06 Enero 2014
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Uno decide permanecer cinco minutos más en la cama, levantarse con el tiempo justo y luego decir: por causa de los piquetes, embotellamiento de tránsito o mal funcionamiento de los subtes llegue tarde a mi trabajo, reunión o encuentro. Uno decide señalar o culpar a alguien o a algo ante los problemas que se presentan en la vida antes que elegir hacerse cargo, más allá de quien tenga la culpa, haya o no congestión de tránsito, funcione o no el subte.
Miguel Alfonso Terlizzi, director general de la consultora en capital humano, Hucap, comenta que “habitualmente se confunden los conceptos de responsabilidad, libertad, culpabilidad y se da un relato muy convincente que satisface los propios intereses; es decir, damos respuestas que intentan ocultar el verdadero acto de decisión que estamos ejerciendo”. En esa línea, explica que, en general, se piensa que la responsabilidad es sinónimo de culpabilidad y que “se hará todo lo posible para que la responsabilidad no nos pertenezca, porque en estos casos, pensamos que es mejor que la culpa siempre sea de otro: ”ah! yo no fui”, “yo no sé”, incluso acusando sin estar seguros “creo que fue fulano”. Y la forma en que crecimos, reaccionando a la teoría estímulo–, nos lleva a dar esa falsa idea.
Sin embargo, el especialista deja en claro que ser responsables, es decir, responder por ciertos actos, y además, ser capaces de elegir, hacernos cargo o no de la oportunidad que siempre tenemos al momento de decidir lo que queremos ser, nos da la posibilidad nos puede ayudar a ser mejores personas y mejores profesionales en este orden.
Terlizzi plantea a partir de esa posición lo que denomina “responsabilidad incondicional”. “Es una idea fuerza, contagiosa y poderosa para ser mejor persona y profesional”, remarca.
“Lograr lo que otros no logran, o hacer lo que cualquiera podría haber hecho pero nadie hizo, es la orientación a resultados de una actitud incondicionalmente responsable y proactiva. Pensemos qué sucedería si en nuestro seno familiar, social, una empresa, la comunidad o nuestro país; si miles, o mejor aún, millones de personas, fuéramos capaces de actuar con responsabilidad incondicional orientada a resultados, haciéndonos cargo de nuestros actos y eligiendo, además, ser protagonista (actitudes generativas) y no una pobre víctima de las circunstancias”, se pregunta. Para el especialista, responsabilidad incondicional es “hacerse cargo pro-activamente de las decisiones que libremente se puede tomar, no esperando que otros lo hagan o decidan por mi y siempre enfocado en la obtención de resultados extraordinarios para ser mejor persona y profesional en este orden”.
Miguel Alfonso Terlizzi, director general de la consultora en capital humano, Hucap, comenta que “habitualmente se confunden los conceptos de responsabilidad, libertad, culpabilidad y se da un relato muy convincente que satisface los propios intereses; es decir, damos respuestas que intentan ocultar el verdadero acto de decisión que estamos ejerciendo”. En esa línea, explica que, en general, se piensa que la responsabilidad es sinónimo de culpabilidad y que “se hará todo lo posible para que la responsabilidad no nos pertenezca, porque en estos casos, pensamos que es mejor que la culpa siempre sea de otro: ”ah! yo no fui”, “yo no sé”, incluso acusando sin estar seguros “creo que fue fulano”. Y la forma en que crecimos, reaccionando a la teoría estímulo–, nos lleva a dar esa falsa idea.
Sin embargo, el especialista deja en claro que ser responsables, es decir, responder por ciertos actos, y además, ser capaces de elegir, hacernos cargo o no de la oportunidad que siempre tenemos al momento de decidir lo que queremos ser, nos da la posibilidad nos puede ayudar a ser mejores personas y mejores profesionales en este orden.
Terlizzi plantea a partir de esa posición lo que denomina “responsabilidad incondicional”. “Es una idea fuerza, contagiosa y poderosa para ser mejor persona y profesional”, remarca.
“Lograr lo que otros no logran, o hacer lo que cualquiera podría haber hecho pero nadie hizo, es la orientación a resultados de una actitud incondicionalmente responsable y proactiva. Pensemos qué sucedería si en nuestro seno familiar, social, una empresa, la comunidad o nuestro país; si miles, o mejor aún, millones de personas, fuéramos capaces de actuar con responsabilidad incondicional orientada a resultados, haciéndonos cargo de nuestros actos y eligiendo, además, ser protagonista (actitudes generativas) y no una pobre víctima de las circunstancias”, se pregunta. Para el especialista, responsabilidad incondicional es “hacerse cargo pro-activamente de las decisiones que libremente se puede tomar, no esperando que otros lo hagan o decidan por mi y siempre enfocado en la obtención de resultados extraordinarios para ser mejor persona y profesional en este orden”.
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