05 Noviembre 2013
DESAFÍO. El derrocado Mohamed Mursi criticó al Gobierno militar de Egipto. REUTERS (CAPTURA DE VIDEO)
EL CAIRO.- "Abajo con el Gobierno militar. Soy el Presidente legítimo de Egipto y pido al tribunal que ponga fin a esta farsa", gritó ayer el destituido mandatario Mohamed Mursi, en el accidentado inicio del juicio en su contra por incitación a la violencia.
Los incidentes ocurridos dentro de la sala tanto con él como con siete altos miembros de los Hermanos Musulmanes (HM) bajo proceso, y diversos planteos procesales, obligaron a los jueces a suspender la audiencia hasta el 8 de enero. Mursi, un islamista de 62 años derrocado en julio por el Ejército después de protestas masivas en su contra, se mostró enojado e interrumpió la sesión repetidamente, en su primera aparición pública desde su caída del poder.
Defensores y acusadores de Mursi llegaron a pelearse a golpes en la sala de la Academia de Policía, donde también se realiza el nuevo proceso al ex dictador, Hosni Mubarak, caído a principios de 2011, durante la Primavera Árabe.
"Este juicio es ilegítimo. No puedo aceptar que la noble Justicia participe en este golpe", aseveró Mursi, que estaba vestido con un traje oscuro porque se negó a usar la ropa blanca de la prisión. El ex Presidente cargó contra el jefe de las Fuerzas Armadas, Abdel Fattah al Sissi, hombre fuerte del actual régimen, y reclamó que sea juzgado en su reemplazo.
Cientos de sus seguidores se reunieron afuera del edificio, pero el fuerte despliegue de seguridad montado impidió graves incidentes, aunque algunos periodistas fueron agredidos. En los carteles se leía "la voluntad del pueblo ha sido violada", en referencia a la toma del poder por parte de los militares. Los efectivos policiales acordonaron también la emblemática plaza Tahrir y zonas cercanas a la Universidad de El Cairo, bastión de los islamistas. Los partidarios de Mursi han convocado para hoy a nuevas manifestaciones en todas las plazas de Egipto y frente a embajadas extranjeras.
Al finalizar la audiencia, medios estatales anunciaron que Mursi sería trasladado a la prisión de Borg al Arab, en Alejandría, aunque antes se mencionó a la cárcel de Tora, en El Cairo. Hasta ahora, su lugar de detención era un secreto.
La lucha de poder entre los HM y el Gobierno de facto respaldado por los militares ha creado fuerte incertidumbre en uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región, que tiene un tratado de paz con Israel y controla el Canal de Suez, una ruta vital de comercio global. El enfrentamiento perjudica al turismo y a la inversión. (Reuters-DPA-Télam)
Los incidentes ocurridos dentro de la sala tanto con él como con siete altos miembros de los Hermanos Musulmanes (HM) bajo proceso, y diversos planteos procesales, obligaron a los jueces a suspender la audiencia hasta el 8 de enero. Mursi, un islamista de 62 años derrocado en julio por el Ejército después de protestas masivas en su contra, se mostró enojado e interrumpió la sesión repetidamente, en su primera aparición pública desde su caída del poder.
Defensores y acusadores de Mursi llegaron a pelearse a golpes en la sala de la Academia de Policía, donde también se realiza el nuevo proceso al ex dictador, Hosni Mubarak, caído a principios de 2011, durante la Primavera Árabe.
"Este juicio es ilegítimo. No puedo aceptar que la noble Justicia participe en este golpe", aseveró Mursi, que estaba vestido con un traje oscuro porque se negó a usar la ropa blanca de la prisión. El ex Presidente cargó contra el jefe de las Fuerzas Armadas, Abdel Fattah al Sissi, hombre fuerte del actual régimen, y reclamó que sea juzgado en su reemplazo.
Cientos de sus seguidores se reunieron afuera del edificio, pero el fuerte despliegue de seguridad montado impidió graves incidentes, aunque algunos periodistas fueron agredidos. En los carteles se leía "la voluntad del pueblo ha sido violada", en referencia a la toma del poder por parte de los militares. Los efectivos policiales acordonaron también la emblemática plaza Tahrir y zonas cercanas a la Universidad de El Cairo, bastión de los islamistas. Los partidarios de Mursi han convocado para hoy a nuevas manifestaciones en todas las plazas de Egipto y frente a embajadas extranjeras.
Al finalizar la audiencia, medios estatales anunciaron que Mursi sería trasladado a la prisión de Borg al Arab, en Alejandría, aunque antes se mencionó a la cárcel de Tora, en El Cairo. Hasta ahora, su lugar de detención era un secreto.
La lucha de poder entre los HM y el Gobierno de facto respaldado por los militares ha creado fuerte incertidumbre en uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región, que tiene un tratado de paz con Israel y controla el Canal de Suez, una ruta vital de comercio global. El enfrentamiento perjudica al turismo y a la inversión. (Reuters-DPA-Télam)