La historia del “Pipita” tucumano

La historia del “Pipita” tucumano

Gonzalo Higuaín dejó su huella en la provincia. Vivió al menos cinco meses en esta ciudad, cursó el segundo grado en el colegio JIM y se puso la camiseta de Atlético en los torneos de Inferiores.

UN ASTRO EN TUCUMÁN. Higuaín cumplió los ocho años en nuestra provincia. UN ASTRO EN TUCUMÁN. Higuaín cumplió los ocho años en nuestra provincia.
Durante años circularon todo tipo de versiones, pero la verdad recién salió a la luz para contar esta historia que a muchos puede sorprender. Gonzalo Higuaín dejó su huella en la provincia. “Pipita”, el mismo que llevará la 9 en el Mundial de Brasil, vivió unos meses en esta provincia, cursó el segundo grado en el JIM y, para que los “decanos” inflen el pecho de orgullo, jugó en las divisiones inferiores de Atlético.

El relato comienza más o menos así. En 1995, el equipo de 25 de Mayo y Chile contrata a Jorge Higuaín como entrenador de un equipo cargado de figuras como Esteban Pogany, Fabio Lenguita, Alfredo Graciani, Fernando Moner que se unen a valores como Guido Aballay, Jorge Jerez, Víctor Hugo Morales y Pablo Jemio Portugal (hoy entrenador del plantel liguista), entre otros. El “Pipa” decide radicarse en la provincia con toda su familia.

“Me acuerdo perfectamente el día que llegó. Como había nacido en Francia, tenía el carnet que se les daba a todos los chicos nacidos en el extranjero. Era un amor de niño, chiquito, rubio y con unos enormes ojos azules”, cuenta con voz maternal Juana Rodríguez de Paul, su maestra de segundo grado en el establecimiento educativo ubicado en Junín al 600.

La docente, jubilada desde 2003, jura que aún no se puede olvidar del paso de “Pipita” por su grado. “Era buen alumno y, como todos los chicos de su edad, le costó adaptarse al grupo, pero después no tuvo muchos problemas. Sí recuerdo que contaba que al colegio lo llevaba su ama de llaves”, cuenta sonriendo.

Alicia Bazán, la portera del colegio, también recuerda al goleador. “Era muy educado y al principio le costó un poco, pero después se soltó y cautivó al colegio. Jugaba al fútbol con sus compañeros en los recreos con pelotas de papel”, explica la mujer.

Anécdotas hay muchas, pero la docente y Alicia recuerdan una que quedó grabada en la historia del JIM. En esos años, como manera de integrar a la comunidad educativa, el colegio organizaba campeonatos de Papi Fútbol para lograr que toda la familia se reuniese en el complejo deportivo del colegio.

“Se armó toda una pelea. Porque los chicos de segundo esperaban contar con ‘Pipa’, que terminó jugando para el equipo de cuarto grado porque allí cursaba Federico, el hermano de Gonzalo. Sin embargo, para nosotros terminó jugando (Mario) ‘Cococho’ Jiménez, que era padre de una compañera de ‘Pipita’. Fue un show ese duelo”, comentan en la charla con LG Deportiva.

Rodríguez de Paul jura que nunca olvidará ese segundo grado porque se caracterizó por tener deportistas que llegaron muy lejos y siempre con la celeste y blanca pegada en el rostro. Además de Higuaín, también le dedicó horas de esfuerzo a Gabriel Ascárate, el rugbier tucumano que jugó varios encuentros con Los Pumas. “Haber sido compañero de él es una anécdota increíble por cómo fue su carrera. De él no me acuerdo mucho, sólo te puedo decir que además de compartir el aula del JIM, entrenábamos juntos en las inferiores de Atlético”, informa el centro que confirma un flor de notición que los “decanos” no se cansarán de recalcar.

El actual delantero de la Selección también se dio el gusto de pisar el césped del Monumental. “Generalmente Jorge lo llevaba a él y a Federico a la última práctica previo a los encuentros. Jugábamos haciendo tiros al arco para ver quién le pegaba al travesaño. En esos tiempos, el más habilidoso era Federico”, comenta Avelino Neffa, ex médico de los “decanos”.

La historia de los Higuaín con Tucumán duró poco. En 1996 el entrenador decide renunciar al cargo sin que hasta el día de hoy esté claro el porqué y, después de terminar con todos los trámites de rutina, se marcha con su familia. Sin embargo, cosecharon muchas amistades y aún mantienen contacto con ellas. Uno de los privilegiados es Marcelo Consiansi que, cada vez que puede, se da una escapada para reunirse con ellos.

“Soy más amigo de Nicolás, el hermano mayor, que es el representante de Federico y de Gonzalo. A ellos también los veo y se acuerdan perfectamente lo que fue su estadía en la provincia. A veces pienso que con ‘Pipita’ íbamos al parque 9 de Julio a jugar unos picaditos y ahora él está pisando el césped de los principales estadios de Europa”, concluye sonriendo.

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