29 Mayo 2014
Una de las especialidades de la factoría Disney es la construcción de grandes villanos, pero a lo que nunca se había animado el estudio es a servirles en bandeja el papel protagónico de sus clásicos. Pudo haberlo hecho hace un par de años, porque Charlize Theron es infinitamente más sexy e interesante que Kristen Stewart, pero a fin de cuentas la película se llamó “Blancanieves y el cazador”. Pero ahora no hay lugar a dudas: el trono es de Maléfica y para eso está Angelina Jolie, ama y señora de este nuevo abordaje a “La bella durmiente”.
La relectura de las historias infantiles sigue a toda máquina, es cierto que con algunos tropiezos (Amanda Seyfried en “La chica de la capa roja) y aristas delirantes (“Hansel y Gretel: cazadores de brujas”). Es una búsqueda constante de vueltas de tuerca, misión imposible -por ejemplo- cuando Disney estrenó “La bella durmiente” allá por 1959. Fue una gran película, no del todo valorada en su momento, cuya leyenda fue construyéndose con el paso del tiempo. Y Maléfica, la bruja perversa (con voz de Eleanor Audley), se robaba la historia.
Intimidante, bella, terrible, magnética. Así era la Maléfica original y así la interpreta Angelina Jolie, luciando esos portentosos cuernos de poliuretano y jugando con la ambigüedad que implica el costado maternal inherente a su naturaleza. Convengamos que Jolie es de por sí un personaje particular, mezcla de abnegada recolectora de almitas abandonadas por el mundo, sufriente víctima del cáncer, luchadora por los derechos humanos y actriz part-time. De hecho, no actuaba desde 2010 (“El turista”), si exceptuamos su contribución a la voz de Tigresa en la saga Kung-Fu Panda.
La historia de “La bella durmiente” es un mix de los relatos de Charles Perrault y los hermanos Grimm, basados a su vez en cuentos europeos populares. Al texto lo adoptó Linda Woolverton, una espada de Disney que acredita guiones desde “La bella y la bestia” hasta la versión de “Alicia en el país de las maravillas” de Tim Burton. Justamente de ese filme fue director de arte Robert Stromberg, quien aquí hace su debut tras la cámara.
El papel de la princesa Aurora es para Elle Fanning, quien no para de trabajar desde que era una nenita que flanqueaba a su hermana Dakota en “Mi nombre es Sam”. La consagración le llegó con “Super 8” y hoy, con 16 años, ¿quién la detiene?
Los menores de 13 años sólo pueden ingresar al cine acompañados por sus padres. Para tener en cuenta, porque a esta “Maléfica” es oscura e inquietante.
La relectura de las historias infantiles sigue a toda máquina, es cierto que con algunos tropiezos (Amanda Seyfried en “La chica de la capa roja) y aristas delirantes (“Hansel y Gretel: cazadores de brujas”). Es una búsqueda constante de vueltas de tuerca, misión imposible -por ejemplo- cuando Disney estrenó “La bella durmiente” allá por 1959. Fue una gran película, no del todo valorada en su momento, cuya leyenda fue construyéndose con el paso del tiempo. Y Maléfica, la bruja perversa (con voz de Eleanor Audley), se robaba la historia.
Intimidante, bella, terrible, magnética. Así era la Maléfica original y así la interpreta Angelina Jolie, luciando esos portentosos cuernos de poliuretano y jugando con la ambigüedad que implica el costado maternal inherente a su naturaleza. Convengamos que Jolie es de por sí un personaje particular, mezcla de abnegada recolectora de almitas abandonadas por el mundo, sufriente víctima del cáncer, luchadora por los derechos humanos y actriz part-time. De hecho, no actuaba desde 2010 (“El turista”), si exceptuamos su contribución a la voz de Tigresa en la saga Kung-Fu Panda.
La historia de “La bella durmiente” es un mix de los relatos de Charles Perrault y los hermanos Grimm, basados a su vez en cuentos europeos populares. Al texto lo adoptó Linda Woolverton, una espada de Disney que acredita guiones desde “La bella y la bestia” hasta la versión de “Alicia en el país de las maravillas” de Tim Burton. Justamente de ese filme fue director de arte Robert Stromberg, quien aquí hace su debut tras la cámara.
El papel de la princesa Aurora es para Elle Fanning, quien no para de trabajar desde que era una nenita que flanqueaba a su hermana Dakota en “Mi nombre es Sam”. La consagración le llegó con “Super 8” y hoy, con 16 años, ¿quién la detiene?
Los menores de 13 años sólo pueden ingresar al cine acompañados por sus padres. Para tener en cuenta, porque a esta “Maléfica” es oscura e inquietante.