07 Marzo 2014
MEDICIONES A CAMPO. La emisión de gas metano, producto de los desechos de la digestión del alimento del ganado, es uno de los factores que contribuye al calentamiento global.
La Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba), junto con el INTA y otros centros de investigación conformaron la Red de Oxido Nitroso, el más poderoso de los principales gases de efecto invernadero producidos por la actividad humana, que también involucran al dióxido de carbono -proveniente de la industria- y al metano -de la ganadería-. Justamente, la creación de la organización apunta a determinar el verdadero impacto de la agricultura argentina en el calentamiento global.
El proyecto, financiado por el Ministerio de Agricultura de la Nación, integra a 30 investigadores de siete organismos públicos y 13 sitios representativos de los ambientes productivos del país, e incluye la reciente adquisición de equipos de laboratorio que fueron instalados en la Fauba, con una capacidad inédita en Argentina para aumentar significativamente el análisis de las muestras obtenidas a campo.
“Nos reunimos diferentes grupos de investigación, que desde hace unos cinco años veníamos trabajando sobre la temática de manera aislada, para hacer el muestreo de oxido nitroso en Argentina con una metodología unificada. Comenzamos a realizar las mediciones a campo en noviembre de 2013, con la siembra de soja”, explicó Tomás Della Chiesa, docente de las cátedras de Ecología y Climatología Agrícola de la Fauba e integrante de la Red Nitroso.
También participan del proyecto las cátedras de Fertilidad y de Edafología de esa unidad académica. Además, la Red está conformada por investigadores de los institutos de Suelos, Microbiología y Zoología Agrícola, y Clima y Agua del INTA, las estaciones experimentales de los INTA Famaillá y Balcarce, la Universidad Nacional de Mar del Plata y la Comisión Nacional de Energía Atómica.
Los muestreos para cuantificar la emisión del oxido nitroso se van a realizar durante este año en cultivos de soja ubicados en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, La Pampa, Entre Ríos, Santiago del Estero, Salta y Tucumán, tomando como referencia la vegetación natural (pastizales y bosques). “En muchos sitios también vamos a medir en maíz, lo cual nos va a permitir comparar las emisiones entre ambos cultivos”, dijo Della Chiesa.
“Conocer las emisiones de la vegetación natural, además de la de los cultivos, nos permitirá comparar ambos sistemas y evaluar con mayor precisión el impacto de la agricultura sobre la emisión de gases de efecto invernadero”, sostuvo el investigador.
Esas mediciones a campo están generando unas 1.200 muestras mensuales del gas, una cifra que no se había contemplado en investigaciones anteriores y que supera la capacidad de análisis de los equipos utilizados por los laboratorios hasta ahora. Este aspecto motivó la compra de un equipo de Cromatografía Gaseosa de última generación, diseñado especialmente para determinar los gases de efecto invernadero. Se trata de una herramienta única en el país, que ya fue instalada y puesta a punto en el Laboratorio de Servicios Analíticos Especiales de la Fauba.
Muestreos
Gustavo Trinchero, director del Laboratorio de la Facultad, comentó: “ese equipo mide de manera automática más de 100 muestras por día y, simultáneamente, los datos de concentración de los tres gases en cada determinación. De ese modo, podemos analizar hasta unas 1.200 muestras al mes sin la intervención permanente del personal técnico, el cual puede ocuparse de resolver otros requerimientos analíticos. Y nos permite encarar futuros proyectos de investigación que involucren la contaminación ambiental, provocada por metano y dióxido de carbono”.
Trinchero destacó que desde hace cinco años, el Laboratorio de Servicios Analíticos Especiales hace mediciones de óxido nitroso en la atmósfera para grupos independientes de investigación. Esa experiencia los llevó a convertirse en referentes en la materia, no sólo en el país, sino en otros países de América latina, como Colombia y Uruguay, que envían sus muestras para analizar a la Fauba.
Gervasio Piñeiro, docente de la cátedra de Ecología de la Facultad de Agronomía y coordinador del grupo de investigación de la Red de Óxido Nitroso, adelantó que la segunda etapa del proyecto se desarrollará en base al uso de modelos de simulación, con los datos de los 13 sitios donde se están tomando las muestras y con la ayuda de imágenes satelitales. “Con las muestras a campo, vamos a tener datos de 12 meses al año. En cambio, con el modelo de simulación vamos a poder generar información de todos los días del año y a saber qué pasa en los lugares donde no ‘muestreamos’, para elaborar un mapa de emisiones de oxido nitroso en el país. Ese es el objetivo final del proyecto”, concluyó.
El proyecto, financiado por el Ministerio de Agricultura de la Nación, integra a 30 investigadores de siete organismos públicos y 13 sitios representativos de los ambientes productivos del país, e incluye la reciente adquisición de equipos de laboratorio que fueron instalados en la Fauba, con una capacidad inédita en Argentina para aumentar significativamente el análisis de las muestras obtenidas a campo.
“Nos reunimos diferentes grupos de investigación, que desde hace unos cinco años veníamos trabajando sobre la temática de manera aislada, para hacer el muestreo de oxido nitroso en Argentina con una metodología unificada. Comenzamos a realizar las mediciones a campo en noviembre de 2013, con la siembra de soja”, explicó Tomás Della Chiesa, docente de las cátedras de Ecología y Climatología Agrícola de la Fauba e integrante de la Red Nitroso.
También participan del proyecto las cátedras de Fertilidad y de Edafología de esa unidad académica. Además, la Red está conformada por investigadores de los institutos de Suelos, Microbiología y Zoología Agrícola, y Clima y Agua del INTA, las estaciones experimentales de los INTA Famaillá y Balcarce, la Universidad Nacional de Mar del Plata y la Comisión Nacional de Energía Atómica.
Los muestreos para cuantificar la emisión del oxido nitroso se van a realizar durante este año en cultivos de soja ubicados en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, La Pampa, Entre Ríos, Santiago del Estero, Salta y Tucumán, tomando como referencia la vegetación natural (pastizales y bosques). “En muchos sitios también vamos a medir en maíz, lo cual nos va a permitir comparar las emisiones entre ambos cultivos”, dijo Della Chiesa.
“Conocer las emisiones de la vegetación natural, además de la de los cultivos, nos permitirá comparar ambos sistemas y evaluar con mayor precisión el impacto de la agricultura sobre la emisión de gases de efecto invernadero”, sostuvo el investigador.
Esas mediciones a campo están generando unas 1.200 muestras mensuales del gas, una cifra que no se había contemplado en investigaciones anteriores y que supera la capacidad de análisis de los equipos utilizados por los laboratorios hasta ahora. Este aspecto motivó la compra de un equipo de Cromatografía Gaseosa de última generación, diseñado especialmente para determinar los gases de efecto invernadero. Se trata de una herramienta única en el país, que ya fue instalada y puesta a punto en el Laboratorio de Servicios Analíticos Especiales de la Fauba.
Muestreos
Gustavo Trinchero, director del Laboratorio de la Facultad, comentó: “ese equipo mide de manera automática más de 100 muestras por día y, simultáneamente, los datos de concentración de los tres gases en cada determinación. De ese modo, podemos analizar hasta unas 1.200 muestras al mes sin la intervención permanente del personal técnico, el cual puede ocuparse de resolver otros requerimientos analíticos. Y nos permite encarar futuros proyectos de investigación que involucren la contaminación ambiental, provocada por metano y dióxido de carbono”.
Trinchero destacó que desde hace cinco años, el Laboratorio de Servicios Analíticos Especiales hace mediciones de óxido nitroso en la atmósfera para grupos independientes de investigación. Esa experiencia los llevó a convertirse en referentes en la materia, no sólo en el país, sino en otros países de América latina, como Colombia y Uruguay, que envían sus muestras para analizar a la Fauba.
Gervasio Piñeiro, docente de la cátedra de Ecología de la Facultad de Agronomía y coordinador del grupo de investigación de la Red de Óxido Nitroso, adelantó que la segunda etapa del proyecto se desarrollará en base al uso de modelos de simulación, con los datos de los 13 sitios donde se están tomando las muestras y con la ayuda de imágenes satelitales. “Con las muestras a campo, vamos a tener datos de 12 meses al año. En cambio, con el modelo de simulación vamos a poder generar información de todos los días del año y a saber qué pasa en los lugares donde no ‘muestreamos’, para elaborar un mapa de emisiones de oxido nitroso en el país. Ese es el objetivo final del proyecto”, concluyó.
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