09 Noviembre 2014
DESENLACE. La Policía cubrió los rostros de los captores con manteles del restaurante para sacarlos. la gaceta / fotos de inés quinteros orio
Fueron 12 las horas de tensión que ocasionó un conflicto interno en uno de los bares más concurridos de barrio Norte. Las personas que transitaban por calle 25 de Mayo al 700 se detenían, sorprendidas, frente al restaurante para intentar descubrir por qué le habían colocado una cinta perimetral y por qué una guardia del Grupo CERO se había instalado en la vereda del local, impidiendo que alguien caminara por ahí. Pero no había respuestas.
Las dudas se disiparon recién pasadas las 15, cuando la Policía ingresó al bar y rescató al sereno que había sido tomado como rehén durante la madrugada. Minutos después, sacaron también a los tres captores, que caminaron con sus rostros cubiertos con manteles rojos y negros hacia el móvil policial que los conduciría al Palacio de Tribunales.
Allegados al personal que trabaja en el restaurante comentaron que se trataba de un problema entre el propietario del inmueble y su inquilino, el dueño del comercio, quien le debería varios meses de alquiler. La imposibilidad de cobrar esa deuda -agregaron- habría llevado al primero de ellos a instalarse dentro del local con el fin de impedir que abriera sus puertas ayer sábado, el día que mejor trabajan los restaurantes.
“A la mañana se recibió una denuncia de que habían ingresado tres personas, posiblemente armadas, que tenían de rehén al sereno del local y que habían cambiado la cerradura del inmueble”, informó el fiscal de Instrucción Penal de la V° Nominación Washington Navarro Dávila. El autor de la denuncia era el dueño del comercio, quien se encontró con esa situación cuando intentó iniciar la jornada laboral.
“La persona que es titular del inmueble estaba presente en la vereda y, cuando fue intimada por la Policía a los fines de que proceda a la apertura del local para que salga el sereno, se negó. En virtud de eso, dispuse su aprehensión”, agregó el fiscal. Después de tomarle declaración al aprehendido, como imputado por privación ilegal de la libertad, Navarro Dávila escuchó también la versión del cerrajero que concurrió al restaurante a las 3 para cambiar la cerradura.
“Con todo eso, me presenté en el local con el Grupo CERO y se procedió a la apertura del inmueble y al traslado de esta persona (el sereno) a la fiscalía para que preste declaración testimonial”, comentó el fiscal. Respecto de los tres hombres que tenían retenido al sereno, quien se encontraba en buen estado de salud y sin signos de haber sido víctima de violencia, quedaron aprehendidos y debían declarar en tribunales.
Mientras Navarro Dávila y la Policía realizaban su tarea, algunos empleados del comercio observaban la situación desde la vereda de enfrente. Estaban preocupados por la integridad del sereno y por el futuro de su fuente laboral. Tras el desenlace, las puertas del restaurante continuaron cerradas.
Las dudas se disiparon recién pasadas las 15, cuando la Policía ingresó al bar y rescató al sereno que había sido tomado como rehén durante la madrugada. Minutos después, sacaron también a los tres captores, que caminaron con sus rostros cubiertos con manteles rojos y negros hacia el móvil policial que los conduciría al Palacio de Tribunales.
Allegados al personal que trabaja en el restaurante comentaron que se trataba de un problema entre el propietario del inmueble y su inquilino, el dueño del comercio, quien le debería varios meses de alquiler. La imposibilidad de cobrar esa deuda -agregaron- habría llevado al primero de ellos a instalarse dentro del local con el fin de impedir que abriera sus puertas ayer sábado, el día que mejor trabajan los restaurantes.
“A la mañana se recibió una denuncia de que habían ingresado tres personas, posiblemente armadas, que tenían de rehén al sereno del local y que habían cambiado la cerradura del inmueble”, informó el fiscal de Instrucción Penal de la V° Nominación Washington Navarro Dávila. El autor de la denuncia era el dueño del comercio, quien se encontró con esa situación cuando intentó iniciar la jornada laboral.
“La persona que es titular del inmueble estaba presente en la vereda y, cuando fue intimada por la Policía a los fines de que proceda a la apertura del local para que salga el sereno, se negó. En virtud de eso, dispuse su aprehensión”, agregó el fiscal. Después de tomarle declaración al aprehendido, como imputado por privación ilegal de la libertad, Navarro Dávila escuchó también la versión del cerrajero que concurrió al restaurante a las 3 para cambiar la cerradura.
“Con todo eso, me presenté en el local con el Grupo CERO y se procedió a la apertura del inmueble y al traslado de esta persona (el sereno) a la fiscalía para que preste declaración testimonial”, comentó el fiscal. Respecto de los tres hombres que tenían retenido al sereno, quien se encontraba en buen estado de salud y sin signos de haber sido víctima de violencia, quedaron aprehendidos y debían declarar en tribunales.
Mientras Navarro Dávila y la Policía realizaban su tarea, algunos empleados del comercio observaban la situación desde la vereda de enfrente. Estaban preocupados por la integridad del sereno y por el futuro de su fuente laboral. Tras el desenlace, las puertas del restaurante continuaron cerradas.
NOTICIAS RELACIONADAS
Lo más popular