Por su diseño y por la oportunidad en los que fueron emitidos, hay billetes de la moneda argentina que han quedado para la historia. Durante fines del Siglo XIX, la Argentina buscaba cierta identidad a la hora de emitir moneda. Lo logró a partir de 1890 con la creación de la Caja de Conversión. De allí surge uno de los billetes más emblemáticos del país, según aprecia Guillermo Beckman, presidente del Centro Numismático de Tucumán: “la alegoría del Progreso”. A partir de 1935, la Caja de Conversión es reemplazada por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) que comenzó a ordenar emisiones desde 1943, como el que retrató al General San Martín y hasta el billete de más alta emisión que tuvo el país: el de un millón de pesos.
La “Alegoría o Efigie del Progreso” fue la imagen más emblemática de los papeles emitidos por la Argentina. A su vez, el general José de San Martín fue el más homenajeado en los billetes.
La figura del progreso, como insignia
Una imagen que marcó las emisiones argentinas
La figura de una mujer sentada, que sostiene una antorcha, ha sido un emblema entre las emisiones monetarias de la Argentina. La “alegoría del Progreso” estuvo vigente durante cuatro décadas desde que en 1890, el presidente Carlos Pellegrini creó la Caja de Conversión hasta su reemplazo por el Banco Central. La misma imagen fue utilizada, pero en el reverso de los billetes cuando el ex presidente Raúl Alfonsín puso en marcha el Austral, en 1985, como parte del plan de contención de inflación creciente en el país. Duró hasta 1991.
El prócer
Un papel tamaño XL
El retrato del general José de San Martín fue la característica de las emisiones del Siglo XX. Este papel, de la década de 1960, marcó hitos históricos en su reverso, pero se distinguía más por su tamaño. No entraba en la billetera.
Acumulación de ceros
La representación inflacionaria
En 1981 se llegó a emitir el billete de más alta denominación en la Argentina: 1.000.000. Reflejó así la disparada inflacionaria. Un peso actual equivale a 10 billones de pesos moneda nacional (1935), grafica Guillermo Beckman.