, cultural y de pensamiento, enseñar la inteligencia emocional”.

La inclusión está en todas las propuestas. “Garantizar el acceso, la permanencia y el egreso de todos los niños y que las trayectorias escolares, además de completas, sean continuas y exitosas”, es la propuesta de Ferullo. “Un docente capaz de enseñar en la pluralidad de los distintos modos del sujeto de aprendizaje”, remarca María Luisa Artaza, profesora de Educación Especial. “Incluir sin bajar la calidad de educación”.

Adriana Cuello, directora de la escuela Maestro Arancibia, señala que es necesario “conocer al alumno, a ese ‘otro’ que nos desafía por su desinterés, desmotivación, o por todo lo contrario. Pero ese conocimiento no tiene que conducirnos a la subestimación del estudiante”. “En el aula necesitamos crear las condiciones para el encuentro con él, con su potencialidad, por lo que es necesario dejar de lado las condiciones sociales, materiales, familiares que lo condicionan. Suspender lo exterior a ese encuentro para poder movilizar a los alumnos hacia los conocimientos y habilidades que los desarrollen como personas autónomas, creativas, productivas y participativas es el desafío. La alteridad siempre es un desafío en el ejercicio de la docencia”, afirma.

La autoridad vapuleada

Montaldo dice que hay que recuperar la autoridad “para la institución escolar y para sí mismo”. Ella habla de “recuperar el lugar de adulto, de maestro que es asimétrico con el de niño, adolescente, que ocupa el lugar de alumno”. Y esto sin caer en autoritarismo, sino ocupando el lugar de guía y acompañante que el alumno requiere”. Por su parte, Quesada hace una suerte de mea culpa. “Debemos asumir que no somos los dueños de la verdad, y que también tenemos que aceptar otro proceso de conocimiento, que es la retroalimentación”, apunta.

El profesor de Historia y titular de Sadop Bernardo Beltrán destaca la necesidad de “reposicionarse como un actor social destacado, superando el lugar de un mero reproductor de propuestas conservadoras para transformarse en promotor de un cambio social que dignifique a la persona”.

La familia y la era tecno

“Replantear la clásica división del trabajo entre escuela y familia. En la actualidad la denominada familia tradicional es minoritaria , existen nuevas condiciones sociales y el trabajo del docente tiene que dar cuenta de esta nueva situación y no seguir invocando una realidad que ya no existe o que existe en convivencia con otras realidades. La heterogeneidad y diferencia de las familias y de los alumnos nos plantean el desafío de crear nuevas herramientas de trabajo”, advierte Cuello.

La incorporación de la tecnología en el aula y la capacitación permanente son desafíos que se repiten en todas las propuestas de los docentes así como alcanzar una mayor profesionalización en la tarea, pero -como dice Beltrán- “sin claudicar al reconocimiento de sus derechos que les permitan mejores condiciones materiales y espirituales para su vida”.

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