07 Junio 2015
PREOCUPACIÓN EN LA SEDE. En Asunt, ubicada en San Martín 864, están preocupados por las pérdidas. la gaceta / foto de analía jaramillo
Las autoridades de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y de la Acción Social de la UNT (Asunt) admitieron que la obra social atraviesa una crisis financiera, pero precisaron que no se trata de una situación de quebranto. Señalaron, además, que barajan alternativas para paliar la situación, que ya generó un déficit anual varias veces millonario. “En muchas oportunidades Asunt vivió momentos difíciles y siempre se recuperó. La actual es una época difícil, pero para nada irreversible. Hay medidas que se van a tomar. El Consejo Directivo y el presidente (Pedro Rollán) están abocados en todos los programas de mejora”, manifestó la rectora, Alicia Bardón.
La situación que describe Bardón implica un déficit importante, según reconoció Rollán “Cuando comenzó mi gestión, en 2012, Asunt registraba un déficit anual de $ 4 millones. En 2013 lo bajamos a $ 2,9 millones. En 2014 registramos unos $ 9 millones; es decir, un poquito menos de $ 1 millón de déficit mensual”, indicó.
En el imaginario de la comunidad universitaria ronda la idea de que ese pasivo se debe a la migración de afiliados no docentes; en especial hacia la Obra Social de la Federación Argentina del Trabajador de las Universidades Nacionales. Rollán no negó el impacto de ese fenómeno; pero precisó que no es la principal causa. “La buena cobertura que se les brinda -y que se les seguirá brindando- a los afiliados discapacitados explica el 75% del déficit. El Congreso viene votando algunas leyes que atienden una serie de dolencias. Y si bien esto es bueno, generó un aumento en el gasto de las obras sociales. De pronto, pasó del 70% al 100% la cobertura de medicamentos de un afiliado catalogado como enfermo crónico, porque pasó a estar bajo el paraguas de alguna de estas leyes”, explicó. Añadió que también creció el número de afiliados que certifican alguna discapacidad: “en 2011 teníamos 300; ahora, 450. Eso conlleva un gasto enorme”. Tal situación motivó una de las medidas que barajan para paliar el desfinanciamiento. “Pediremos un subsidio al Ministerio de Salud de la Nación, el organismo que controla la aplicación de esas leyes”, contó Rollán.
Recupero
El funcionario explicó que si bien Asunt se encuentra inserta dentro del sistema nacional de salud, hay ciertas cuestiones jurídicas que la hacen diferente de las obras sociales gremiales, por ejemplo. “No estamos dentro del contralor de la Superintendencia de Salud; de ahí que no tenemos un código de redistribución de aportes, como las obras sociales sindicales y prepagas”, dijo. Esto le impide a Asunt gestionar recuperos, por parte de la Nación, de determinadas coberturas. Rollán dijo que ya se tomó una medida en ese sentido. “Nos adherimos a la obra social de Capataces y Portuarios (Buenos Aires). Podremos inscribir nuevos afiliados para paliar la merma y usar el código”, señaló.
Respecto de la migración de afiliados, contó que se desaceleró bastante. En un momento se hablaba de entre una y tres desafiliaciones por día. “Eso fue al principio; ahora se cortó, bajó bastante. En 2006, el Consejo Superior aprobó la libre afiliación, pero hacia afuera; es decir, el afiliado podía salir, pero no reingresar, ni podíamos afiliar a otros. Eso genera una situación injusta”, dijo. Según indicó, Asunt cuenta con 10.000 afiliados que aportan, pero brinda cobertura a unos 28.500, debido al grupo familiar de aquellos.
A modo de síntesis, el consejero de Asunt Diego Silvera vinculó el déficit con un cambio de escenario general. “Nuestra obligación, como administradores, es reconvertir la forma en que brindamos los servicios para seguir dando los mejores servicios con el dinero que entra. Eso hizo este Consejo: proponer medidas para adecuarnos al nuevo escenario”, dijo.
Personal
A las causas de la problemática, Bardón sumó el alto costo salarial de Asunt. “Los empleados de la obra social fueron reencasillados con el mismo convenio que el del personal no docente; y este sector fue beneficiado con un aumento salarial muy significativo en los últimos años, con porcentajes superiores al 500% o al 600%”, sostuvo la rectora. Rollán precisó que Asunt cuenta con 203 trabajadores en planta permanente y con 37 contratados. Sonaba la versión de que podían ser pasados a depender de la UNT, pero por el momento Bardón descartó esa posibilidad.
La situación que describe Bardón implica un déficit importante, según reconoció Rollán “Cuando comenzó mi gestión, en 2012, Asunt registraba un déficit anual de $ 4 millones. En 2013 lo bajamos a $ 2,9 millones. En 2014 registramos unos $ 9 millones; es decir, un poquito menos de $ 1 millón de déficit mensual”, indicó.
En el imaginario de la comunidad universitaria ronda la idea de que ese pasivo se debe a la migración de afiliados no docentes; en especial hacia la Obra Social de la Federación Argentina del Trabajador de las Universidades Nacionales. Rollán no negó el impacto de ese fenómeno; pero precisó que no es la principal causa. “La buena cobertura que se les brinda -y que se les seguirá brindando- a los afiliados discapacitados explica el 75% del déficit. El Congreso viene votando algunas leyes que atienden una serie de dolencias. Y si bien esto es bueno, generó un aumento en el gasto de las obras sociales. De pronto, pasó del 70% al 100% la cobertura de medicamentos de un afiliado catalogado como enfermo crónico, porque pasó a estar bajo el paraguas de alguna de estas leyes”, explicó. Añadió que también creció el número de afiliados que certifican alguna discapacidad: “en 2011 teníamos 300; ahora, 450. Eso conlleva un gasto enorme”. Tal situación motivó una de las medidas que barajan para paliar el desfinanciamiento. “Pediremos un subsidio al Ministerio de Salud de la Nación, el organismo que controla la aplicación de esas leyes”, contó Rollán.
Recupero
El funcionario explicó que si bien Asunt se encuentra inserta dentro del sistema nacional de salud, hay ciertas cuestiones jurídicas que la hacen diferente de las obras sociales gremiales, por ejemplo. “No estamos dentro del contralor de la Superintendencia de Salud; de ahí que no tenemos un código de redistribución de aportes, como las obras sociales sindicales y prepagas”, dijo. Esto le impide a Asunt gestionar recuperos, por parte de la Nación, de determinadas coberturas. Rollán dijo que ya se tomó una medida en ese sentido. “Nos adherimos a la obra social de Capataces y Portuarios (Buenos Aires). Podremos inscribir nuevos afiliados para paliar la merma y usar el código”, señaló.
Respecto de la migración de afiliados, contó que se desaceleró bastante. En un momento se hablaba de entre una y tres desafiliaciones por día. “Eso fue al principio; ahora se cortó, bajó bastante. En 2006, el Consejo Superior aprobó la libre afiliación, pero hacia afuera; es decir, el afiliado podía salir, pero no reingresar, ni podíamos afiliar a otros. Eso genera una situación injusta”, dijo. Según indicó, Asunt cuenta con 10.000 afiliados que aportan, pero brinda cobertura a unos 28.500, debido al grupo familiar de aquellos.
A modo de síntesis, el consejero de Asunt Diego Silvera vinculó el déficit con un cambio de escenario general. “Nuestra obligación, como administradores, es reconvertir la forma en que brindamos los servicios para seguir dando los mejores servicios con el dinero que entra. Eso hizo este Consejo: proponer medidas para adecuarnos al nuevo escenario”, dijo.
Personal
A las causas de la problemática, Bardón sumó el alto costo salarial de Asunt. “Los empleados de la obra social fueron reencasillados con el mismo convenio que el del personal no docente; y este sector fue beneficiado con un aumento salarial muy significativo en los últimos años, con porcentajes superiores al 500% o al 600%”, sostuvo la rectora. Rollán precisó que Asunt cuenta con 203 trabajadores en planta permanente y con 37 contratados. Sonaba la versión de que podían ser pasados a depender de la UNT, pero por el momento Bardón descartó esa posibilidad.