23 Noviembre 2014
POSTRADO. El arzobispo de Granada se postró hoy, durante la misa, como en Viernes Santo, para pedir perdón por los abusos sexuales en su diócesis. FOTO DE AGENCIA EFE
MADRID, España.- Los obispos españoles están conmocionados por el escándalo de abusos sexuales a menores de edad en la arquidiócesis de Granada (sur de España), donde el Papa Francisco apartó personalmente a tres sacerdotes.
El portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, pidió perdón en nombre de los prelados y aseguró que los obispos se enteraron del escándalo por la prensa.
Tres sacerdotes españoles fueron apartados cautelarmente de su ministerio por orden directa del Papa Francisco, después de que el pontífice conociera el caso de un joven que asegura haber sufrido abusos sexuales desde los 13 a los 17 años.
En el caso están implicados 10 religiosos y dos laicos. Los sacerdotes sospechosos de abusos apartados por el Papa son tres. Otros seis y dos seglares son sospechosos de encubrimiento.
"Nos duele y nos produce vergüenza si esta denuncia se confirma. Tenemos que tener un respeto exquisito por las personas, primero por las víctimas y segundo por las personas implicadas para que sus derechos no sean conculcados", dijo Gil Tamayo.
El portavoz aseguró que el Vaticano no los informó, pese a que el Francisco telefoneó en dos ocasiones -agosto y octubre- al joven, que ahora tiene 24 años, para interesarse por él y expresarle su solidaridad.
Tampoco lo hizo el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, que se está viendo fuertemente cuestionado por la inacción en este caso hasta que Jorge Bergoglio se implicó personalmente. De hecho hay ya voces que piden que se le investigue por posible encubrimiento. El joven que denunció los abusos presentó años atrás una primera denuncia ante el arzobispado granadino que no prosperó.
"Las víctimas son lo primero. Tolerancia cero", manifestó Gil Tamayo, visiblemente afectado por este asunto. "Aunque hubiera solo un caso, sería demasiado".
Un juzgado de instrucción de Granada tiene abierta una investigación sobre el tema, en la que de momento no hay imputados y sobre la que se ha decretado el secreto de sumario.
Las autoridades no descartan que aparezcan más víctimas, dijo el subdelegado del Gobierno en Granada, Santiago Pérez.
Junto a la vía judicial, ahora se abrirá un proceso canónico en el que el Francisco podría decidir personalmente las penas de los religiosos implicados. (DPA)
El portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, pidió perdón en nombre de los prelados y aseguró que los obispos se enteraron del escándalo por la prensa.
Tres sacerdotes españoles fueron apartados cautelarmente de su ministerio por orden directa del Papa Francisco, después de que el pontífice conociera el caso de un joven que asegura haber sufrido abusos sexuales desde los 13 a los 17 años.
En el caso están implicados 10 religiosos y dos laicos. Los sacerdotes sospechosos de abusos apartados por el Papa son tres. Otros seis y dos seglares son sospechosos de encubrimiento.
"Nos duele y nos produce vergüenza si esta denuncia se confirma. Tenemos que tener un respeto exquisito por las personas, primero por las víctimas y segundo por las personas implicadas para que sus derechos no sean conculcados", dijo Gil Tamayo.
El portavoz aseguró que el Vaticano no los informó, pese a que el Francisco telefoneó en dos ocasiones -agosto y octubre- al joven, que ahora tiene 24 años, para interesarse por él y expresarle su solidaridad.
Tampoco lo hizo el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, que se está viendo fuertemente cuestionado por la inacción en este caso hasta que Jorge Bergoglio se implicó personalmente. De hecho hay ya voces que piden que se le investigue por posible encubrimiento. El joven que denunció los abusos presentó años atrás una primera denuncia ante el arzobispado granadino que no prosperó.
"Las víctimas son lo primero. Tolerancia cero", manifestó Gil Tamayo, visiblemente afectado por este asunto. "Aunque hubiera solo un caso, sería demasiado".
Un juzgado de instrucción de Granada tiene abierta una investigación sobre el tema, en la que de momento no hay imputados y sobre la que se ha decretado el secreto de sumario.
Las autoridades no descartan que aparezcan más víctimas, dijo el subdelegado del Gobierno en Granada, Santiago Pérez.
Junto a la vía judicial, ahora se abrirá un proceso canónico en el que el Francisco podría decidir personalmente las penas de los religiosos implicados. (DPA)
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