30 Enero 2014
FIN DEL ASALTO. El joven agresor, tras ser atrapado a 30 metros del bar. FOTO GENTILEZA DE EMILIO DUMIT
Los jóvenes asaltantes vieron la oportunidad y decidieron dar el golpe. El local estaba vacío. Eran alrededor de las 17.15 y hacía apenas unos minutos que Sergio Guerra, uno de los propietarios de La Berlina, un bar ubicado en la esquina de Bernabé Aráoz y General Paz, había abierto las puertas del negocio. En la caja registradora tenía sólo el dinero que utiliza para dar cambio a los clientes y ese monto, según informó la Policía, ascendía a unos $ 160.
Claudia Masmut trabaja hace dos semanas en el bar y llegó minutos antes que la pareja de asaltantes, formada por una adolescente de 17 años y un joven de 22, conocido como “Chatruc”, llevara a cabo la agresión. “Entraron los dos juntos, se acercaron hasta la barra y pidieron agua. Cuando Sergio (Guerra) giró para darles un vaso, el muchacho sacó un revólver y nos ordenaron que nos tiremos al suelo”, explicó la empleada.
Para amedrentar a sus víctimas, la pareja se abalanzó hacia detrás de la barra. En ese instante, el dueño del bar intentó resistirse, pero “Chatruc” le pegó con la culata del revólver en la cabeza y lo obligó a obedecer. “Nos tiramos al suelo. Guerra les dijo que se llevaran todo. Querían plata y nos pedían que les diéramos los celulares. Pero como no tenía el mío, se llevaron el de mi jefe”, agregó.
La víctima también agregó que intentaron llevarse la computadora del bar pero, como no pudieron sacarla, se fueron con el dinero de la caja registradora y una luz de emergencia. Después de dar el golpe, los asaltantes salieron caminando por una puerta lateral que tiene el bar que da hacia General Paz al 1.100. En esa cuadra, a unos 30 metros de la esquina con Bernabé Aráoz, habían dejado una motocicleta de 125 cc. en la que pensaban escapar. Pero eso no iba a ser posible.
Arresto ciudadano
Cuando Guerra logró recuperarse del culatazo que le dieron, salió corriendo detrás de sus agresores. Al cruzar la puerta del bar, comenzó a gritar que le estaban robando.
Un portero de un edificio de las inmediaciones acudió en su ayuda. “El dueño del bar alcanzó al muchacho y lo agarró por la espalda. Cuando lo hizo girar, el ladrón sacó el revólver y disparó. Por suerte alcancé a agarrarle la mano, si no me pegaba un balazo en el pecho. Si lo hubiera pensado, no me hubiese metido. Pero en ese momento sólo reaccioné”, relató el portero, que pidió rerserva de su nombre.
El comisario Ricardo Fresneda, a cargo de la seccional 1ª, estuvo a cargo del operativo y explicó que un policía del 911 que estaba fuera de servicio y pasaba por ahí intervino para aprehender a los asaltantes. El oficial dijo que la Policía llegó al instante, pero los vecinos dijeron que demoraron media hora en llegar al lugar.
Lo más popular