14 Junio 2015
Cuentos
AQUELLO ESTABA DESEANDO OCURRIR
LEONARDO PADURA
(Tusquets - Barcelona)
El libro consta de trece cuentos. Si bien los relatos son impecables, hay tres que resultan geniales. Uno de ellos es Según pasan los años, donde una historia de amor que pudo ser hermosa termina en un final triste e inesperado. Se resuelve en las últimas líneas, provocando que el lector se diga que no, que no puede ser, que no puede terminar así.
Nochebuena con nieve es imperdible. El encuentro sexual e interminable entre un hombre y su jovencísima ex cuñada es atravesado por el humor desde la primera línea. Aún desde la melancolía provoca risas, dejando el camino listo para el título que cierra el libro, El cazador, que es la historia de un joven homosexual que se maquilla en su casa pero se quita la pintura para salir a la calle a buscar un amor que le es esquivo. Sin embargo, la esperanza lo mantiene vivo, cada noche, hasta aquella vez en la que vuelve a la soledad de su hogar dispuesto a terminar con todo.
A lo largo de los títulos irán aflorando diferentes imágenes con protagonistas que cargan con sentimientos de los más disímiles. En La puerta de Alcalá se destaca la importancia de la amistad, más allá del tiempo. La nostalgia por una vida que no pudo ser como se esperaba tiene lugar en Nueve noches con Violeta del Río, donde un hombre ya grande recuerda su enamoramiento adolescente por aquella cantante 30 años mayor. Adelaida y el poeta oscila entre el dolor de no haber sido y la esperanza de, aun cuando ha transcurrido mucha vida, todavía poder ser. En Sonatina para Rafaela irrumpe de nuevo la melancolía a través de una pianista que recuerda tiempos mejores. En Los límites del amor, el protagonista debe volver a Cuba tras dos años de vivir en Angola: en su país lo espera su esposa; en África se queda su amante. La particular visita de la muerte a una anciana en La muerte feliz de Alborada Almanza es el eje de este cuento en el que también aparece el humor. El amor irrumpe nuevamente en El destino: Milano-Venezia (vía Verona), cuando en la vida de un hombre aparece una despreocupada mujer que lo sorprenderá, primero, y le cambiará la mirada de las cosas, después. Las malas elecciones y su desgaste son el eje de La pared, donde un oficinista se acerca a conversar con un chico en el que ve reflejados sus mismos sueños de infancia. Mezcla de policial y relato de amistad es Mirando al sol, donde las relaciones humanas hurgan por distintos extremos. La muerte pendular de Raimundo Manzanero tiene a un suicida como protagonista y los chismes callejeros que -con un toque de ironía- derivan de esa muerte.
Abundan en estas historias soledad, sexo, amor, desencuentros, nostalgia, amistad, sueños, humor. Todo un mundo al estilo de Padura que lleva a sentir que hay libros que bien vale tomarse el tiempo necesario para leer.
© LA GACETA
Alejandro Duchini
AQUELLO ESTABA DESEANDO OCURRIR
LEONARDO PADURA
(Tusquets - Barcelona)
El libro consta de trece cuentos. Si bien los relatos son impecables, hay tres que resultan geniales. Uno de ellos es Según pasan los años, donde una historia de amor que pudo ser hermosa termina en un final triste e inesperado. Se resuelve en las últimas líneas, provocando que el lector se diga que no, que no puede ser, que no puede terminar así.
Nochebuena con nieve es imperdible. El encuentro sexual e interminable entre un hombre y su jovencísima ex cuñada es atravesado por el humor desde la primera línea. Aún desde la melancolía provoca risas, dejando el camino listo para el título que cierra el libro, El cazador, que es la historia de un joven homosexual que se maquilla en su casa pero se quita la pintura para salir a la calle a buscar un amor que le es esquivo. Sin embargo, la esperanza lo mantiene vivo, cada noche, hasta aquella vez en la que vuelve a la soledad de su hogar dispuesto a terminar con todo.
A lo largo de los títulos irán aflorando diferentes imágenes con protagonistas que cargan con sentimientos de los más disímiles. En La puerta de Alcalá se destaca la importancia de la amistad, más allá del tiempo. La nostalgia por una vida que no pudo ser como se esperaba tiene lugar en Nueve noches con Violeta del Río, donde un hombre ya grande recuerda su enamoramiento adolescente por aquella cantante 30 años mayor. Adelaida y el poeta oscila entre el dolor de no haber sido y la esperanza de, aun cuando ha transcurrido mucha vida, todavía poder ser. En Sonatina para Rafaela irrumpe de nuevo la melancolía a través de una pianista que recuerda tiempos mejores. En Los límites del amor, el protagonista debe volver a Cuba tras dos años de vivir en Angola: en su país lo espera su esposa; en África se queda su amante. La particular visita de la muerte a una anciana en La muerte feliz de Alborada Almanza es el eje de este cuento en el que también aparece el humor. El amor irrumpe nuevamente en El destino: Milano-Venezia (vía Verona), cuando en la vida de un hombre aparece una despreocupada mujer que lo sorprenderá, primero, y le cambiará la mirada de las cosas, después. Las malas elecciones y su desgaste son el eje de La pared, donde un oficinista se acerca a conversar con un chico en el que ve reflejados sus mismos sueños de infancia. Mezcla de policial y relato de amistad es Mirando al sol, donde las relaciones humanas hurgan por distintos extremos. La muerte pendular de Raimundo Manzanero tiene a un suicida como protagonista y los chismes callejeros que -con un toque de ironía- derivan de esa muerte.
Abundan en estas historias soledad, sexo, amor, desencuentros, nostalgia, amistad, sueños, humor. Todo un mundo al estilo de Padura que lleva a sentir que hay libros que bien vale tomarse el tiempo necesario para leer.
© LA GACETA
Alejandro Duchini