19 Diciembre 2014
EXPERIENCIA. El nuevo biocarburante se probará en los vuelos de 2015. uusisuomi.fi
A partir del acuerdo firmado oportunamente en su alianza con South African Airways, Boeing informó que en breve se recogerá la primera cosecha de una especie de tabaco sin nicotina para producir bioqueroseno a partir del aceite de sus semillas, lo que ocurrirá en 2015.
A principios de diciembre la compañía Boeing anunció que había completado con éxito el primer vuelo de pruebas con un biocarburante similar al biodiésel (lo llaman green diesel) empleado en el transporte terrestre, que está compuesto por aceites vegetales vírgenes y también cusados, y grasas de animales.
La multinacional inscribió este logro dentro de su proyecto denominado ecoDemonstrator 787, y consistió en la mezcla del 15% del biocarburante y el 85% de combustible convencional en uno de los motores.
Neste Oil es el fabricante del green diesel, del que Boeing asegura que podría cubrir el 1% de las necesidades de combustibles de la aviación comercial.
La pasada semana, el mayor fabricante de aviones comerciales informó también sobre el avance en la producción de otro biocarburante para aviación.
En concreto, junto a South African Airways (SAA), anunció que “los agricultores sudafricanos recogerán próximamente la primera cosecha de plantas de tabaco ricas en energía, lo que supone un importante avance hacia el uso de este tipo de plantas para fabricar biocombustible sostenible para aviación”.
Vuelo de prueba
La iniciativa forma parte de un acuerdo de colaboración entre varias empresas para garantizar el desarrollo de toda la cadena de valor del bioqueroseno.
Además de Boeing y SAA, participan en el proyecto la empresa biotecnológica Sunchem, que ha patentado la planta de tabaco sin nicotina que lleva el nombre de la iniciativa (Solaris), y el fabricante de biocarburantes SkyNRG.
Según la nota de prensa emitida por Boeing, “el aceite obtenido de las semillas de la planta se podrá convertir en biocarburante en el próximo año, y SAA realizará un vuelo de prueba tan pronto como sea posible”.
Según Ian Cruickshank, experto en temas ambientales de South African Airways Group, “el impacto que el programa de biocarburantes tendrá en los ciudadanos sudafricanos es muy importante: facilitará la creación de miles de puestos de trabajo, principalmente en las zonas rurales; desarrollo de nuevas habilidades y tecnologías, seguridad y estabilidad energéticas; beneficios macroeconómicos para Sudáfrica y, sobre todo, una reducción masiva de la cantidad de CO2 que se libera a la atmósfera”.
En cuanto a las reducciones de emisiones de CO2, el empleo de Solaris estiman que las llevará a entre el 50% y el 75%, abarcando todo su ciclo de vida.
En cuanto a las del green diesel, su fabricante, Neste Oil, expone una horquilla mucho mayor, del 50% al 90% frente a los combustibles fósiles.
A principios de diciembre la compañía Boeing anunció que había completado con éxito el primer vuelo de pruebas con un biocarburante similar al biodiésel (lo llaman green diesel) empleado en el transporte terrestre, que está compuesto por aceites vegetales vírgenes y también cusados, y grasas de animales.
La multinacional inscribió este logro dentro de su proyecto denominado ecoDemonstrator 787, y consistió en la mezcla del 15% del biocarburante y el 85% de combustible convencional en uno de los motores.
Neste Oil es el fabricante del green diesel, del que Boeing asegura que podría cubrir el 1% de las necesidades de combustibles de la aviación comercial.
La pasada semana, el mayor fabricante de aviones comerciales informó también sobre el avance en la producción de otro biocarburante para aviación.
En concreto, junto a South African Airways (SAA), anunció que “los agricultores sudafricanos recogerán próximamente la primera cosecha de plantas de tabaco ricas en energía, lo que supone un importante avance hacia el uso de este tipo de plantas para fabricar biocombustible sostenible para aviación”.
Vuelo de prueba
La iniciativa forma parte de un acuerdo de colaboración entre varias empresas para garantizar el desarrollo de toda la cadena de valor del bioqueroseno.
Además de Boeing y SAA, participan en el proyecto la empresa biotecnológica Sunchem, que ha patentado la planta de tabaco sin nicotina que lleva el nombre de la iniciativa (Solaris), y el fabricante de biocarburantes SkyNRG.
Según la nota de prensa emitida por Boeing, “el aceite obtenido de las semillas de la planta se podrá convertir en biocarburante en el próximo año, y SAA realizará un vuelo de prueba tan pronto como sea posible”.
Según Ian Cruickshank, experto en temas ambientales de South African Airways Group, “el impacto que el programa de biocarburantes tendrá en los ciudadanos sudafricanos es muy importante: facilitará la creación de miles de puestos de trabajo, principalmente en las zonas rurales; desarrollo de nuevas habilidades y tecnologías, seguridad y estabilidad energéticas; beneficios macroeconómicos para Sudáfrica y, sobre todo, una reducción masiva de la cantidad de CO2 que se libera a la atmósfera”.
En cuanto a las reducciones de emisiones de CO2, el empleo de Solaris estiman que las llevará a entre el 50% y el 75%, abarcando todo su ciclo de vida.
En cuanto a las del green diesel, su fabricante, Neste Oil, expone una horquilla mucho mayor, del 50% al 90% frente a los combustibles fósiles.
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