Amenazaron a Lebbos, a una fiscala y al secretario de Seguridad

Es sabido que la delincuencia no descansa. Y anoche se dio un ejemplo más de eso. Una de las causas más polémicas de la última década tuvo un nuevo pico de violencia. Y parece estar teñida de azul. Alberto Lebbos, padre de Paulina, la fiscala Adriana Gianonni, quien investiga una presunta sedición de policías antes y durante los saqueos de diciembre en Tucumán y el secretario de Seguridad, Paul Hofer, fueron amenazados vía telefónica en las últimas horas. Y en todos los casos el mensaje fue claro: "dejen de joder con la Policía".

Alberto Lebbos recibió primero un mensaje de texto en el que lo amenazaban de muerte: "pronto le vas a hacer compañía a Paulina", decía. Luego, para quedarse seguro, el autor de la amenaza lo llamó por teléfono. Un hombre de voz gruesa le dijo: "¿recibiste el mensaje? Si seguís jodiendo con la Policía y con el poder político te vamos a hacer boleta". Y luego cortó.

Hoy a la mañana, Lebbos se presentó ante la fiscala de Feria, María de las Mercedes Carrizo y radicó una denuncia. "No es la primera amenaza que recibo, pero vamos a seguir denunciando y trabajando para que se sepa quién mató a mi hija y quiénes encubrieron el crimen", advirtió acompañado por su abogado Emilio Mrad.  Lebbos no sabía nada de las otras amenazas.

También anoche, por mensaje de texto, la intimidación le llegó a Adriana Gianonni, titular de la fiscalía VIII. Según las fuentes consultadas por LA GACETA fueron directos: "dejá de investigar a la policía o te vamos a matar", le habrían escrito.

Y por la misma vía amenazaron a Hofer, según constató este diario. "Vos nos estás entregando y no nos estás cuidando. Tené ojo o vas a ser boleta", habría sido el mensaje que le transmitieron. LA GACETA intentó comunicarse con ambos funcionarios, pero no respondieron el teléfono. Se supo que Gianonni hizo la denuncia personalmente ante Carrizo y que Hofer se comunicó telefónicamente con la fiscala para ponerla al tanto de lo sucedido.

Carrizo pediría informes a las empresas de telefonía celular para luego ordenar medidas. Hay un dato que no se puede soslayar: según un cotejo, todas las llamadas fueron realizadas desde el mismo celular.